Cd.
Victoria, Tam. - Atajando de golpe la
fiebre especulativa desatada en torno al reciente motín penitenciario, la
administración que preside FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA ofreció su
interpretación de los hechos.
El estallido violento habría ocurrido
como respuesta a los operativos de saneamiento que se llevan a cabo al interior
de las cárceles estatales.
En ellos destaca el propósito de acabar
con los llamados autogobiernos. Cotos de poder que durante décadas han
funcionado en los reclusorios de Tamaulipas y en todo el país.
Jerarquías muy arraigadas cuyo control
se extiende no solamente a los reos, sino que han sabido infundir temor entre
el personal administrativo y de vigilancia.
Liderazgos fuertes, consolidados adentro
y con apoyo importante afuera. Hacen gala de una gran capacidad de movilización,
recursos económicos y armas de alto poder. Verdaderos arsenales.
Controlan el flujo de droga, alcohol y
las visitas conyugales, amén de cobrar piso a quienes realicen cualquier
actividad económica en sus dominios. Desde el que prepara comida o comercia con
abarrotería y cigarros, hasta las tareas de ebanistas, herreros y artesanos.
Cortar de tajo con ello le ha
significado a la actual autoridad estatal la comprensible respuesta de
intereses muy poderosos que defienden su esquema de privilegios.
Se trata de vicios muy arraigados que
nos remiten a los escándalos carcelarios vividos bajo el gobierno del ingeniero
AMÉRICO VILLARREAL, con liderazgos indiscutibles como el de OLIVERIO CHAVEZ en
Matamoros y EQUITERIO GAMBOA en Victoria.
De este último se recuerda su notable
habilidad para las relaciones públicas. Proyectaba una imagen de benefactor y
para ello se jactaba de tener muy buena prensa.
DEBILIDAD
CRÓNICA
La problemática que hoy viven los
penales de Tamaulipas bajo el gobierno de CABEZA DE VACA no es muy diferente a
la que han enfrentado, al menos, media docena de sus antecesores.
Desde los tiempos de MARTÍNEZ MANAUTOU
abundaba en medios impresos la opinión de que la existencia misma de los autogobiernos
resta autoridad al Ejecutivo. Eran y siguen siendo un estado dentro del estado.
Operan con leyes propias, se arrogan
facultades recaudatorias y desplazan a los directores en la toma de decisiones,
propia de cualquier gestión administrativa.
Desde las campañas electorales y en la posterior
asunción de mandos, todos los gobernadores han tenido en sus manos el mismo
diagnóstico.
¿Sobrepoblación, hacinamiento?... ya se
conocían desde entonces.
¿Bajo perfil escolar, escasa preparación
y salarios raquíticos del llamado cuerpo de celadores?... deficiencia de sobra
conocida.
Igual es parte del diagnóstico que el
gobierno de la República paga mal y tarde la cuota individual para el sustento de
reos federales.
Sexenio tras sexenio proponen orden y
saneamiento, cabe pensar que con una buena dosis de sinceridad. Y al paso de los
meses, las viejas prácticas, las inercias, acaban por imponerse.
La novedad ahora es que el ejecutivo
estatal proviene de un partido distinto. Primer gobierno de la alternancia en
toda la historia moderna de Tamaulipas. De aquí la esperanza.
Aunque no será fácil romper con prácticas
ancestrales, aún a costa de reacciones violentas como la registrada en el CEDES
de Victoria.
La cuál mantuvo en zozobra a los
habitantes de ese sector desde la tarde del martes hasta la medianoche y
todavía entrada la mañana siguiente.
Desde Nuevo Laredo, el gobernador advirtió
que no dará un paso atrás en la estrategia de recuperar el control de las
instituciones penitenciarias.
-"En la medida en la que nosotros
sigamos detectando situaciones irregulares en los penales vamos a seguir
entrando a poner orden”.
Buen principio, desde luego, que ubica
al votante en espera de resultados.