miércoles, 21 de marzo de 2018

Houston, tenemos problemas


Cd. Victoria, Tam. – La licitación de PEMEX para explorar y extraer hidrocarburos en la Cuenca de Burgos estaría en un serio predicamento si el próximo julio gana ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Recordará el lector que, a principios de este mes, el secretario de Energía PEDRO JOAQUÍN COLDWELL presidió junto con el gobernador CABEZA DE VACA el formal lanzamiento de la respectiva convocatoria.
Fecha largamente esperada por inversionistas norteamericanos, al tratarse de yacimientos vecinos a su frontera, cuya descripción hace referencia a una superficie de 2 mil 704 kilómetros cuadrados.
Potencial calculado en 53 millones de barriles en recursos convencionales y 1,162 millones de barriles en reservorios no convencionales que atraerían una inversión de 2 mil millones de dólares y 23 mil empleos, entre directos e indirectos.
Concurso cuyo plazo se extiende en poco más de seis meses, del 1 de marzo, fecha de la licitación, al 5 de septiembre, cuando los contratos de licencia serán formalmente adjudicados.
Aquí está, precisamente, el detalle. Entre ambas fechas tendrá lugar la megaelección del primero de julio, contienda que sacudirá los mandos políticos del país en sus tres niveles.
Los mexicanos cambiarán con su voto al presidente de la República, la totalidad del Congreso nacional (500 diputados, 128 senadores) y 9 gubernaturas, amén de congresos locales y ayuntamientos.
Lo cuál plantea un dilema de prospectiva para los estrategas del sector privado encargados de diseñar los planes de inversión en dicho sector.
El gobierno priísta que lanzó la convocatoria (el que encabeza ENRIQUE PEÑA NIETO) termina sus labores el próximo primero de diciembre. Pero resulta que el candidato tricolor marcha en tercer lugar dentro las preferencias electorales.
Peor todavía, la encuesta de MASSIVE CALLER publicada la semana pasada, avizora resultados alarmantes para el Partido Revolucionario Institucional en los procesos paralelos que eligen gobernadores.
En 4 irían como punteros los candidatos de la coalición “De Frente por México”, encabezada por el PAN: Yucatán, Puebla, Veracruz y Guanajuato. En otros 4, las preferencias favorecen a MORENA: Tabasco, Ciudad de México, Morelos y Chiapas. Y uno más (Jalisco) sería para el Movimiento Ciudadano (MC).
Peor todavía, de esas 9 competencias gubernamentales, el PRI marcha segundo en 3 de ellas. En las restantes 6 va en tercero. Lo cual ya parece la crónica de un desastre anunciado.
De aquí la complacencia de AMLO al reiterar su intención de revisar a fondo la reforma energética, abriendo un compás de espera en los proyectos privados.
Si bien, en meses previos, ofreció seguridades al inversionista del ramo energético (CFE, PEMEX), el pasado domingo 18 de marzo, aniversario de la expropiación petrolera, recordó su propósito de someter a revisión los acuerdos con particulares.
Y fue muy explícito al anunciar que, de favorecerle el voto, en cuanto lo declaren ganador, solicitará a ENRIQUE PEÑA NIETO detener los contratos gubernamentales en hidrocarburos y electricidad.
Lo cual significa reconsiderar los procesos de adjudicación, evaluar las licitaciones internacionales y posponer las alianzas (farmout agreements) de Petróleos Mexicanos.
Contratos de riesgo, convenios de arrendamiento, como usted les quiera llamar, mismos que han proliferado en diversas regiones, entre ellas, la Cuenca de Burgos.
Detalló que, si gana la elección: “uno por uno, se van a someter a un análisis para ver si cumplen con los requisitos legales” y “no sean”, dijo, “producto de la corrupción.”
Para rematar: “no queremos contratos como los de ODEBRECHT.”
Acaso por ello, nunca como hoy encaja la frase que el astronauta JACK SWIGERT dejó para la posteridad, aquel 13 de abril de 1970, desde el Apolo 13:
-“Ok, Houston, we've had a problem here…”