jueves, 16 de agosto de 2012

Pelota para Ebrard


Cd. Victoria, Tam.- Le comenté aquí que gobernadores y legisladores de izquierda tendrían un cónclave este miércoles en Acapulco.
También le dije que dicho evento sería el arranque para que un sector importante de dicha corriente se pronunciase en favor de una postura negociadora, tomando distancia del obradorismo radical.
Va en camino, pues, dicho proyecto y la nota anexa es que coincidan en ello tanto el grupo dominante del sol azteca que encabeza CHUCHO ZAMBRANO, como el gobernador entrante de Morelos GRACO RAMÍREZ, el jefe de gobierno del Distrito Federal MARCELO EBRARD y hasta su sucesor MIGUEL MANCERA.
La actual transición de etapas, propósitos y estados de ánimo tiene su historia y se remonta a noviembre del 2011, cuando el propio MARCELO, en un acto de plausible madurez, se apartó de la contienda presidencial y otorgó su apoyo a LÓPEZ OBRADOR.
Circuló entonces la especie de que dicha capitulación tendría, al menos, dos condicionantes para ANDRES MANUEL:
(1) Que no metería mano en el proceso sucesorio del DF, dejando a EBRARD el pleno control y…
(2) Que pasada la elección federal, sin importar su resultado, MARCELO estaría al frente del nuevo proyecto refundador que dará sentido a este conjunto de organizaciones en los años que vienen.
Pues bien, el mensaje ofrecido este miércoles por ZAMBRANO en el puerto guerrerense confirma en gran medida lo previsto.
El giro tiene que ver con los tiempos. Mientras el obradorismo mira hacia el pasado (Soriana, Monex, Televisa), el ala conciliadora de EBRARD tiene la vista puesta en el futuro.
El contraste es obvio en la textura de ambos discursos.
AMLO y sus fieles de MORENA y #YoSoy132 continúan atascados en la exigencia de un presidente interino, las denuncias del voto comprado y las diatribas contra todos aquellos sectores que (de manera real o imaginaria) habrían impedido al tabasqueño llegar a la Presidencia.
En cambio, el grupo que se congregó en Acapulco estaría pensando en convertir al actual Frente Progresista en un nuevo partido político con ese nombre, pensando en fusionar a todas las fuerzas que contendieron unidas este 2012.
Por eso me permití opinar aquí hace algunas semanas (para ser exacto, el 6 de julio pasado) que la lucha postelectoral del 2012 se parecería más a la de CUAUHTEMOC CÁRDENAS en 1988 que a la de AMLO en 2006.
Sería más constructiva que estridente y todo indica que para allá vamos.
En su alocución de este miércoles, ZAMBRANO define el desafío de las fuerzas progresistas en “hacer valer su presencia e impulsar el cambio verdadero mediante acciones en el Congreso de la Unión y los gobiernos estatales”.
Otro punto significativo es que, frente a la frustración y el ánimo oscuro del obradorismo, ZAMBRANO encuentra razones para celebrar.
En particular, cuando dice:
- “Nuestra campaña fue la más exitosa en términos de crecimiento electoral en el Congreso de la Unión, el cual contará con grupos legislativos fuertes y unidos, para evitar cualquier intento de regresión al autoritarismo”.
¡A cada quién, según le haya ido en la fiesta!
Desde luego, la petición de un fallo justo del Tribunal Electoral sigue viva y está presente en todos los discursos.
Aunque ello no debe hacernos olvidar que los congregados de Acapulco se han comprometido a respetar el veredicto (sea cual sea) de dicha instancia superior en torno a las elecciones presidenciales de julio pasado.
Si bien nadie abandona de manera ostensible la causa de AMLO, todo indica que acompañarán su reclamo hasta ese punto: la divulgación del dictamen que (como es de esperarse) dará por bueno el triunfo de ENRIQUE PEÑA NIETO.
Y, bueno, como le comenté en este espacio el martes pasado, más allá del fallo el camino se bifurca.
Habrá, desde luego, un grupo radical que sin duda estará haciendo planes para impedir el arribo de PEÑA NIETO mediante marchas y plantones, intentando con ello repetir aquel alegato del 2006 que dividía al mundo entre espurios y legítimos.
Otros, en cambio, se pondrán en camino.