Cd.
Victoria.- La sucesión del 2018, como dilema en los
partidos y ahora entre independientes, se reposicionó en los medios con dos trabajos
difundidos este lunes.
(1) La entrevista al presidente PEÑA NIETO
concedida a PASCAL BELTRÁN en EXCELSIOR y (2) la encuesta de la agencia BUENDÍA
y LAREDO publicada en EL UNIVERSAL.
En el primer caso hablaron de todo,
economía, combustibles, gobernadores, migración, relaciones binacionales y DONALD
TRUMP.
Aunque también del proceso sucesorio, donde
PEÑA modificó la vieja frase de FIDEL VELAZQUEZ, al decir que en el PRI actual
“quien se mueve sí sale en la foto.”
Recordará usted, la regla de antaño exigía
en los aspirantes a cualquier cargo una disciplina tan rigurosa que la
autopromoción se pagaba con la ruina.
Por eso don FIDEL acuñó esa frase que ahora
PEÑA NIETO reformula exactamente al revés. Hay que moverse para salir en la
foto.
Por lo menos en el dicho, ahí queda. Aunque
este columnista piensa que el hándicap 2018 será muy parecido al método aplicado
en los estados.
Habrá (1) una mano que seleccione al grupo
de aspirantes, que luego (2) establecerán un compromiso de apoyar al que
resulte postulado y finalmente (3) sobrevenga el destape, con boceto incluido de
operación cicatriz.
TERCIA
PLURAL
Igual de significativa la encuesta del UNIVERSAL
donde (bajo distintas combinaciones y escenarios) habría una tercia de
punteros: la panista MARGARITA ZAVALA (24%), el priísta MIGUEL ÁNGEL OSORIO (23%)
y AMLO por MORENA (20%).
Ninguna razón tengo para dudar de ZAVALA y
OSORIO. Mi duda es AMLO y no lo digo por él (ni contra él) sino por cierta
costumbre que observan los medios en su caso particular.
Lo vimos desde la primera vez que se
encaminó a la presidencia (2006), pasando por su segundo intento (2012) y en la
actual perspectiva del 2018.
Todo un caso. Editores y columnistas que
fueron críticos acérrimos de LÓPEZ OBRADOR durante la campaña, en cuanto se
consuma su derrota se convierten en sus principales promotores para la
siguiente.
Resuelto el 2006, una vez que FELIPE
CALDERÓN tomó posesión, LÓPEZ OBRADOR se transfigura en el gran prospecto para
el 2012. El puntero indiscutible, fiero y arrollador.
Pero llega 2012 y la operación se repite. Hace
campaña AMLO bajo una golpiza cerrada, pierde ante PEÑA NIETO y en cuanto este
asume el mando, los medios que meses atrás vapulearon al PEJE, ahí están encaminándolo
otra vez.
No quiero decir con ello que la encuesta de
BUENDÍA y LAREDO persiga esos fines. Sólo que por alguna razón repite el
comportamiento de buena parte de la prensa capitalina. Al respecto, las
columnas de GOMEZ LEYVA son de un sadismo exquisito.
TIRO
AL BLANCO
Con el 2018 a la vista, la historia parece
repetirse. Ahí andan todos inflando su globito de Cantoya, inyectándole gas
afanosamente, esperando a que cobre altura para agarrarlo luego de piñata.
Le dicen al tabasqueño lo que le gusta
escuchar, luce fuerte, será el contrincante a vencer, está bien posicionado, la
tercera es la vencida, marcha adelante y hace temblar de miedo a la “mafia del
poder”.
Cualquiera pensaría que es buen negocio
asustar a la clase gobernante con la sombra del aparecido. El petate del muerto
que se levanta de su tumba seguido de espectros trotando al unísono, como
MICHAEL JACKSON en “Thriller”.
Espere usted a que se eleve un poco y
empiece a pontificar sobre sus proyectos de gobierno. Esto le llevará entre el
actual 2016 y el próximo 2017.
Llegado el 2018, el populista irredento, el
adversario inflable, estará listo para convertirse en el blanco favorito de
todos.
Volverá a ser el “peligro para México” que
hace muecas a los poderosos. Los mismos que hoy lo exaltan y estimulan, estarán
disputándose el derecho a derribarlo.