Cd.
Victoria, Tam. – Al escribir estas líneas
estoy abriendo un documento del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de
la Cámara de Diputados (CEFP) con fecha 31 de agosto de 2017, que refiere al
detalle la deuda de las entidades federativas, con información actualizada al
segundo trimestre del año en curso.
Aunque es difícil detallar a botepronto
(son 28 páginas en PDF) importa decir que difiere en algunos casos de las cifras
catastróficas manejadas por los medios.
Coincide, sin embargo, en el alto nivel
de endeudamiento observado en las administraciones estatales y municipales.
Deuda referida con el nombre de “subnacional”,
por no haber sido contratada por el gobierno de la república sino por
gobernadores y alcaldes.
Al respecto, un detalle estremecedor es que
cinco estados del país concentran la mitad del monto total (49.6%).
La Ciudad de México (72 mil 911 millones
de pesos), Nuevo León (66 mil 194 MDP), Chihuahua (48 mil 489 MDP), Veracruz
(47 mil 036 MDP) y Edomex (45 mil 979 MDP).
Después de estos “cinco tragones”, entre
el lugar sexto y el décimo, estarían: Coahuila (36.8 MDP), Sonora (28.4 MDP),
Jalisco (27.6 MDP), Quintana Roo (22.4 MDP) y Michoacán (21.0 MDP).
Este sería el llamado #TopTen de grandes
endeudados. Le siguen los estados que van descendiendo hacia la media tabla.
Entre los lugares 11 y 15 se ubican:
Baja California (20.1 MDP), Chiapas (20.0 MDP), Tamaulipas (13.1 MDP), Oaxaca
(11.7 MDP) y Puebla (8.1 MDP).
Para no atiborrar al lector de datos, le
diré solamente que al final de la lista, entre las cinco entidades menos
endeudadas, se encuentran Aguascalientes (2.8 MDP), Baja California Sur (2.6
MDP), Campeche (1.5 MDP), Querétaro (1.4 MDP) y el caso extraordinario de Tlaxcala
que (leyó usted bien) ¡no tiene deuda!
O cabe pensar que (si la tuviera) es tan
baja que le resulta fácil diseminarla por ahí entre los pasivos que van y
vienen, aquellos que se liquidan con cierta regularidad y por ello no pintan en
la estadística trimestral.
Por lo que corresponde a la entidad
gobernada por FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, se diría que trabaja con un margen
de tranquilidad suficiente para refinanciar pasivos, vía aprobación del
Congreso.
La noche de ayer miércoles la sesión legislativa
apenas empezaba con una larga lista de pendientes y cambios de última hora en el
orden del día.
En la víspera, lo sustantivo fue que, por
mayoría de votos, se haya considerado procedente la iniciativa que autoriza la
gestión y contratación del refinanciamiento parcial de la deuda tamaulipeca.
Decisión que estará a expensas del pleno
para su aprobación o rechazo. La propuesta enviada por el Ejecutivo busca refinanciar
un monto de 10 mil 295 millones. Lo cual será destinado a la liquidación de siete
créditos, de los doce contratados entre 2009 y 2016.
Entre sus ventajas se subraya la
ampliación del plazo hasta por 25 años, lo cual aportaría liquidez a la actual administración
y las venideras, mejores tasas de interés, y, en suma, disponibilidad de finanzas
para potenciar el gasto en infraestructura y servicios.
LA
UAT, SIN NOVEDAD
De mero trámite y en un ambiente general
de tranquilidad, el ingeniero JOSÉ ANDRÉS SUÁREZ FERNÁNDEZ fue electo sucesor
de ENRIQUE CARLOS ETIENNE en la silla principal de nuestra Máxima Casa de
Estudios, la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
El viejo chiste de “estamos muy
nerviosos, no sabemos quién va a ganar” (contado en los tiempos de PEPE ADAME)
volvió a cobrar vigencia.
Aunque esta vez bajo un mejor entendimiento
institucional entre los dos ámbitos de la vida universitaria, intramuros y
extramuros. Una relación más madura y dinámica hacia el entorno productivo y,
por supuesto, con la autoridad del Estado.