viernes, 4 de marzo de 2016

Tamaulipas, Trump

Cd. Victoria.- Comprensible, la prudencia observada por ENRIQUE PEÑA NIETO, gobernadores y alcaldes fronterizos ante las bravatas del aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos DONALD TRUMP.
Su xenofobia, su odio a los mexicanos, la patética oferta de construir una muralla divisoria, representan posturas cuyo impacto inicial habría de sentirse en municipalidades y entidades al sur del río Bravo.
De Tamaulipas a Baja California y de Matamoros a Tijuana, la cautela tendría sus razones. En la convivencia cotidiana con el gigante del norte, hemos visto pasar muchos casos como el de TRUMP.
Del Golfo al Pacífico, la reflexión es que siempre hubo y habrá aspirantes algo desquiciados en las competencias vecinas.
No representa mucha novedad la existencia de figuras excéntricas, si recordamos el caso de ROSS PEROT, aquel independiente militarista y archiconservador que compitió en las sucesivas contiendas de 1992 y 1996, contra BILL CLINTON.
No menos exótico fue el proyecto de GEORGE WALLACE, reaccionario y racista confeso, pues defendía el segregacionismo étnico, lo cuál lo convertía en adversario acérrimo de JOHN F. KENNEDY.

ÉXITO INESPERADO
La novedad es que esta vez TRUMP tiene la candidatura de un partido grande prácticamente en la bolsa.
No es un independiente como PEROT ni un tránsfuga del Partido Demócrata como WALLACE, sino un republicano exitoso.
Confieso haberme equivocado cuando hace un año supuse que opciones más mesuradas como el neurólogo afroamericano BEN CARSON o el exgobernador JEB BUSH se disputarían la interna de ese partido.
El caso es que ni BUSH ni CARSON compiten ya. Ambos se han retirado de la contienda, dejando libre el camino a DONALD TRUMP.
Los senadores de origen latino, MARCO RUBIO de Florida y TED CRUZ de Texas, tampoco muestran músculo suficiente para frenar a TRUMP, ni siquiera sumando fuerzas.
De ahí el por qué, la reciente visita a México del vicepresidente JOE BIDEN se ha convertido en un detonador de los posicionamientos que el gobierno de PEÑA NIETO postergó por largo tiempo.
El mensaje de BIDEN es que la prospectiva de TRUMP es real. No es una broma de mal gusto ni una más de las locuras fallidas que de repente afloran en las disputas por la Casa Blanca.
Ante un enemigo jurado de los migrantes cabe imaginar cualquier cosa, desde altanería diplomática hasta deportaciones masivas.

Y MÉXICO HABLÓ
De aquí el valor de las posturas asumidas por la canciller CLAUDIA RUIZ MASSIEU y el titular de SHCP LUIS VIDEGARAY.
La primera declaró al diario Washington Post que es imposible “tapiar una frontera de tres mil 200 kilómetros.”
Luego VIDEGARAY añadiría que “no hay escenario para que México pague ese muro” por ser “una pésima idea que se basa en la ignorancia” pues “no tiene sustento en la realidad de la integración de América del Norte.”
Destacando un dato:
“Hace más de cinco años que la migración entre México y Estados Unidos es negativa; es decir, hay más estadounidenses que vienen a México que mexicanos yendo a Estados Unidos".
Cabe esperar en lo sucesivo más declaraciones en ese tenor entre autoridades regionales, estatales y municipales, amén de legisladores, particularmente en la zona limítrofe con Estados Unidos.
Lo cuál incluye a quienes hoy aspiran a cargos de elección popular, en diversos niveles y de todas las corrientes políticas.
Y bueno, acaso sirva de consuelo recordar un detalle. Los miembros de la vieja guardia republicana le tienen pavor a TRUMP.
¿La razón?, piensan que su candidatura sería una catástrofe para dicho partido, en beneficio de su adversaria demócrata HILLARY CLINTON.
Los numerosos electores que componen el ala moderada del republicanismo se verían tentados a votar masivamente por HILLARY.