La señora GORDILLO ascendió al liderazgo del SNTE al arranque del salinato (1989) tras la caída de su protector y líder histórico CARLOS JONGUITUD.
Desde entonces la maestra reinó como dirigente formal y luego por interpósitas personas en el sindicato que se precia de tener el padrón más alto de agremiados en América Latina.
Con doña ELBA al frente, el magisterio sería fiel al corporativismo priísta en los años de SALINAS y ERNESTO ZEDILLO.
En 2000, el SNTE tendrá la oportunidad y la audacia de acomodarse a la transición mexicana. Contó mucho la astucia de ELBA ESTHER para olfatear el rumbo de los vientos, identificando a tiempo el cambio de paradigma.
Le sirvió también una vieja amistad fraguada desde 1994 con el empresario VICENTE FOX, cuando ambos coincidían en el llamado “Grupo San Ángel”, cenáculo de intelectuales y grillos de la más diversa ralea que se decían promotores de la democracia.
Oportunidad de oro para destrabar al SNTE de su antigua unción priísta y trepar al carro de la alternancia junto a FOX y una amistad que al paso del tiempo se fue haciendo más cercana con MARTHA SAHAGÚN.
La colaboración de ELBA tendrá importancia circunstancial para el foxismo que buscaba romper con 70 años de monopolio priísta, haciendo acopio del más diversificado esquema de alianzas.
El apoyo providencial del SNTE y la cercanía con la pareja FOX-SAHAGUN le permitirán a GORDILLO la obtención de prebendas más allá del ramo educativo, incluyendo posiciones en el gobierno federal.
Caso insólito en la historia del sindicalismo mexicano. Ninguna otra dirigencia (petrolera, electricista o campesina) había llegado tan lejos.
Seis años después, en la elección del 2006 la historia se repite. Aunque para entonces ELBA y su clan habían consolidado un partido propio, nacido como agrupación política en 2002 (Asociación Ciudadana del Magisterio) y transformado en institución partidista en 2005 (Nueva Alianza).
Con la salvedad de que, en 2006, el empate de fuerzas entre el candidato de la izquierda LOPEZ OBRADOR y el abanderado panista FELIPE CALDERÓN le otorgaba un valor estratégico a los dos o tres puntitos que ofertaba ELBA.
Por esa razón tan particular, una vez ganada la elección, la factura fue todavía más alta, incluyendo entre sus prebendas una subsecretaría de Educación, el control del ISSSTE y la Lotería Nacional, entre las posiciones más visibles.
Acaso este botín excesivo, cuantioso, hizo que la profesora perdiera piso y sobrevalorara la utilidad real de sus servicios electorales, importantes, sin duda, en competencias apretadas como la de 2006, donde CALDERÓN derrotó por medio punto a LOPEZ OBRADOR.
Sin embargo, esa misma ayuda será de valor muy relativo (acaso ínfimo) en una carrera como la del 2012 donde ENRIQUE PEÑA NIETO le lleva 20 puntos a su rival más cercana JOSEFINA VAZQUEZ MOTA.
En condiciones así, los favores de ELBA se depreciaron o, mejor dicho, retornaron a su precio real.
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir en términos de oferta y demanda. Ella vendía demasiado caro un servicio que el PRI no necesitaba, dado su alto margen de ventaja. Por ello, el 21 de enero pasado, el tricolor emitió en tono comedido un “no gracias” a la señora GORDILLO.
La actual posición de fuerza que ostenta PEÑA NIETO le permitió ahorrarse los costos exuberantes (curules, escaños, cuotas de poder y hasta recursos pecuniarios) que reclamaba ELBA.
Importante, entonces, considerar esta retabulación “a la baja” de los servicios electorales prestados por el magisterio, hoy que la señora vuelve a tocar las puertas del PRI, mandando señales de amistad hacia PEÑA NIETO.
De haber negociación, le pagarán estrictamente por lo que ella vale, permitiéndole el manejo impune del presupuesto magisterial y nada más.