Cd.
Victoria, Tam. – La definición más
común de escaño es “asiento con respaldo” (Real Academia Española) y mire usted
que para llegar al senado se necesita precisamente eso, respaldo. En sentido
metafórico, desde luego.
De acuerdo a su acepción más antigua sería
cualquier promontorio de tierra que sirva de reposo. Hoy nos remite a las
suntuosas poltronas de piel donde se acomodan y ejercen su mando los
representantes populares.
Aplica en ambas cámaras, aunque la
costumbre hace mayor referencia al senado, dejando a los diputados el más plebeyo
término de curul.
Una vieja acepción añade que el escaño podría
eventualmente servir como lecho. Detalle curioso, si recordamos las imágenes
furtivas que los paparazis mexicanos suelen tomar de legisladores durmiendo la
mona en plena sesión.
Los estudiosos se remontan a la cuarta
década del siglo XIX español para explicar el color azul que identifica a la
bancada de la cámara alta.
Era el color de la dinastía borbona, que
lo hacían extensivo a los sillones ocupados por los emisarios del rey en las Cortes
Generales (parlamento), dejando el rojo para los representantes populares.
Con el tiempo, el azul tiño a la cámara
alta, por muchos años más cercana en intereses y afectos al gobierno en turno,
que su contraparte plebeya, la baja.
Una nota del semanario PROCESO fechada en
mayo de 2015 reporta que el senado gastó durante la actual legislatura 70 millones
de pesos en mobiliario fabricado por el diseñador milanés MARIO BELLINI.
Para la Comisión Permanente las butacas serían
(dice el apunte) modelo Poltrona Frau y están provistas de un pequeño cajón,
una portezuela para el teléfono y una tapa batiente de donde emerge la pantalla
touch.
Hoy en día Tamaulipas tiene tres
senadores. Dos mujeres del PAN votadas por mayoría en calidad de suplentes y
que llegaron al cargo cuando sus titulares pidieron licencia para asumir nuevas
responsabilidades.
Es el caso de SANDRA LUZ GARCÍA, suplente
del actual jefe del Ejecutivo estatal FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y de ANDREA
GARCÍA, suplente de la alcaldesa reynosense MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ.
El tercero es MANUEL CAVAZOS,
exgobernador, hoy senador priísta por la fórmula de representación proporcional,
eso que llaman primera minoría.
Como todo el país, la entidad es hoy un
hervidero de rumores ante las numerosas candidaturas que están por definirse en
los diversos partidos.
De primera importancia, en el gobernante
Acción Nacional, aunque también en organizaciones como el PRI, PRD y MORENA.
Entre los membretes menores (MC, PT,
PES, PANAL y PVEM) habrá que esperar si postulan candidatos propios o se coaligan
con algún hermano mayor que les garantice la supervivencia. El MC junto al PRD
y el PAN; el PANAL y el PVEM en embalaje con el PRI y el PES con el PT uncidos
a MORENA.
Lo único seguro es que, de acuerdo a la
ley, las dos nominaciones senatoriales deben quedar repartidas por género.
Hombre y mujer. Para algo habrá de servir el dato.
Es así que en el PRI mencionan a
BALTAZAR HINOJOSA y PALOMA GUILLEN, sin perder de vista a ENRIQUE CÁRDENAS y EDGARDO
MELHEM, entre otros.
En el PAN, ISMAEL CABEZA, OMEHEIRA LÓPEZ
REYNA, KIKO ELIZONDO, ELVA VALLES.
En MORENA, desde luego, el doctor AMÉRICO
VILLARREAL, aunque hay nombres que lo mismo podrían encajar en su partido
aliado, el PES, como OLGA PATRICIA SOSA y JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL.
Especular con “amarrados” (la mayoría, más
presuntos que reales) es divertimento de columnistas que aporta calor a la
víspera de los destapes, pero poca o ninguna certeza.
Como predicción, su valor es
prácticamente nulo. Ni alimenta ni modifica decisiones que se adoptan de manera
vertical.
En el caso de la Cámara Alta, sabemos quiénes
la buscan, porque lo han dicho. Pero no hay prospectiva válida capaz de mapear
la voluntad que emana de la cúpula.