Cd.
Victoria, Tam. – Perdonando por lo de
penko, los torpes ataques emprendidos desde todos los frentes contra el gallo presidencial
de MORENA, parecen tener el efecto de un poderoso vitamínico.
Negativos tiene el hombre (y muchos), ¿despropósitos?,
a cada rato, contradicciones, furias, devaneos. Aliados recientes que antes
fueron sus enemigos y amigos que hoy lo abominan.
Pero guerra sucia también, ahora en
redes, cuyo anonimato (y sus alias mutantes) hace difícil el seguimiento, aunque
la sospecha abunde y se extienda hacia el restante abanico partidista.
Estaría en duda el efecto, por muy
truchas que sean los especialistas en contracampaña traídos de Venezuela o
Miami. Caros, por supuesto, a la fecha ineficaces.
Recién se entera la opinión pública que
una tal FRIDA GHITIS, articulista del Washington Post (con trayectoria en CNN y
el Miami Herald) lanzó de su ronco pecho cierta tesis conspirativa donde
vincula a VLADIMIR PUTIN con LÓPEZ OBRADOR.
Citando fuentes de inteligencia
estadounidense, GHITIS presume la existencia de “señales tempranas” de las “sofisticadas
campañas rusas” de “subversión, desinformación y propaganda.”
¡Ora pues!... Vaya culebrón, como para llenar
un thriller (cinematográfico o novelado) estilo JOHN LE CARRÉ, FREDERICK
FORSYTH o ROBERT LUDLUM.
Asegura la dama que desde el mismísimo Kremlin
(música, maestro) alguna suerte de tenebrosa asistencia estaría “amplificando
el mensaje en las redes sociales”.
Lo cual podría terminar marcando “una
diferencia decisiva” y favorable al precandidato presidencial de la alianza “Juntos
haremos historia”, constituida por MORENA, PT y PES.
El infiel PUTIN (no olvidar el acento
prosódico en la “U”) tendría, por malvado afán, el “mostrar una sonrisa de
satisfacción” si triunfa en México un candidato contrario al interés norteamericano.
Y, bueno, el tema encontró eco inmediato
en personajes como JAVIER LOZANO ALARCÓN, el expriísta que se volvió panista y
luego expanista reincorporado al PRI, a las órdenes de TOÑO MEADE.
Fragoroso, virulento, el senador y exsecretario
del Trabajo habló de “ataques cibernéticos masivos” originados en Moscú, “para meterse
por la puerta de atrás” (sic) y “generarle ruido a Estados Unidos.”
Fantasía iracunda. Y no lo digo porque
AMLO sea una madre de la caridad (nuncamente) sino porque el trabajo detonador
de este episodio mediático, se funda en filtraciones del aparato de seguridad
norteamericano.
Error craso. Dicho en lenguaje de
paisanos, le pusieron el balón a LÓPEZ OBRADOR para “chutar sin portero”, con gol
garantizado.
Ni tardo ni medroso, el aludido apeló
desde Veracruz a la soberanía nacional, para demandar a las autoridades que
impidan cualquier “injerencia de algún gobierno extranjero” en la elección
presidencial.
De cara al litoral jarocho, ANDRÉS
MANUEL envió una respuesta en video donde se mofa de la acusación y dice estar
esperando “un submarino ruso” que presuntamente le trae el “oro de Moscú”, del
que habla la tesis anticomunista.
Aprovecha, además, para presentarse como
“ANDRES MANUELOVICH”, añadiendo, en tono burlón, una terminación rusa a su
segundo nombre. Y en cuanto al “oro” referido, se permitió aclarar que se trata
de un loro (ave) que tiene en su rancho de Palenque.
Ciertamente sus enemigos le abren
espacios y caben aquí las siempre valiosas alegorías médicas. Cuando la
agresión es burda, primitiva, mostrenca, funciona como antígeno, induce la inmunidad
del sujeto atacado.
Ocurre, pues, con el tabasqueño MANUELOVICH,
nombre que permite variantes en la estilización eslava, tártara, moscovita.
Igual podría ser ANDREI MACUSPENKO, por su localidad de origen.
Acaso lo único interesante que dijo la señora
GHITIS es que factores como el presidente TRUMP brindan involuntaria ayuda al
abanderado de MORENA.
Con enemigos así, no necesita amigos.