viernes, 10 de octubre de 2014

Águila que se derrumba


Cd. Victoria.- Sabio es aquel que reconoce sus límites. ¿En qué momento el ingeniero CUAUHTEMOC CÁRDENAS tendría que haberse retirado?
Antes del 2 mil creo, su elección más desastrosa, donde se fue al tercer lugar, abajo de FOX y LABASTIDA.
Atrás quedaban las emotivas jornadas de 1988, cuando tenía 54 años de edad (nació en 1934) y supo despertar la esperanza en un país vulnerado por el desastre lamadridista.
No había, para su desgracia, el marco jurídico que permitiese la alternancia. No existía el IFE (ni institución autónoma semejante) y los comicios estaban en manos de una burocrática Comisión Electoral, orgánicamente uncida a Gobernación.
Peor aún, para el conteo de votos se montaban unos engendros llamados colegios electorales, con un PRI que además tenía el control de todas las gubernaturas y mayoría constitucional en ambas cámaras. Nada impediría el ascenso de CARLOS SALINAS.

CUESTA ABAJO
Para 1994, el mejor momento en la vida de CÁRDENAS ya pasó. Tiene 60 años y enfrenta a un país asustado por el crimen de COLOSIO y la guerra en Chiapas, que habrá de votar con miedo (inducido, decían los analistas) en favor de ERNESTO ZEDILLO
Contó también la presencia de un adversario leguleyo como DIEGO FERNANDEZ que saltaría al ruedo con la única misión de golpear a la izquierda y abrirle paso a ZEDILLO.
En 2000, con menos fuerza, CÁRDENAS insiste en repetir la faena, ya tiene 66 años y lo anima el único triunfo que como opositor alcanzaría, el gobierno del DF en 1997.
Una triste medalla de bronce será la que alcance ese año, tras una campaña donde pareció acendrarse el gesto malhumorado y el hablar golpeado, hosco, que luego habría de imitar el actor televisivo ARATH DE LA TORRE.
Todavía en 2006, CÁRDENAS seguirá aferrado a su sueño de considerarse “la única posibilidad que existe en la izquierda de construir una mayoría política.”
Pero ya ajusta 72 primaveras y un tabasqueño oriundo de Macuspana, 19 años más joven y de nombre ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, asoma como figura principal del PRD en el gobierno capitalino.
Para colmo, el fallido intento de FOX por desaforar a LÓPEZ OBRADOR tendrá el efecto contrario, lo pone a la cabeza en las preferencias.
CUAUHTEMOC acepta a regañadientes pero se ausenta del proceso, regateándole el capital político que aún representaba.
En ese verano caliente de 2006, el mutismo de CÁRDENAS se mantiene inalterado, mientras una guerra sucia boicotea desde Los Pinos la campaña de AMLO y un polémico fallo electoral otorga el triunfo a FELIPE CALDERÓN.
Ni siquiera entonces se conmueve el ingeniero, ni cuando el lopezobradorismo llena el zócalo, ni durante la resistencia en Reforma.
Peor aún, dos semanas antes de los comicios (19 de junio de 2006) CUAUHTEMOC acepta la invitación de FOX para presidir la comisión de festejos patrios (centenario y bicentenario) cargo donde durará cuatro meses.
El fundador del partido más importante de la izquierda se había brincado a la trinchera contraria por un cargo público.

SU AÑORANZA
El hombre nació un primero de mayo, cuando su padre recorría el país como candidato presidencial. Ya en el poder, el general CÁRDENAS decide mudar la residencia presidencial del Castillo de Chapultepec a una propiedad al fondo del mismo bosque, casco de la exhacienda porfiriana denominada “La Hormiga”.
Nombre que cambiaría al de “Los Pinos”, en honor a una huerta en Tacámbaro donde conoció a su esposa AMALIA. El traslado se concreta en marzo de 1935, CUAUHTEMOC tenía 10 meses de edad.
Acaso por albergar sus recuerdos más antiguos, el sueño de volver al bosque de la infancia se convirtió en obsesión. De ahí tal vez su enojo con el lopezobradorismo.
Hoy, con 80 años cumplidos, conmueve esa imagen lastimera que los diarios muestran del personaje, tras sobrevivir a una agresión callejera de jóvenes que no habían nacido cuando CÁRDENAS ya buscaba la Presidencia.
Golpe a su terquedad, el postergar tanto tiempo su retiro ha sido, antes que nada, un gesto de injusticia consigo mismo.