lunes, 12 de septiembre de 2016

Cuentas y control

Cd. Victoria.- El diputado local ARCENIO ORTEGA, representante del Partido del Trabajo (PT) logró empujar desde la Comisión Permanente una iniciativa que merecería una coyuntura mejor y no ahora que la 62 legislatura y el Ejecutivo estatal van de salida.
El tema amerita bastante más que un solitario exhorto diputadil para que la Secretaría de Educación respete la libertad gremial y entregue al Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación (SITEM) las cuotas de sus afiliados que no pertenecen al SNTE.
Exigencia justa y necesaria pero observe usted en qué momento la apuran. Cuando la película del sexenio ya terminó, el ingeniero DIÓDORO GUERRA tiene las maletas hechas y ni siquiera habrá representación del PT en el nuevo congreso.
El SITEM tiene reconocimiento legal desde febrero de 2011 cuando el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje dio luz verde a dicha organización nacida bajo la tutela del profesor JUAN CARLOS VILLANUEVA.
Membrete que en aquel año contaba con 7 mil 500 militantes en el Distrito Federal, Yucatán, Quintana Roo, Guanajuato, Puebla y Veracruz.
En Tamaulipas dicen tener 400 agremiados, aunque el blog oficial del SITEM presumía en 2013 un registro de mil.
Desde 2014 consiguieron la venia de la Secretaría del Trabajo, aunque sin mayor eco en la autoridad educativa.

RIENDA FIRME
Razón de sobra tienen, pues, el legislador y los representantes del SITEM que encabeza ALMA DELIA ORTIZ, para reclamar que sus trabajadores coticen con la agrupación sindical de sus preferencias.
El mecanismo es de sobra conocido. El Estado, como patrón, descuenta por ley un porcentaje del salario y lo remite al sindicato como aportación para las actividades gremiales.
Ya hay, incluso, una demanda penal contra DIÓDORO por retener sin sustento legal esa fracción del sueldo devengado por los independientes y que hoy se sigue entregando con puntualidad a la sección 30.
El grupo de ALMA DELIA lucha contra una inercia muy poderosa que nació desde que las grandes centrales se consolidaron al amparo del poder político en los años 20s y 30s.
Intercambiaban así privilegios y opacidad en el usufructo de sus millonarios fondos sindicales, a cambio del pastoreo electoral y la disciplina férrea de sus bases.
Y aunque la ley consagra la libre asociación, en los hechos se estructuró un sistema de complicidades entre las cúpulas de trabajadores y las autoridades laborales.
Sindicalismo charro que si bien aportó estabilidad al país, generó además un modelo autoritario y gangsteril, fundado en el control social y el enriquecimiento brutal de sus dirigencias, nacionales y locales.

MARCHANTES
Tiene sus recovecos la manifestación nacional efectuada este sábado por grupos conservadores, en descontento contra la iniciativa del presidente PEÑA NIETO fechada el 17 de mayo pasado, donde otorga marco jurídico a las uniones del mismo género.
Organismo convocante, el Frente Nacional por la Familia se dijo satisfecho por haber logrado la movilización pacífica de un millón y cuarto de personas en 125 ciudades del país.
Interesante que en dicho movimiento participen también líderes y miembros de comunidades protestantes, por igual enemigas de la diversidad sexual.
Cabría señalar, no obstante, cierta cautela en jerarcas católicos como el cardenal NORBERTO RIVERA y el obispo cuerudo ANTONIO GONZÁLEZ quienes oportunamente tomaron distancia de esas marchas y hasta rechazan que se les ubique como auspiciadores.
Por otra parte, en redes sociales se subraya la contradicción en que incurren dichos grupos. Por un lado, esa tolerancia que raya en complicidad con los curas pederastas. Por otro, el rechazo a una iniciativa que reglamenta relaciones (ojo) voluntarias y adultas.
Doble moral, en efecto.