Cd. Victoria, Tam.- Dado que la cámara alta aprobó con modificaciones la
iniciativa de reforma laboral, será necesaria una nueva revisión y otra ronda
de votaciones en la cámara de diputados.
Ver
para creer, las propuestas que afectan la relación obrero-patronal
(subcontratación, pago por hora, contratación a prueba) ya tienen prácticamente
el visto bueno de ambas cámaras.
La
sal y pimienta se concentra en los cambios propuestos por CALDERÓN en cuanto a
democracia y transparencia sindicales.
Mismos
que fueron retirados de la iniciativa a su paso por la cámara baja y luego
reimplantados por el senado a instancias del bloque formado por las izquierdas
y el PAN.
Vale
la pena conocer algunos detalles de este polémico articulado pues su
actualización apuntaría hacia una apertura de la vida sindical tradicionalmente
dominada por la imposición, la opacidad y el autoritarismo.
Por
décadas, temas como la elección de los dirigentes sindicales o el manejo claro
de los dineros, fueron “cosa nostra”.
Es
decir, asunto de cúpulas cerradas con un alto grado de discrecionalidad que las
convirtió en verdaderas fábricas de millonarios impunes.
Con
el añadido de un artículo como el 364 bis, los sindicatos estarían obligados a
cumplir con los principios de “legalidad, transparencia, certeza, gratuidad,
inmediatez, imparcialidad, equidad y respeto a la libertad, autonomía y
democracia sindical”.
Lo
novedoso es que este subtema se haya aprobado por unanimidad en el recinto
senatorial (incluyendo al PRI) a pesar de que el mismo partido tricolor lo
rechazó en la cámara baja.
También
los senadores del PRI cambiaron de postura y acabaron aceptando el añadido del
365 bis relativo al tema de la transparencia.
El
voto fue unánime para la disposición que facultaría a las autoridades laborales
para que entreguen a cualquier ciudadano la información relativa a las
organizaciones gremiales.
Amen
de que deberán ser del conocimiento público vía Internet detalles como los
estatutos de cada sindicato y los datos básicos de su registro como domicilio,
nombre, dirigentes, inicio de su gestión y cantidad de agremiados.
En
esto también, el PRI en la cámara baja dijo que no y en la cámara alta aceptó
reponer la propuesta de cambio.
Más
peliagudo fue todavía el tema de la rendición de cuentas donde se establece que
los estatutos fijarán las fechas para que los líderes informen de sus manejos y
cada organización deberá crear procedimientos internos que sancionen a quienes
no cumplan.
En
esto votaron decididamente en contra tanto diputados como senadores priístas.
El
rubro, sin embargo, fue aprobado por la mayoría senatorial conformada por los
representantes de los partidos PAN, PRD, PT, MC y también (ver para creer) con
apoyo del PANAL (¡MONICA ARRIOLA, efectivamente!).
En
efecto, la hija de ELBA ESTHER demostró (al menos en ese gesto) una postura distinta
a la de sus compañeros de la cámara baja, donde el PANAL votó en contra.
Por
otra parte, la mayoría (sin PRI ni PANAL) dio el visto bueno a que por lo menos
cada seis meses, los dirigentes rindan “cuenta completa y detallada” del
patrimonio sindical, sus ingresos por cuotas y otros bienes, así como su
destino.
De
no cumplir un líder con dicha obligación, los trabajadores podrán recurrir a
sus mecanismos internos para sancionarlo o, incluso, a la Junta de Conciliación
y Arbitraje.
La
Junta de Conciliación podría igualmente vigilar que un sindicato en verdad
consulte a sus agremiados antes de firmar un contrato colectivo, facultando a
los trabajadores para que elijan por voto directo si quieren pertenecer a un
sindicato distinto.
Y
bueno, soñar no cuesta, aunque la realidad suele mostrar sus colmillos de
tiempo en tiempo y dar al traste con las mejores intenciones.
Falta
todavía por ver cuantas de estas bellezas sobreviven a la tijera de los
diputados.
Otra
opción de quienes se oponen al cambio es apoyarse en el carácter de preferente
que le dio CALDERÓN a la iniciativa y rechazarla por completo.