Cd. Victoria, Tam.- El chucho mayor del PRD JESUS ZAMBRANO GRIJALVA es tema del
día que ocupa cuotas importantes de saliva, tinta y papel.
La
razón es cierta advertencia que los medios le endilgan cuando presuntamente
previno contra probables estallidos sociales si el Tribunal Electoral concede
la victoria a ENRIQUE PEÑA NIETO.
Tal
declaración habría tenido lugar esta semana tras la visita que los dirigentes
de la coalición progresista hicieron a los ciudadanos magistrados del TEPF.
Lo
curioso es que muchos medios le estén atribuyendo a CHUCHO un posicionamiento
que en realidad fue del petista ALBERTO ANAYA:
Acudió
ZAMBRANO, en efecto, acompañado de ANAYA y representantes del Movimiento
Ciudadano.
Ciertamente,
el pronóstico de tormenta asomó en las palabras del momento, pero merecería
algunos matices.
Desde
luego, la prensa irremisiblemente adversa a dicha corriente política, se
encuentra ávida de pescar al vuelo cualquier errata que ridiculice a sus
excandidatos y dirigentes.
Y
digamos que estos de alguna manera le han dado una ayudadita a sus críticos con
detalles como las pruebas del presunto fraude que incluían animales de granja.
Necesario
es decir que la predicción contra brotes generalizados de inconformidad popular
jamás fue establecida de manera directa como una relación causa-efecto derivada
de un fallo contrario a LOPEZ OBRADOR.
Incluso
me parece que el dicho de ANAYA podría ser suscrito por cualquier mexicano
medianamente informado y preocupado por la tambaleante marcha de la nación.
Entre
otras cosas señaló que ante la inseguridad y la crisis económica, si el modelo
de país no cambia serían previsibles estallidos sociales.
Entendidos,
pues, dichos estallidos como resultado de un conjunto de factores y no de un
fallo electoral.
El
manejo mediático se fue por otro rumbo y parece emplear contra dicha
declaración una vieja cantaleta que (con la misma mala fe) atribuyen a AMLO:
“soy yo o el diluvio”.
Desde
luego, el PRI aprovechó de inmediato la oportunidad para treparse a la ola
condenatoria cuando, en boca de su dirigente máximo PEDRO JOAQUÍN COLDWELL,
respondió que “no hay ninguna base para pretender amedrentar a la sociedad y a
los magistrados”.
Ello,
para que su brazo derecho JESUS MURILLO KARAM se fuera de largo con su
reafirmación de valores democráticos, al decir:
-“Sería
irresponsable de parte de las fuerzas políticas pretender alargar esto, iría en
detrimento del país que requiere dar paso a acuerdos, hay tiempos en la vida de
las naciones para competir y hay tiempos para avanzar y desarrollar políticas
públicas".
La
escalada de respuestas incluyó, por supuesto, al virtual presidente electo
ENRIQUE PEÑA NIETO quien con más cuidado estableció:
-“No
voy a caer en este juego de dimes y diretes, porque estoy ya pensando hacia
delante y a la espera, y en el respeto al tiempo que establece la
Constitución”.
¡Ora
pues!
Líneas
aparte, habrá que reconocer que dentro del obradorismo hay vertientes donde el
enojo contra los resultados adversos parece dispuesto a llevar la protesta
hasta sus últimas consecuencias.
Aunque
necesario es decir que ni todos piensan así ni ello representa la antesala de
una conflagración nacional.
De
cualquier manera habría que anotar la necesidad de lograr acuerdos políticos
como prioridad de los nuevos tiempos que ya empiezan este septiembre con la
instalación de las nuevas cámaras.
Por
cierto, algo sabe el director del Banco de México AGUSTÍN CARSTENS cuando
aconseja a los legisladores priístas actuar con prudencia y aplicar de manera
gradual el paquete en ciernes de medidas económicas.
Y
es que tanto la reforma fiscal como la laboral y la energética tienen su costo
en diversos frentes de la vida nacional.
La
fiscal porque a nadie le gusta pagar más impuestos. La laboral y la energética
por su inevitable carga ideológica. Cuestión de ver cómo se han puesto las
calles de Europa por reformas semejantes.
Oportuno,
pues, que CARSTENS llame a la mesura.
Cuestión
de estrategia.