lunes, 22 de enero de 2018

Tras el escaño azul

Cd. Victoria, Tam. – La definición más común de escaño es “asiento con respaldo” (Real Academia Española) y mire usted que para llegar al senado se necesita precisamente eso, respaldo. En sentido metafórico, desde luego.
De acuerdo a su acepción más antigua sería cualquier promontorio de tierra que sirva de reposo. Hoy nos remite a las suntuosas poltronas de piel donde se acomodan y ejercen su mando los representantes populares.
Aplica en ambas cámaras, aunque la costumbre hace mayor referencia al senado, dejando a los diputados el más plebeyo término de curul.
Una vieja acepción añade que el escaño podría eventualmente servir como lecho. Detalle curioso, si recordamos las imágenes furtivas que los paparazis mexicanos suelen tomar de legisladores durmiendo la mona en plena sesión.
Los estudiosos se remontan a la cuarta década del siglo XIX español para explicar el color azul que identifica a la bancada de la cámara alta.
Era el color de la dinastía borbona, que lo hacían extensivo a los sillones ocupados por los emisarios del rey en las Cortes Generales (parlamento), dejando el rojo para los representantes populares.
Con el tiempo, el azul tiño a la cámara alta, por muchos años más cercana en intereses y afectos al gobierno en turno, que su contraparte plebeya, la baja.
Una nota del semanario PROCESO fechada en mayo de 2015 reporta que el senado gastó durante la actual legislatura 70 millones de pesos en mobiliario fabricado por el diseñador milanés MARIO BELLINI.
Para la Comisión Permanente las butacas serían (dice el apunte) modelo Poltrona Frau y están provistas de un pequeño cajón, una portezuela para el teléfono y una tapa batiente de donde emerge la pantalla touch.
Hoy en día Tamaulipas tiene tres senadores. Dos mujeres del PAN votadas por mayoría en calidad de suplentes y que llegaron al cargo cuando sus titulares pidieron licencia para asumir nuevas responsabilidades.
Es el caso de SANDRA LUZ GARCÍA, suplente del actual jefe del Ejecutivo estatal FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y de ANDREA GARCÍA, suplente de la alcaldesa reynosense MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ.
El tercero es MANUEL CAVAZOS, exgobernador, hoy senador priísta por la fórmula de representación proporcional, eso que llaman primera minoría.
Como todo el país, la entidad es hoy un hervidero de rumores ante las numerosas candidaturas que están por definirse en los diversos partidos.
De primera importancia, en el gobernante Acción Nacional, aunque también en organizaciones como el PRI, PRD y MORENA.
Entre los membretes menores (MC, PT, PES, PANAL y PVEM) habrá que esperar si postulan candidatos propios o se coaligan con algún hermano mayor que les garantice la supervivencia. El MC junto al PRD y el PAN; el PANAL y el PVEM en embalaje con el PRI y el PES con el PT uncidos a MORENA.
Lo único seguro es que, de acuerdo a la ley, las dos nominaciones senatoriales deben quedar repartidas por género. Hombre y mujer. Para algo habrá de servir el dato.
Es así que en el PRI mencionan a BALTAZAR HINOJOSA y PALOMA GUILLEN, sin perder de vista a ENRIQUE CÁRDENAS y EDGARDO MELHEM, entre otros.
En el PAN, ISMAEL CABEZA, OMEHEIRA LÓPEZ REYNA, KIKO ELIZONDO, ELVA VALLES.
En MORENA, desde luego, el doctor AMÉRICO VILLARREAL, aunque hay nombres que lo mismo podrían encajar en su partido aliado, el PES, como OLGA PATRICIA SOSA y JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL.
Especular con “amarrados” (la mayoría, más presuntos que reales) es divertimento de columnistas que aporta calor a la víspera de los destapes, pero poca o ninguna certeza.
Como predicción, su valor es prácticamente nulo. Ni alimenta ni modifica decisiones que se adoptan de manera vertical.
En el caso de la Cámara Alta, sabemos quiénes la buscan, porque lo han dicho. Pero no hay prospectiva válida capaz de mapear la voluntad que emana de la cúpula.