Cd. Victoria, Tam.-
Que gobiernos e instituciones privadas se alleguen información para nutrir su
toma de decisiones parecería lo más natural y hasta aconsejable.
El
problema de las agencias de seguridad estadounidenses es que violan cualquier
cantidad de leyes dentro y fuera de sus fronteras, no respetando la privacidad de
sus gobernados ni la soberanía de otros paises.
Y mire
usted que maravilla. Tarde o temprano, de tiempo en tiempo, algún empleado
inconforme, agente mal pagado o aquejado por conflictos de conciencia, acaba defeccionando
para mostrarle al mundo, aunque sea parcialmente, las entrañas de la bestia.
De mis años
estudiantiles data el caso de PHILIP AGEE, quien de fungir como operador de la
CIA se convertiría en delator y crítico de sus métodos, escritor y activista
contrario al modelo de espionaje norteamericano.
Su
libro “La CIA en México” (Inside the Company: CIA Diary) acalambró a nuestra clase
política tras asegurar que los presidentes DÍAZ ORDAZ y ECHEVERRÍA habían
colaborado para dicha agencia con las claves secretas de “Litempo 8” y “Litempo
14”, respectivamente.
Nada
hay nuevo bajo el sol, en efecto. Los descendientes de AGEE, ex-agentes
arrepentidos o críticos independientes, se llaman hoy EDWARD SNOWDEN y JULIAN ASSANGE.
Y sus
delaciones confirman que la paranoia yanqui carece de escrúpulos y no se
detiene en gastos para pertrecharse de información sin importar de dónde o cómo
la obtiene.
El
señor ASSANGE construyó un mega-archivo digital de documentos confidenciales
robados al gobierno norteamericano por delatores anónimos.
Documentos
hoy disponibles en Internet y cuya sección mexicana ha merecido un lugar
especial en el portal del diario La Jornada, ojo:
No
obstante, la CIA, la DEA y el FBI serían unos niños de pecho comparados con su
dependencia matriz, la NSA (Nacional Security Agency).
En el
caso del espionaje a la campaña de ENRIQUE PEÑA NIETO denunciado por SNOWDEN,
se menciona entre sus propósitos el interés del gobierno vecino por identificar
a los probables miembros del gabinete antes de ser nombrados.
El
intenso monitoreo incluyó ubicación de equipos de cómputo y direcciones IP,
líneas telefónicas, correos electrónicos y mensajería móvil.
Se
mencionan incluso los sistemas informáticos empleados para tal fin.
El MAINWAY
es una base de datos capaz de albergar en sus servidores millones de llamadas
telefónicas. Lo complementa el programa DISHFIRE para realizar búsquedas de
palabras clave en los acervos existentes.
Un
grupo de trabajo enviado por la NSA en tiempos de campaña habría monitoreado
las comunicaciones personales de los principales candidatos, entre ellos PEÑA
NIETO y nueve de sus colaboradores.
Al priísta
se le dio seguimiento en su posterior etapa como mandatario electo, durante los
meses finales del calderonato.
Al
arranque del actual gobierno, la misma NSA habría aplicado el programa PRISM para
accesar correos electrónicos, conversaciones online y llamadas de voz a través
de FACEBOOK, GOOGLE y YOUTUBE, entre otros.
Lo
complementaría el software para análisis de datos BOUNDLESS INFORMANT empleado en
la recolección vía Internet.
No mucho
de qué asombrarse por lo que respecta al vecino país del norte. Lo novedoso es
la precisión documental que hoy tienen los delatores y (sobre todo) el singular
“timing” de sus revelaciones, donde muy poco o nada parece casual.
Un día
antes del discurso presidencial, en efecto.
Zigzag
*** EN FIN, la legislatura tamaulipeca que preside ERNESTO SOLÍS estudia la propuesta de afilar los dientes
a la Auditoría Superior del Estado a propuesta conjunta de tres grupos
parlamentarios: PRI, PVEM y PANAL. *** ELLO para que la revisión de las cuentas
públicas avance en transparencia y apego a la ley. *** LA COMISIÓN de
vigilancia de la Auditoria Superior está presidida por el priísta HÉCTOR MARTÍN
CANALES, con el albiazul ROLANDO GONZÁLEZ TEJEDA en calidad de Secretario. ***