jueves, 8 de junio de 2017

Cedes y autogobiernos

Cd. Victoria, Tam. - Atajando de golpe la fiebre especulativa desatada en torno al reciente motín penitenciario, la administración que preside FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA ofreció su interpretación de los hechos.
El estallido violento habría ocurrido como respuesta a los operativos de saneamiento que se llevan a cabo al interior de las cárceles estatales.
En ellos destaca el propósito de acabar con los llamados autogobiernos. Cotos de poder que durante décadas han funcionado en los reclusorios de Tamaulipas y en todo el país.
Jerarquías muy arraigadas cuyo control se extiende no solamente a los reos, sino que han sabido infundir temor entre el personal administrativo y de vigilancia.
Liderazgos fuertes, consolidados adentro y con apoyo importante afuera. Hacen gala de una gran capacidad de movilización, recursos económicos y armas de alto poder. Verdaderos arsenales.
Controlan el flujo de droga, alcohol y las visitas conyugales, amén de cobrar piso a quienes realicen cualquier actividad económica en sus dominios. Desde el que prepara comida o comercia con abarrotería y cigarros, hasta las tareas de ebanistas, herreros y artesanos.
Cortar de tajo con ello le ha significado a la actual autoridad estatal la comprensible respuesta de intereses muy poderosos que defienden su esquema de privilegios.
Se trata de vicios muy arraigados que nos remiten a los escándalos carcelarios vividos bajo el gobierno del ingeniero AMÉRICO VILLARREAL, con liderazgos indiscutibles como el de OLIVERIO CHAVEZ en Matamoros y EQUITERIO GAMBOA en Victoria.
De este último se recuerda su notable habilidad para las relaciones públicas. Proyectaba una imagen de benefactor y para ello se jactaba de tener muy buena prensa.

DEBILIDAD CRÓNICA
La problemática que hoy viven los penales de Tamaulipas bajo el gobierno de CABEZA DE VACA no es muy diferente a la que han enfrentado, al menos, media docena de sus antecesores.
Desde los tiempos de MARTÍNEZ MANAUTOU abundaba en medios impresos la opinión de que la existencia misma de los autogobiernos resta autoridad al Ejecutivo. Eran y siguen siendo un estado dentro del estado.
Operan con leyes propias, se arrogan facultades recaudatorias y desplazan a los directores en la toma de decisiones, propia de cualquier gestión administrativa.
Desde las campañas electorales y en la posterior asunción de mandos, todos los gobernadores han tenido en sus manos el mismo diagnóstico.
¿Sobrepoblación, hacinamiento?... ya se conocían desde entonces.
¿Bajo perfil escolar, escasa preparación y salarios raquíticos del llamado cuerpo de celadores?... deficiencia de sobra conocida.
Igual es parte del diagnóstico que el gobierno de la República paga mal y tarde la cuota individual para el sustento de reos federales.
Sexenio tras sexenio proponen orden y saneamiento, cabe pensar que con una buena dosis de sinceridad. Y al paso de los meses, las viejas prácticas, las inercias, acaban por imponerse.
La novedad ahora es que el ejecutivo estatal proviene de un partido distinto. Primer gobierno de la alternancia en toda la historia moderna de Tamaulipas. De aquí la esperanza.
Aunque no será fácil romper con prácticas ancestrales, aún a costa de reacciones violentas como la registrada en el CEDES de Victoria.
La cuál mantuvo en zozobra a los habitantes de ese sector desde la tarde del martes hasta la medianoche y todavía entrada la mañana siguiente.
Desde Nuevo Laredo, el gobernador advirtió que no dará un paso atrás en la estrategia de recuperar el control de las instituciones penitenciarias.
-"En la medida en la que nosotros sigamos detectando situaciones irregulares en los penales vamos a seguir entrando a poner orden”.
Buen principio, desde luego, que ubica al votante en espera de resultados.