Cd. Victoria.- Le comentaba ayer que la defección de GUSTAVO MADERO en la dirigencia del PAN era noticia que habría de causar revuelo, entre otras razones, porque el hombre se reeligió apenas en mayo pasado.
Oiga usted, eso de ofertar
su candidatura, recorrer el país buscando el voto, hablar de idearios y
proyectos ante grupos grandes y pequeños, conceder entrevistas y conferencias
de prensa, arengar y proponer, concursar y ganar, para luego, cuatro meses
después, botar la chamba, pues como que decepciona, ¿no?...
Estaría MADERO mandando a
la basura el entusiasmo de tanta gente que le brindó su apoyo. Arruina, de
paso, el buen sabor de boca que había dejado su partido al implementar esta vez
la elección más abierta de su historia.
Tenían razones para estar
orgullosos de un proceso bastante más limpio que la elección paralela del PRD,
por citar un ejemplo.
El caso es que MADERO ni
comió ni dejó comer, nomás les hizo el mal a otras opciones que sí buscaban el
puesto para ejercerlo, como ERNESTO CORDERO, MARGARITA ZAVALA o JOSEFINA
VÁZQUEZ MOTA.
La salida, pues, deja
estupefactos a quienes esperaban un nuevo mandato que encararía de frente el
magno desafío de la elección intermedia, la primera tras la debacle del 2012.
NO SE VA LIMPIO
Las voces críticas al
interior del PAN no se han hecho esperar. El gran perdedor de la competencia
interna, el senador capitalino ERNESTO CORDERO, calificó como lamentable que dicha
ambición personal “opaque una misión de partido y el compromiso que se obtuvo
con miles de panistas".
Alertó que MADERO irá tras
una diputación plurinominal, es decir, no someterá al escrutinio del voto su
ascenso a la cámara pues busca llegar en automático.
Otra legisladora albiazul,
la yucateca ROSA ADRIANA DÍAZ recordó el avance democrático logrado en el
reciente proceso (“fue la primera vez que el partido tuvo la oportunidad de
elegir a su dirigente por los militantes”) y por ello consideró el hecho como “una
falta de respeto total a la militancia.”
Y, bueno, una de las
voces más autorizadas, el primer gobernador panista de la historia, hoy senador
por Baja California, ERNESTO RUFFO, fue claro.
La defección, opinó, “impide
que haya continuidad en la dirección del partido, cuando deben prepararse las
campañas federales para renovar la cámara de diputados y las locales para 17
entidades, en nueve de las cuales se elegirá gobernador.”
Por su parte, la senadora MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO consideró que
MADERO “por alcanzar sus intereses estrictamente personales” (…) “debilita,
desgasta y acrecienta la molestia de los militantes.”
Augurando, además, que “muy
probablemente se puede dar una rebelión” pues, dijo, “nuevamente entramos en
una crisis.”
Igual hizo referencia a la
citada elección de mayo, observando que “después de un proceso interno tan
desgastante” (…) “la militancia debe estar molesta”.
Subrayó que el hoy exdirigente
solo vio por “su proyecto personal” sin pensar “en el bien común”, como lo
pregonan los principios panistas.
METÁFORA NÁUTICA
Y esto lo enfatizó también
MARIANA en su cuenta de TWITTER:
-"¡Mal momento para
abandonar el barco! En medio de una crisis partidista. A punto de comenzar el
proceso electoral 2015."
Curiosamente, ayer
miércoles cuando las primeras reacciones se difundían, el cartonista BULMARO
CASTELLANOS (Magú) editorializaba desde LA JORNADA dibujando un barco que se
hunde, en cuyo casco se observa el logotipo del PAN.
Entre el puñado de
tripulantes asustados se deja ver la figura de un oficial, todo de azul,
gritando con el altoparlante:
-“¡El capitán y sus
valijas primero!”
Desde el mar, ya bien
acomodado en su lancha, MADERO responde:
-“Ya estoy acá abajo.”
-“Ya estoy acá abajo.”
En efecto, el capitán se
salva (o cree salvarse) corriendo en pos de una curul plurinominal que le daría
(piensa) el liderazgo de la bancada para de ahí proyectarse a Los Pinos.
El salto de chapulín, sin
embargo, es tan evidente y grosero, que aún falta por ver si los panistas hoy
decepcionados se lo permiten.