Cd.
Victoria, Tam. – Oiga usted, 15
minutos es muy corto tiempo para contener reprimendas tan ásperas, auténticas
catilinarias contra tres presidentes (PEÑA, CALDERÓN, FOX) y, de pilón, contra AMLO.
A todos se los pone parejos DIEGO
FERNÁNDEZ DE CEVALLOS durante su aparición en el semanario PROCESO, este
domingo. Es nota y foto de portada, entrevista escrita y charla en video cuya
primera parte conocimos ayer.
Lo aborda el reportero ÁLVARO DELGADO, autor
de libros sobre la ultraderecha en México, como “El Yunque” (Plaza & Janés,
2003) y “El Ejército de Dios” (Ibid., 2005) donde, por cierto, asoman personajes
cercanos al jefe DIEGO.
Ave de las tempestades, abogado por la
UNAM, diputado, senador, candidato presidencial, panista de toda la vida, hoy
en día es asesor de RICARDO ANAYA.
Corbata azul y platinada la barba, no
suelta su puro ni la invectiva arrogante. Si bien felicita a PEÑA por su programa
legislativo, lo hace en pocas palabras: “reformas de altísimo valor para el
futuro de este país, punto.”
El ademán cortante (punto) subraya el
fin del comentario laudatorio. Lo que viene es acrimonia pura contra EPN:
- “Su paso por la política”, dice, “deja
un saldo impresentable, oprobioso en el ámbito de la corrupción, la impunidad, la
violencia y la pobreza”, “indigno de cualquier gobierno dejar estos saldos.”
El agravio es evidente. Se recordará que
FERNÁNDEZ fue secuestrado el 15 de mayo de 2010 en su rancho de Querétaro y permaneció
en cautiverio siete meses, hasta que la PGR anunció su liberación, el 20 de
diciembre, tras pagarse un rescate calculado en 20 MDD.
Con CALDERÓN el declarante aplica la
misma fórmula. Una sobadita ligera, de mero trámite (“ha dado mucho al partido”
y “dio todo lo que pudo por el bien de México”).
Después el raspón, más enfático, cuando desaprueba
la ruptura de FELIPE con la dirigencia panista, lo que juzga “absolutamente
deleznable”, por su “ingratitud al partido que le dio todo”.
Y luego reclamarle: “que ahora apedree
el tejado de la casa que lo albergó toda su vida, no me parece honorable.”
En cuanto a VICENTE FOX:
-“Nunca me sorprendió”, recuerda, “yo
sabía que era un perfil humano que -por grandote que esté y por aparatoso- no
podía llegar muy lejos. No tenía consistencia de hombre cabal.”
-“Yo creo que está mal de la cabeza”. Es
alguien, “de dar pena”, “un tipo que despertó tanto entusiasmo” y después “desbarró
en muchos aspectos”, “verdaderamente penoso.”
De AMLO duda, por principio, que haya moderado
sus posturas:
-"Es el mismo de siempre. Está
agazapado, es un falsario”, “sin honor y sin vergüenza”, “corrupto, solo que mañoso,
le juega al pobrecito”, “todo su comportamiento es de estafa”, “es un enfermo
mental”, “bribón de tiempo completo.”
Hombre polémico, la trayectoria de DIEGO
está bordada en episodios truculentos, desde su alianza con el salinismo para impulsar
las privatizaciones del periodo 1988-94, hasta la quema de urnas, testimonio de
la elección fraudulenta en 1988.
Y su papel como candidato en 1994, vapuleando
a CUAUHTEMOC en el debate televisivo y luego desapareciendo un mes de la
campaña, para permitir que ZEDILLO tomara delantera.
Cortesía que cobraría con creces al
colocar en PGR a un socio de su despacho, de nombre ANTONIO LOZANO GRACIA.
Verdad o fantasía, el nombre de DIEGO
FERNÁNDEZ aparece en el expediente de RAUL SALINAS y su fraudulento megaproyecto
“Punta Diamante”, Guerrero, y luego como asesor del litigio por el Banco Anáhuac,
cuyo quebranto descubrió nexos de dicha institución con el Cártel de Juárez.
Igual figura como accionista del hospital
capitalino “Santa Mónica” donde habría muerto el capo AMADO CARRILLO, “El Señor
de los Cielos”, por infarto al miocardio tras una fallida cirugía plástica
(1997). Noticia que los medios calificaron de inverosímil. Todo un personaje.