martes, 8 de marzo de 2016

AMLO, rival inflable

Cd. Victoria.- La sucesión del 2018, como dilema en los partidos y ahora entre independientes, se reposicionó en los medios con dos trabajos difundidos este lunes.
(1) La entrevista al presidente PEÑA NIETO concedida a PASCAL BELTRÁN en EXCELSIOR y (2) la encuesta de la agencia BUENDÍA y LAREDO publicada en EL UNIVERSAL.
En el primer caso hablaron de todo, economía, combustibles, gobernadores, migración, relaciones binacionales y DONALD TRUMP.
Aunque también del proceso sucesorio, donde PEÑA modificó la vieja frase de FIDEL VELAZQUEZ, al decir que en el PRI actual “quien se mueve sí sale en la foto.”
Recordará usted, la regla de antaño exigía en los aspirantes a cualquier cargo una disciplina tan rigurosa que la autopromoción se pagaba con la ruina.
Por eso don FIDEL acuñó esa frase que ahora PEÑA NIETO reformula exactamente al revés. Hay que moverse para salir en la foto.
Por lo menos en el dicho, ahí queda. Aunque este columnista piensa que el hándicap 2018 será muy parecido al método aplicado en los estados.
Habrá (1) una mano que seleccione al grupo de aspirantes, que luego (2) establecerán un compromiso de apoyar al que resulte postulado y finalmente (3) sobrevenga el destape, con boceto incluido de operación cicatriz.

TERCIA PLURAL
Igual de significativa la encuesta del UNIVERSAL donde (bajo distintas combinaciones y escenarios) habría una tercia de punteros: la panista MARGARITA ZAVALA (24%), el priísta MIGUEL ÁNGEL OSORIO (23%) y AMLO por MORENA (20%).
Ninguna razón tengo para dudar de ZAVALA y OSORIO. Mi duda es AMLO y no lo digo por él (ni contra él) sino por cierta costumbre que observan los medios en su caso particular.
Lo vimos desde la primera vez que se encaminó a la presidencia (2006), pasando por su segundo intento (2012) y en la actual perspectiva del 2018.
Todo un caso. Editores y columnistas que fueron críticos acérrimos de LÓPEZ OBRADOR durante la campaña, en cuanto se consuma su derrota se convierten en sus principales promotores para la siguiente.
Resuelto el 2006, una vez que FELIPE CALDERÓN tomó posesión, LÓPEZ OBRADOR se transfigura en el gran prospecto para el 2012. El puntero indiscutible, fiero y arrollador.
Pero llega 2012 y la operación se repite. Hace campaña AMLO bajo una golpiza cerrada, pierde ante PEÑA NIETO y en cuanto este asume el mando, los medios que meses atrás vapulearon al PEJE, ahí están encaminándolo otra vez.
No quiero decir con ello que la encuesta de BUENDÍA y LAREDO persiga esos fines. Sólo que por alguna razón repite el comportamiento de buena parte de la prensa capitalina. Al respecto, las columnas de GOMEZ LEYVA son de un sadismo exquisito.

TIRO AL BLANCO
Con el 2018 a la vista, la historia parece repetirse. Ahí andan todos inflando su globito de Cantoya, inyectándole gas afanosamente, esperando a que cobre altura para agarrarlo luego de piñata.
Le dicen al tabasqueño lo que le gusta escuchar, luce fuerte, será el contrincante a vencer, está bien posicionado, la tercera es la vencida, marcha adelante y hace temblar de miedo a la “mafia del poder”.
Cualquiera pensaría que es buen negocio asustar a la clase gobernante con la sombra del aparecido. El petate del muerto que se levanta de su tumba seguido de espectros trotando al unísono, como MICHAEL JACKSON en “Thriller”.
Espere usted a que se eleve un poco y empiece a pontificar sobre sus proyectos de gobierno. Esto le llevará entre el actual 2016 y el próximo 2017.
Llegado el 2018, el populista irredento, el adversario inflable, estará listo para convertirse en el blanco favorito de todos.
Volverá a ser el “peligro para México” que hace muecas a los poderosos. Los mismos que hoy lo exaltan y estimulan, estarán disputándose el derecho a derribarlo.