Cd. Victoria.- Pregunta de rigor, respuesta de
cajón, el dirigente nacional del PRI CESAR CAMACHO QUIROZ fue consultado por
los medios sobre la inquietud que a estas alturas del sexenio flota en el ambiente:
la sucesión gubernamental.
Nada nueva su reacción, CAMACHO QUIROZ recurrió al
manual de consideraciones pertinentes que su partido tiene dispuestas para ocasiones
así desde que la revolución reencarnó en presupuesto.
Tiempo propicio para denostar a los acelerados.
Mejor aún, su referencia puntual al refranero popular (“no por mucho madrugar”)
tampoco es muy distinta a la que en su momento formularon hombres como FIDEL
VELAZQUEZ o ALFONSO MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ.
Ello, por mencionar a dos expositores notables de
las llamadas “reglas no escritas” del sistema.
Ni antes ni después, todo en su momento, la
fraseología se multiplica al infinito y cada traductor, cada generación, sólo
añade más de lo mismo.
La fiebre futurista, el golpe de calor y esas cosas.
La diatriba contra el apresuramiento sigue, por
definición, pautas muy claras al ser (1) de carácter admonitorio, (2) expresarse
en un vocabulario amparado en la interpretación abierta y (3) atacar al bulto
sin destinatario preciso, dirigiendo el saco a quien le quede y quiera ponérselo.
YO INVOCO, TU NOMBRAS
¿Quiénes son los madrugadores?... El declarante no
lo dirá, su misión explicativa estará al 100% cumplida si provoca el suficiente
número de miradas irónicas en los representantes de los medios que anotan y
graban sus respuestas.
El murmullo a trasmano, la risa contenida a flancos
y espaldas, serán señales inequívocas de que el mensaje se captó y lubricará el
interés en las redacciones regionales, dando tema a columnas y caricaturas para
que al final lo entiendan quienes deban entenderlo.
Tampoco debe extrañarnos el que CAMACHO matice su
advertencia añadiendo que el mensaje no es “para nadie en especial”.
Por el contrario, iría dirigido a todos los
políticos con legítimo derecho a ser “tomados en cuenta”.
Decir que primero es el partido y las tareas de
gobierno repite también fórmulas vigentes desde los años de REYES HEROLES.
-“Los personajes vamos detrás del partido”, en
efecto.
Primero el proyecto, luego el candidato.
Por supuesto, no será CESAR responsable si en los
días sucesivos los tundemáquinas especulan que el recado era para GUEVARA,
HINOJOSA o BERNAL.
Tengamos en cuenta que la especulación es el complemento
lógico de ese modelo discursivo a base de cábalas que las cúpulas priístas
emplean en casos así.
De CALLES a ZEDILLO y luego con PEÑA NIETO, la
cultura tricolor tiene alegorías para toda ocasión cuyo objetivo es sugerir en
lenguaje metafórico aquello que la disciplina partidista ha señalado como
innombrable.
Manejo sibilino de la ambigüedad cuya otra mitad son
las charlas de café y el regodeo entre los propios reporteros.
Mismos que apenas el día anterior habían invertido
el mejor de sus entusiasmos en atizar la fiebre futurista.
Dicho de otra manera…
Tan oportuno será ponerle nombre a los “regañados”
por la cúpula que seguirlos mencionando al día siguiente en la lista de
prospectos.
OIDOS SORDOS
Pero ocurre que el hambre de poder no es sólo de
candidatos sino (sobre todo) de sus huestes, reales y susodichas. El compadre
del pariente del vecino del amigo.
Y, mire usted, en épocas de la alternancia, la
advertencia igual le cuadra a personajes afuera del perímetro tricolor como son
los panistas PACO CABEZA, CARLOS CANTUROSAS y LETY SALAZAR, sin olvidar al actual
franquiciario del Movimiento Ciudadano GUSTAVO CÁRDENAS.
Calmen sus ímpetus, serenen sus ánimos, moderen sus
apetitos, amengüen su luz, falta todavía una elección federal y (aún después)
las tareas de gobierno continúan.
El quid del mensaje es que solamente en la cercanía
de la hora sonada será legítima la expresión de tales aspiraciones.
Reconvención aceptada por todos, pero a la cuál (la
verdad sea dicha) nadie hace demasiado caso, ni hoy ni en los lejanos días de
URUCHURTU.