viernes, 26 de septiembre de 2014

¿Cédula de identidad?


Cd. Victoria.- El proyecto de implantar en México un documento único y obligatorio de identificación nacional data del gobierno encabezado por MIGUEL DE LA MADRID (1982-88) quien no ocultaba su admiración por los sistemas de inteligencia en la entonces llamada Alemania Federal.
Coincidía además el arribo de MM con el ascenso de HELMUT KOHL, el legendario líder social-cristiano que gobernaría la mitad occidental de aquella nación entre 1982 y 1990, para luego hacerse cargo de la Alemania unificada de 1990 a 1998. En total, 16 años.
La idea se quedó en el tintero, acaso por el muy mexicano temor a que dificultades técnicas (la computación gubernamental estaba en pañales) dieran al traste con un proyecto reconocidamente costoso.
Ello, bajo un gobierno como el lamadridista al que le tocó afrontar el mayor quebranto financiero del México contemporáneo.
Prolongado el ánimo tecnocrático con SALINAS y ZEDILLO, el tema flotaría varias veces en el ambiente sin llegar a concretarse.
En descargo, la evolución de la credencial electoral pareció cubrir en cierta medida dicha necesidad.

CFE, IFE, INE
Al paso de los años, la vieja tarjeta de votar, hecha de cartón sin folio ni fotografía por la Comisión Federal Electoral (CFE) fue ganando en singularidad y complejidad al quedar en manos (a partir de 1989) de un organismo autónomo denominado Instituto Federal Electoral (IFE).
El cuál la convertiría en el documento más confiable del México actual, cuya validez se extiende más allá de la urna para ganar preponderancia sobre cualquier otra identificación (llámese licencia de manejo, cédula profesional o tarjeta de seguridad social) en todo trámite oficial, operación bancaria, transacción comercial o convenio notarial.
En mis tiempos le decíamos “credencial de elector”, aunque las generaciones más jóvenes dieron luego en llamarla por las siglas de la institución.
-“Saca tu IFE y voltéala para saber si está vigente”, decía hasta hace poco un mensaje televisivo donde una presunta pianista promovía la actualización del documento, fingiendo interpretar la marcha turca de MOZART con una mano.
(Tarea “¡imposible!”, me comentaba ayer el maestro SERGIO CÁRDENAS desde su espacio en FACEBOOK, a pregunta expresa sobre dicho promocional; además de “mal tocada”, añadió).
Pero, bueno, el nombre irremisiblemente habrá de cambiar cuando los millones de mexicanos que aún tenemos tarjeta válida del antiguo IFE debamos sustituirla por la que ya está generando el flamante Instituto Nacional Electoral (INE).
De hecho hoy día circula en los medios la promoción respectiva para la contienda federal del 2015, consultable en el espacio oficial de YouTube (www.youtube.com/user/IFETV).
En paralelo, desde el segundo año de ZEDILLO (1996) se instaló un mecanismo de control llamado Clave Única de Registro de Población (CURP), dato que luego sería añadido a la credencial electoral.

¿AHORA SÍ?
La nota, en este otoño húmedo del 2014, es que el presidente ENRIQUE PEÑA NIETO tiene en agenda (“one more time”) la Clave Única de Identidad.
Así lo confirmó ayer jueves tras regresar de Nueva York y presidir la clausura del “Tercer Foro Nacional Sumemos Causas Por la Seguridad", en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, junto a figuras como MARIA ELENA MORERA, ROY CAMPOS y el propio MIGUEL ANGEL OSORIO CHONG.
Y aunque han pasado 30 años del primer esbozo, PEÑA NIETO parece conciente del mismo aspecto que preocupó a DE LA MADRID: el costo.
Por supuesto, la economía del país está sensiblemente mejor que en aquellos años aciagos, pero aún así miren que PEÑA habló primeramente de revisar “la viabilidad presupuestal o la viabilidad económica de un proyecto de esta naturaleza.”
Al cuál calificó como un tema “de la mayor trascendencia” pospuesto “por varias décadas” y que “no se ha logrado materializar.”
Dejaría al respecto la indicación al titular de SEGOB ahí presente, para que encabece el análisis del asunto, en el marco del Consejo Nacional de Seguridad.