Cd.
Victoria.- La capital tamaulipeca ha vivido en
semanas recientes episodios de violencia que creímos superados. El rumor de que
una disputa entre bandas estaría “calentando la plaza” encuentra oídos
dispuestos.
Destacan tres puntos:
(1) Noticia oportuna, este sábado fue
capturada la célula delictiva responsable de los ataques contra negocios locales
que costaron vidas inocentes.
(2) Precisión necesaria, los blancos de dichas
acciones se ubican en giros muy específicos: antros y depósitos de cerveza, en
su mayoría.
(3) Y también el deslinde. A los hechos
reales se suman fantasías deliberadas que corren por las redes con el aparente
propósito de sembrar temor, desconfianza, confusión.
Lo comenté aquí apenas la semana pasada, a
propósito del episodio penitenciario que, por igual, se solventó gracias a la
rápida respuesta institucional.
-“A la herida abierta”, escribí, “acuden prestos
los virus oportunistas.”
Para añadir:
“Luego resulta que videos y fotografías
presentados como recientes (y supuestamente locales) en realidad son archivos
muy viejos y reproducen sucesos acaecidos (asómbrese usted) al otro lado del
país.” (Interiores, “Duda universal”, jueves 18 de febrero, 2016).
FALACIAS
SERIALES
Pues bien, este fin de semana las redes
sociales se infestaron de mensajes por demás repetitivos, tan parecidos entre
sí que cabría suponer la existencia de un machote sobre el cuál se trabajó, con
ligeras variantes.
Pretendidos anuncios de comercios
victorenses (una docena, al menos) informando de un presunto cierre indefinido por
razones de seguridad.
Restaurantes, cines, tiendas de regalos, el
hospital del Seguro Social y hasta instituciones educativas como es el colegio
ESCANDÓN en sus tres niveles, primaria, secundaria y preparatoria, incluyendo
ULSA.
En esencia, el texto era este:
“Siguiendo el consejo de las autoridades
les informamos que el establecimiento se encontrará cerrado a partir de hoy y
hasta nuevo aviso, esto para asegurar su bienestar y el nuestro."
Elementos comunes, su redacción y diseño. Estilo
semejante, similar formato y hasta la misma tipografía en algunos casos. Malsana
su búsqueda del impacto emocional entre la población.
Esa amalgama de sentimientos ambiguos que
van de la indefensión al vértigo para transformarse rápidamente en reclamo
ciudadano contra la autoridad gubernamental.
TUFO
ELECTORERO
El olor a falsificación se capta desde el
primer vistazo. Más cuando comprobamos que al momento de circular estos
engendros, la empresa Cinépolis estaba dando servicio con regularidad, igual
que otros comercios.
En el caso del IMSS (cuyo presunto cierre
se antoja risible) el letrero va dirigido a sus “clientes” y no a los
derechohabientes.
Confirmaría ello la sospecha de que se
trabajó sobre un esquema único, cambiando sólo el nombre del remitente. Maquila
ciega y burda.
Desde luego, imposible negar que Victoria ha
vivido por estos días un brote de violencia real.
Cuestión de asomarse a los medios para
constatar que la emergencia existe. Aunque (ojo) también se informa de capturas,
hay reportes de acciones efectivas y resultados tangibles.
Sobre esta coyuntura apareció de pronto dicha
campaña en redes buscando sacarle jugo político a la desinformación. La
pregunta es quien mueve esto, a quién le conviene.
Si además recordamos que tales hechos
ocurren al arranque de un proceso electoral, tendremos que remitirnos a embestidas
similares observadas en procesos anteriores (hace 6, 12, 18 años).
Tareas de alcantarilla atribuidas desde
entonces a un partido político en concreto y conocidas con el mote del “Operativo
Ave Azul”.
Pajarraco con cuernos esta vez…
Truculento ahora en su conducción…
Aunque el color, finalmente, es el mismo.