Cd.
Victoria, Tam. – Dos facetas, diferentes
propuestas, duplicidad de posturas y de imagen pública. Irreconciliables,
acaso, o por lo menos difíciles de embonar en un solo proyecto de nación.
Contraste agudo que lleva a recordar la novela
clásica de STEVENSON, “El extraño caso del doctor JEKYLL y el señor HYDE”, cuya
primera edición en Londres data de 1886.
El tema de la doble identidad
magistralmente tratado. El bondadoso científico (HENRY JEKYLL) que bajo
determinadas circunstancias se transforma en un engendro llamado EDWARD HYDE.
Guardando las debidas proporciones, desde
2012, cuando ANDRÉS MANUEL insertó en su discurso aquello de la “república amorosa”,
la gente preguntó si era la misma persona que horas después despotricaba contra
el mundo.
O si tendría lugar esa cristiana
misericordia entre su colección de malas maneras, como la manía recurrente de satanizar
a sus adversarios, el menosprecio a la diversidad de opinión, su vicio por los
ataques personales con lujo de apodos.
En el presente 2018, el contraste, lejos
de disminuir, se ha profundizado. Ciertamente, hay mayor énfasis en su búsqueda
del electorado de clase media, el empresariado.
De aquí sus alianzas con Partido
Encuentro Social (PES) de inocultable matriz evangélica. Lo cual aprovecha AMLO
para lucir su magnanimidad hacia todas las doctrinas religiosas, sin renunciar
al estado laico, aclara.
Igual hace migas con el mundo de los negocios, teniendo por intermediarios al industrial regiomontano ALFONSO ROMO y al consultor ABEL HIBERT SÁNCHEZ, coordinador económico de campaña.
Igual hace migas con el mundo de los negocios, teniendo por intermediarios al industrial regiomontano ALFONSO ROMO y al consultor ABEL HIBERT SÁNCHEZ, coordinador económico de campaña.
De las entrevistas concedidas por ABEL y
ALFONSO, se desprende un mismo argumento conciliador. Prometen que el incremento
al gasto social estará fundado en la austeridad y en la reingeniería del
presupuesto, evitando duplicidad de programas, eliminando privilegios, rubros
inútiles.
Ello (dicen) sin aumentar el déficit (hablan
de “déficit cero”) ni endeudar al país, con respeto total a la autonomía del
Banco de México.
Añaden que AMLO no es como lo pintan, su
meta es la eficiencia y no el populismo, negando además cualquier parentesco ideológico
con HUGO CHAVEZ o NICOLÁS MADURO.
Su propuesta de gabinete apunta al mismo
blanco, cuando ubica a la expresidenta de la Suprema Corte OLGA CORDERO como titular
de SEGOB y al exoperador zedillista ESTEBAN MOCTEZUMA en la SEP.
En el mismo tenor vemos la incorporación
de TATIANA CLOUTHIER, exdiputada, activista, empresaria, hija del desaparecido
excandidato MANUEL J. CLOUTHIER.
Inclusiones, aliados y testimonios que
pretenden abonar la imagen de AMLO como un reformador moderado y pluralista.
El estadista civilizado que, con los pies
en la tierra, centraría su propuesta en combatir a fondo corrupción y
privilegios, ineficiencia y derroche. Asoma, pues, la figura literaria del
apacible doctor EDWARD JEKYLL.
Sin embargo, su otra faceta, la del
señor HYDE sigue ahí, al acecho, lista para aflorar a la primera provocación. Los
motes amargos que endilga a sus contrincantes, o el que haya renombrado al
PANAL como “nueva transa”.
Ocurrencias exóticas como la negociación
con los jefes del narco y esos 2 millones 300 mil aviadurías de 2 mil 400 pesos
al mes, con las que pretende convertir a los sicarios en becarios.
O que personeros como HÉCTOR DÍAZ-POLANCO
(titular de la Comisión de Honor y Justicia en MORENA) y el exdiputado FERNÁNDEZ
NOROÑA, muestren simpatías abiertas por el proyecto bolivariano de MADURO, hoy
en total bancarrota.
Y que ALBERTO ANAYA, líder nacional del
PT (aliado de MORENA) destaque entre los más acérrimos defensores del sátrapa
norcoreano KIM JONG UN.
Todo ello, sin que LÓPEZ OBRADOR tome
distancia o aclare si concuerda o no con las filiaciones de gente tan cercana. Cabe
por ello la duda.
En caso de ganar, ¿cuál de los dos
gobernaría?