Cd.
Victoria, Tam. – Al arranque, hay una
tercia de opciones en pugna por la primera magistratura del país. Varones todos:
ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, RICARDO ANAYA y JOSÉ ANTONIO MEADE, de MORENA, el
PAN y el PRI, con sus respectivos aliados.
Sin embargo, los primeros tres pudieran
convertirse en dos, si hemos de creer a las encuestas que en el presente enero
siguen considerando a ANDRÉS MANUEL como puntero, con RICARDO en segundo lugar,
empezando a despegarse de PEPE TOÑO.
Cito una de ellas (Massive Caller, de la
capital mexicana) que en intenciones del voto otorga a LOPEZ OBRADOR un 28.6%, reconoce
el 21.1% para ANAYA y 19.0% para MEADE.
Se diría que el gran parecido entre el
perfil, origen y propuestas de ANAYA y MEADE les hace compartir nicho
electoral y (además) fracturarlo.
Mientras que AMLO acapara el amplio
corredor que va del centro hacia la izquierda, con todos sus matices.
La experiencia indica que alguna suerte
de entendimiento estaría en vías de ocurrir (si no es que empezando a
manifestarse ahora) entre dos cartas tan parecidas que además comparten su
antagonismo hacia MORENA.
Lo vimos en 2006, cuando el aparato
priísta abandonó a su gallo formal ROBERTO MADRAZO y decidió cerrar filas en
torno a FELIPE CALDERÓN del PAN.
Y en 2012, con el PAN lanzando a una
candidata inocua como JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA, para dejar el camino libre al abanderado
tricolor ENRIQUE PEÑA NIETO y doblar por segunda vez al tabasqueño.
La pregunta es quién será el sacrificado
esta vez, ¿ANAYA o MEADE?... y también si un juego ya muy visto de cooperación
a trasmano les daría los resultados que esperan.
Entre otras razones porque el voto duro
de AMLO ha resistido tantas andanadas propagandísticas (o, peor, de
antipropaganda) que hoy en día cualquier acusación en su contra le rebota.
No se le pega, deviniendo en un
candidato de “teflón”. Fenómeno que antes vimos en los norteamericanos RONALD
REAGAN y DONALD TRUMP, aunque también en el mexicano VICENTE FOX.
Esto es, cuando un aspirante se ha
posicionado con tal fuerza en el ánimo profundo de la gente que ningún ataque,
por duro que sea, le hará cambiar de opinión.
Los hombres de teflón se blindan (incluso)
contra sus propios errores. Esto lo vimos en TRUMP, cuyos deslices brutales no significaron
pérdidas porcentuales mayores.
En cuanto a LÓPEZ OBRADOR es el participante
más antiguo de la justa entrante. No solo porque el 13 de noviembre pasado
cumplió 64 años sino por el número de batallas que ha librado.
Fue candidato (dos veces) a la
gubernatura de Tabasco, amen de su campaña tras la jefatura del gobierno
capitalino y su actual intentona (tercera) por la Presidencia.
Siguiendo con las edades, a medio camino
estaría MEADE, quien el 27 de febrero cumplirá 49 años, con importante trayectoria
en el servicio público (cinco veces secretario) aunque nula experiencia política.
Nada, ningún cargo, ni partidista ni de elección popular.
Y el más joven es ANAYA, quien también
en febrero (el 25) celebra su cumpleaños 39, ya fue diputado federal, jefe de
su fracción, presidente de la cámara baja y líder de su partido.
Para los creyentes en asuntos del
zodiaco, RICARDO y PEPE TOÑO son pescaditos (Piscis) y ANDRES MANUEL se ubica
como Escorpión.
Si hubiéramos de juzgarlos por su espíritu
de lucha (combatividad, garra), el más tibio es MEADE, cuya preparación nadie
pone en duda, aunque ya metido en el cuadrilátero electoral carece de pegada.
El fajador (¿Quién lo duda?) es AMLO, hábil
en el martillazo severo, arriba y abajo del cinturón. Mientras que ANAYA sería
un fino estilista, que ha hecho gala de resistencia y elegancia en los embates previos
de la justa interna, pero aún tiene mucho que mostrar.
En la recta final (justo es insistir) de
tres quedarán dos.
La mejor opinión es del lector.