jueves, 19 de abril de 2012

Las razones de un mercader


Cd. Victoria, Tam.- Propensiones en apariencia excluyentes, la perversidad y la torpeza coexisten de manera alternada en VICENTE FOX.
La revista PROCESO presenta esta semana una cronología de las insistentes manifestaciones donde el personaje augura el fracaso del PAN en la elección venidera.
Basado en lo que él llama “su parte racional” afirma que “sólo un milagro” haría ganar a JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA. 
El detalle es que sus pronunciamientos en favor del triunfo priísta vienen, al menos, desde el otoño del 2010 y se extienden a lo largo del 2011.
Esto es, cuando no había elementos de orden empírico que le dieran sustento a cualquier vaticinio, al no existir entonces candidatos oficialmente designados en partido alguno.
Lo declaró al periódico capitalino EL UNIVERSAL en septiembre de dicho año y lo reiteró en su bunker dos meses después, cuando recibió la visita del entonces gobernador ENEIQUE PEÑA NIETO al que presentó como el “futuro presidente de México”.
Para entonces, no se contaba aún con la evidencia mínima que permitiese prever a la luz de la razón las tendencias del 2012.
La antelación con que FOX se cargó a favor de dicho resultado estaría muy lejos de poseer un soporte predictivo, como hoy pretende alegar en su defensa.
Algo típico de VICENTE, la interpretación de sus devaneos se encuentra invariablemente en la lectura subtextual de sus palabras, ahí donde el subconsciente gruñe.
Si, en efecto, la “parte racional” lo orienta hacia tales resultados, habría que excluir de dicha lógica el mero ejercicio de prognosis y hurgar, en cambio, en sus razones de conveniencia.
Para el 2010 tampoco había muestreos confiables, al no haber aspirantes punteros en al menos dos de las tres fuerzas políticas del país.
En el PRD todavía no se sabía si el abanderado se apellidaría EBRARD o LOPEZ OBRADOR y la incógnita del PAN se movía entre media docena de posibilidades, incluyendo secretarios de estado y gobernadores.
Sin estas dos variables definidas, ninguna previsión tendría mayor validez que el de una perspectiva lejana y de valor relativo.
Señalar triunfador con tanta premura sólo podría atribuirse a la manifestación de simpatías basadas en expectativas de utilidad personal.
Lo dice el empresario regio y ex-militante panista LORENZO SADA ZAMBRANO al reportero del referido semanario ALVARO DELGADO.
La postura de FOX “es un acto de acomodo” que le puede “brindar beneficios de índole económica” y responde “a un interés malsano”.
Es por ello que en párrafos anteriores insistí en el “timing” de sus declaraciones, porque invalida la coartada de que su corazón es panista pero un presunto ejercicio de la razón le hace prever la victoria tricolor.
Aunque tras el pretexto torpe asoma la perversidad, su cola peluda. El hombre no está realizando prospectiva alguna. En verdad quiere que gane PEÑA NIETO.
Consultado sobre el particular, el ex-candidato presidencial DIEGO FERNANDEZ DE CEVALLOS comentó que la postura de FOX “no me parece oportuna por el daño que le está haciendo a la causa que dice impulsar y defender".
Y quiero subrayar en la respuesta de DIEGO la palabra “oportuna”. Los dichos de FOX a ese respecto han carecido siempre de oportunidad, en términos del mejor interés partidista.
Hay impertinencia (desvergüenza) aunque también incontinencia flagrante, entendida esta como la incapacidad para posponer o moderar sus apremios.
Y no respeta las formas porque, en el fondo, FOX se parece bastante más de lo que muchos piensan a su amiga ELBA ESTHER GORDILLO.
En ambos, la lógica de las ambiciones se sitúa por encima de cualquier postura ideológica, lealtad a principios o fidelidad partidista.
Mercanchifles de la polaka, sin rubor alguno cambian de bando en perpetua búsqueda de la opción más redituable. Peor aún, gozan haciendo gala de ello.
Se cumple, pues, la predicción formulada por el propio FERNANDEZ DE CEVALLOS a principios de este siglo: VICENTE FOX sacó al PRI de Palacio Nacional y lo acompañará también en su regreso.