Cd.
Victoria, Tam. – La licitación de
PEMEX para explorar y extraer hidrocarburos en la Cuenca de Burgos estaría en
un serio predicamento si el próximo julio gana ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Recordará el lector que, a principios de
este mes, el secretario de Energía PEDRO JOAQUÍN COLDWELL presidió junto con el
gobernador CABEZA DE VACA el formal lanzamiento de la respectiva convocatoria.
Fecha largamente esperada por
inversionistas norteamericanos, al tratarse de yacimientos vecinos a su
frontera, cuya descripción hace referencia a una superficie de 2 mil 704 kilómetros
cuadrados.
Potencial calculado en 53 millones de
barriles en recursos convencionales y 1,162 millones de barriles en reservorios
no convencionales que atraerían una inversión de 2 mil millones de dólares y 23
mil empleos, entre directos e indirectos.
Concurso cuyo plazo se extiende en poco
más de seis meses, del 1 de marzo, fecha de la licitación, al 5 de septiembre,
cuando los contratos de licencia serán formalmente adjudicados.
Aquí está, precisamente, el detalle. Entre
ambas fechas tendrá lugar la megaelección del primero de julio, contienda que
sacudirá los mandos políticos del país en sus tres niveles.
Los mexicanos cambiarán con su voto al presidente
de la República, la totalidad del Congreso nacional (500 diputados, 128
senadores) y 9 gubernaturas, amén de congresos locales y ayuntamientos.
Lo cuál plantea un dilema de prospectiva
para los estrategas del sector privado encargados de diseñar los planes de
inversión en dicho sector.
El gobierno priísta que lanzó la
convocatoria (el que encabeza ENRIQUE PEÑA NIETO) termina sus labores el próximo
primero de diciembre. Pero resulta que el candidato tricolor marcha en tercer
lugar dentro las preferencias electorales.
Peor todavía, la encuesta de MASSIVE
CALLER publicada la semana pasada, avizora resultados alarmantes para el
Partido Revolucionario Institucional en los procesos paralelos que eligen
gobernadores.
En 4 irían como punteros los candidatos
de la coalición “De Frente por México”, encabezada por el PAN: Yucatán, Puebla,
Veracruz y Guanajuato. En otros 4, las preferencias favorecen a MORENA: Tabasco,
Ciudad de México, Morelos y Chiapas. Y uno más (Jalisco) sería para el
Movimiento Ciudadano (MC).
Peor todavía, de esas 9 competencias gubernamentales,
el PRI marcha segundo en 3 de ellas. En las restantes 6 va en tercero. Lo cual ya
parece la crónica de un desastre anunciado.
De aquí la complacencia de AMLO al reiterar
su intención de revisar a fondo la reforma energética, abriendo un compás de
espera en los proyectos privados.
Si bien, en meses previos, ofreció seguridades
al inversionista del ramo energético (CFE, PEMEX), el pasado domingo 18 de
marzo, aniversario de la expropiación petrolera, recordó su propósito de
someter a revisión los acuerdos con particulares.
Y fue muy explícito al anunciar que, de favorecerle
el voto, en cuanto lo declaren ganador, solicitará a ENRIQUE PEÑA NIETO detener
los contratos gubernamentales en hidrocarburos y electricidad.
Lo cual significa reconsiderar los
procesos de adjudicación, evaluar las licitaciones internacionales y posponer las
alianzas (farmout agreements) de Petróleos Mexicanos.
Contratos de riesgo, convenios de
arrendamiento, como usted les quiera llamar, mismos que han proliferado en diversas
regiones, entre ellas, la Cuenca de Burgos.
Detalló que, si gana la elección: “uno
por uno, se van a someter a un análisis para ver si cumplen con los requisitos
legales” y “no sean”, dijo, “producto de la corrupción.”
Para rematar: “no queremos contratos
como los de ODEBRECHT.”
Acaso por ello, nunca como hoy encaja la
frase que el astronauta JACK SWIGERT dejó para la posteridad, aquel 13 de abril
de 1970, desde el Apolo 13:
-“Ok, Houston, we've had a problem here…”