lunes, 1 de febrero de 2016

Unidad en la diversidad

Cd. Victoria.- Un nombre, BALTAZAR, sintetiza el rumbo del priísmo tamaulipeco hoy día, en un entorno que apenas la semana pasada barajaba siete opciones y el mismo número de filiaciones, identidades, sueños y ambiciones grupales.
Panorama disperso y beligerante que nos dibuja el tamaño de reto que hoy tiene enfrente el candidato y también su partido. El desafío de construir la unidad en un horizonte dominado por la diversidad.
Abundancia de fuerzas en movimiento que fue tema recurrente de esta columna en el último trimestre de 2015 y las primeras semanas de 2016.
Revelada la identidad del candidato, se diría que los operadores de BALTAZAR HINOJOSA tienen de entrada bastante tarea por realizar a lo largo y ancho de la geografía tamaulipeca.

CONTROL DE DAÑOS
Inaplazable la operación cicatriz, cabría preguntar cuál va a ser la estrategia con el puñado de grupos locales que durante largos meses gastaron dinero, tiempo y esfuerzo en apoyo a los precandidatos perdedores.
Cuestión de recordar aquellos costosos espectaculares y los folletos multicolores impresos por decenas de miles.
Las pintas y pegotes, la birsutería impresa con foto, logotipo y emblema de cada aspirante, ceniceros, vasos, encendedores, lápices, papel membretado.
Aunque también el cortejo sistemático a editores y plumas, las visitas a redacciones, el monitoreo de medios, entrevistas, inserciones y todo el trabajo para inducir opiniones favorables.
Añádanse el acarreo, las horas-hombre gastadas en tramoya, tarimas, gradas, estrados, mamparas, plataformas.
Los ostentosos operativos de seguridad, las cabalgatas multitudinarias y las comelitonas masivas amenizadas por cantadores de la más diversa catadura, del trío huasteco al mariachi, del reguetón al norteño.
Sin olvidar la encuestología bizarra con resultados al gusto del patrocinador, videos y jingles promocionales, la intensa actividad en redes, de Twitter y Facebook a Instagram y YouTube.
Todo eso y mucho más que acaso pueda resumirse en la palabra posicionamiento, definido este como el lugar que ocupa una imagen pública no sólo en el mercado electoral sino, sobre todo, en la mente y corazón del votante.
¿Cómo hacer, pues, para reciclar toneladas de esfuerzo, reencausar emociones y redireccionar todo ese contenido en favor de una sola causa?

JUNTAR LOS PEDAZOS
Tareas urgentes, imponer y convencer. Conjúguese el primer verbo en los estratos más altos, donde el imperativo de hoy se engloba en la palabra disciplina.
Aplíquese el segundo en los grandes contingentes donde afianzar la candidatura de unidad tiene que ver con una dinámica incluyente por vías como la persuasión, el consenso, la negociación.
Máxime ahora que el PRI tendrá enfrente su primer candidato de peso desde que en 1992 MANUEL CAVAZOS compitió con JORGE CÁRDENAS.
En efecto, pese a los negativos que arrastra el panista PACO CABEZA, lo cierto es que llega a la competencia con la decisión y voluntad de ganar.
El exalcalde reynosense está muy lejos de ser un contrincante de paja como sin duda lo fueron (1) GUSTAVO CÁRDENAS en 1998 contra TOMÁS YARRINGTON, (2) el mismo GUSTAVO ante EUGENIO HERNÁNDEZ en 2004 y (3) JOSE JULIAN SACRAMENTO (cuñado de GUSTAVO) frente a RODOLFO TORRE en 2010.
Dicho en forma amable, los candidatos del PRI contendieron en las tres anteriores campañas con adversarios demasiado blandos, decididamente benignos y donde el debate de ideas y proyectos fue escaso o nulo.
Competidores a modo que subieron al ring a cumplir un papel similar al de aquel boxeador mexicano, el “Pulgarcito” RAMOS. Auténtico bulto que alcanzó notoriedad por su estoica capacidad para soportar golpes durante el tiempo necesario para dar por efectuada la pelea. Ahora será distinto.