Cd.
Victoria.- Razón les sobra a los colegas que
señalan la presencia de una etapa anticlimática en el naciente proceso tamaulipeco,
donde las tareas partidistas no parecen entusiasmar lo suficiente a la
población.
La respuesta es casi de Perogrullo: no hay
campañas todavía. Ni siquiera candidatos.
Sabemos quienes traen la nominación en la
bolsa, como BALTAZAR HINOJOSA en el PRI y PACO CABEZA en el PAN, pero en
sentido estricto sus tareas de proselitismo aún no empiezan.
En todos los partidos la lista de abanderados
a diputaciones y alcaldías se encuentra apenas en proceso de confección, se
diría que a medio camino entre la especulación y los amarres firmes.
Aunque ello no impide negar la existencia de
una baja pasajera en el ánimo social que además tiene una razón muy clara.
Terminaron de golpe las precampañas del PRI
a la gubernatura (GUEVARA, CÁRDENAS, BERNAL, ETIENNE) que dieron nota y
colorido al paisaje mediático durante la segunda mitad del 2015 y las primeras
semanas del 2016.
Este es el vacío. Ya no hay estrépito, ni
vocinglerío, ni aquellos grandes espectaculares, ni comederos masivos, ni
briosas cargas de caballería o devotas cadenas en redes sociales.
Todo aquel estrépito se transformó en un hilo
fluido de actividades en torno a la figura de BALTAZAR. Desde luego, hacía más
ruido lo primero que lo segundo.
Por igual, la especulación amainó dentro
del PAN cuando dejó fuera a personajes como LETICIA SALAZAR y CARLOS CANTUROSAS,
para definirse en favor del señor CABEZA.
Se diría que el lector, televidente,
radioescucha, se toma hoy un respiro previo antes de zambullirse en lo que sin
duda será un bombardeo cruento de propaganda electoral, pródigo en nombres,
slogans y propuestas.
Aunque también la inevitable contrapropaganda,
golpes bajos, descalificaciones y demás morralla propia de estas contiendas.
TENEMOS
VISITA
Está en Tamaulipas ANDRES MANUEL LÓPEZ
OBRADOR, dirigente nacional de MORENA, dos veces candidato presidencial y con
intención explícita de estar en la boleta del 2018.
Tras bajar del avión en el fronterizo
puerto de Reynosa, AMLO abrió fuego con su argumento favorito, el diagnóstico
que dio nombre a dos de sus libros, “la mafia que se adueñó de México.”
Monotemático, el tabasqueño pidió a sus
seguidores locales que no se dejen engañar “por los mismos de siempre, ni con
esta nueva estructura de candidatos independientes”, porque todos, decretó (a
excepción de MORENA) forman parte de “la mafia del poder”.
Apenas el lunes pasado, el propio LÓPEZ
OBRADOR había actualizado la lista de miembros que integran dicha mafia, al
añadir a viejos amigos suyos (examigos, ahora) como son los gobernadores
perredistas de Morelos y Tabasco, GRACO RAMIREZ y ARTURO NUÑEZ, así como el jefe
del gobierno capitalino MIGUEL ANGEL MANCERA.
-“Todos ellos le han dado la espalda a
nuestro movimiento”, aseguró categórico, para luego advertir, como un presagio
nefando, que “vendrán nuevas traiciones” porque “la traición siempre se hace
acompañar de otras, nunca llega sola.”
La agenda de AMLO en Tamaulipas incluye
cinco jornadas de actividad por vía terrestre. Inevitable, será noticia
nacional donde quiera que acampe o se detenga a declarar.
Su vocación mediática está fuera de
cualquier discusión. Aunque luego ocurre que cometa algunos autogoles como hacer
candidatos a quienes antes llamó corruptos, cuando eran militantes del PRI.
Hombre sensible, perseverante, austero, el
destino de LÓPEZ OBRADOR habría pintado distinto de no ser por ese maniqueísmo
ciego que lo lleva a romper con quienes piensan diferente.
Actitud un tanto religiosa que se fue
agravando después de su derrota en 2006 hasta convertirse en vicio. Su
prospectiva para 2018 se antoja sombría.