lunes, 24 de septiembre de 2012

Ópticas en disputa


Cd. Victoria, Tam.- Si algo debemos agradecer a la reinante polémica laboral (con sus respectivas marchas y tumultos) es que muestre con nitidez quien es quien en la vida partidista. Por sus filias y fobias los conoceréis.
De entrada, la propuesta calderonista enviada al congreso arrastra un dejo de hipocresía.
Ni a FELIPE ni a su antecesor VICENTE FOX les preocupó jamás la opacidad de las organizaciones sindicales ni su ausencia de democracia.
Para ambos resultó siempre más cómodo negociar directamente con los líderes charros que la posibilidad de vérselas con representantes auténticos cuyas demandas reflejasen el verdadero interés de sus agremiados.
La razón es muy sencilla: a los primeros se les arregla con prebendas. Los segundos, en cambio, plantearían necesidades torales como (por ejemplo) resarcir el poder adquisitivo perdido por los minisalarios en cinco regímenes neoliberales consecutivos (30 años ya) entre DE LA MADRID y CALDERÓN.
Ahora resulta que el PAN nos viene a proponer sindicatos transparentes y honestos luego de tener por aliada a ELBA ESTHER GORDILLO en dos elecciones al hilo (2000 y 2006).
Puede interpretarse incluso como un buscapiés para ENRIQUE PEÑA NIETO esta iniciativa de reforma que lo obliga a redefinir en un plazo muy corto su alianza histórica con las organizaciones sindicales.
En ese sentido CALDERÓN estaría poniendo en práctica un viejo truco de guerra romano: envenenar el agua antes de entregar el territorio al bando enemigo.
Las tres corrientes políticas principales exhiben hoy coincidencias y diferencias en sus respectivos enfoques laborales.
El PRI y PAN concuerdan en la idea de facilitarle al sector patronal la subcontratación y el despido de los trabajadores, relativizando la obligatoriedad de los contratos colectivos. Difieren, no obstante, en los referidos asuntos de transparencia y democracia sindical.
El PAN y las izquierdas coinciden en esto último (democracia, rendición de cuentas) aunque el PRD considera inalienables los derechos de los trabajadores consagrados por la Constitución de 1917.
El caso es que este lunes amanecemos con seis días en la cuenta regresiva para aprobar o rechazar la iniciativa y no es precisamente el consenso lo que prevalece en las cámaras.
Y en las calles menos... La semana cerró con una gran marcha convocada en la capital del país por organizaciones sindicales, del Ángel de la Independencia al Zócalo.
Un cálculo intermedio sugiere que acaso se apruebe alguna suerte de reforma esta semana, pero no en los términos propuestos por el ejecutivo.
Lo advierten ya los medios y voceros del sector empresarial cuando alertan contra una versión “descafeinada” del proyecto original.
Así habría que entender las declaraciones del líder tricolor en la cámara baja MANLIO FABIO BELTRONES cuando vaticinó que la reforma saldrá adelante pero sin cambios en la Carta Magna.
En fin, me inclino a pensar que el asunto es demasiado complejo como para despacharlo en horno de microondas.

CÁRCELES A DISCUSIÓN
La semana pasada el Presidente CALDERÓN se ufanaba en su cuenta de Twitter de su presunta eficacia mostrada en materia carcelaria, al decir (textual) que: “en los últimos 6 años se han fugado más de 1000 reos de penales estatales. De los penales federales, ninguno.”
Por ello el jueves comenté en este espacio que la gran mayoría de los reos involucrados en motines y fugas son del fuero federal y que, en todo caso, habría que preguntar cuánto dinero aporta el Gobierno de la República por cada preso federal puesto a resguardo en las penitenciarías estatales.
Pues bien, este domingo el periódico LA JORNADA abordó precisamente el asunto en una nota que no tiene desperdicio pues desde su encabezado dice:
“Paga el gobierno 50 pesos diarios por cada preso federal y se deslinda de ellos”.
Añadiendo que por entregar ese monto, no se responsabiliza de fugas como la recién ocurrida en Coahuila.
¿De qué se ufana, púes, el Presidente?