Cd.
Victoria, Tam. Los ecos de una carcajada
siniestra recorren las tuberías de COMAPA en esta capital. Estremecen cárcamos
y plantas de rebombeo. Le dan la vuelta al acuaférico y emergen como un sórdido
ventarrón al abrir la llave de baño o cocina.
Desde luego, la ciudadanía tiene el muy
sano y comprensible derecho dudar de todo y de todos cuando estas cosas ocurren.
De ahí la cadena interminable de especulaciones: ¿qué pasó?
Resulta que durante la pasada campaña
por las alcaldías (paralela a la megaelección federal) el entonces candidato
del PAN a la presidencia municipal de Victoria XICOTÉNCATL GONZÁLEZ URESTI se
dejó escuchar y muy fuerte.
El profesional de la medicina
reinventado como político se hacía eco del dolor que por entonces aquejaba a
los habitantes de la ciudad.
Y en su frase consentida de batalla afloró
el diagnóstico:
“Victoria está enferma” y de ahí para
adelante toda suerte de denuncias.
Alegatos contra la ineficiencia, peroratas
ante el descuido, señalamientos a la corrupción del gobierno municipal entonces
encabezado por el tricolor OSCAR ALMARAZ, quien buscaba reelegirse.
Razón de sobra para tupirle duro en
declaraciones, entrevistas, discursos, eslogans.
Era un sonoro “ya basta” contra quienes pretendían
quedarse otro trienio más.
COMIENDO
LUMBRE
El lector (lectora) podrá repasar los
periódicos de entonces. Marcar con amarillo o acaso subrayar los desplantes de esa
campaña que le resulten más sonoros. Entre ellos, aquel primer diagnóstico de
COMAPA y la gestión del entonces titular GUSTAVO RIVERA.
XICO denunciaba malos manejos,
corrupción, saqueo y pésimos resultados, mientras las llaves negaban a las
familias victorenses el acceso al preciado líquido, la ciudad sufría la abundancia
de zanjas abiertas, pero nunca selladas por la misma COMAPA,
Por ello pedía el voto, ofreciendo a
cambio honestidad, manejo claro y honrado de los recursos, logros en todos los
ámbitos que en conjunto llevarían a un renacimiento de la economía y la vida
pública capitalina.
En charla de banqueta concedida a los
medios el 18 de junio, GONZÁLEZ URESTI fue lo suficientemente claro.
El titular de COMAPA sería cesado, el
primero en irse, entre una pandilla de funcionarios municipales en obras y
servicios públicos, afamados por abusivos.
A todos conminó, desde su posición de
candidato, a “ir empacando” y “preparar maletas”, por haber “fallado a los victorenses”
y por su responsabilidad directa en “la mala calidad de la infraestructura
urbana” en Ciudad Victoria.
Palabras fuertes y, por supuesto, muy
atractivas para una campaña electoral. Escarmiento severo a los corruptos,
auditoría a funcionarios y empresarios responsables del saqueo, cese y señalamiento
público, cárcel y deshonra como castigo.
En esta columna me permití comentar que
el citado organismo se encontraría afectado por “una larga sucesión de
administraciones cuya principal característica en los últimos 20 años, ha sido
el funcionar como recurrente fábrica de millonarios, todos al vapor, todos
impunes.”
EL
ESPECIALISTA
Ganada la elección, derrotado ALMARAZ,
el nuevo equipo panista asumiría el mando la noche del domingo 30 de septiembre,
en sesión formal de cabildo.
Llegó también el relevo en COMAPA tras
asumir el propio XICO la presidencia del consejo de administración (que, por
ley, le corresponde al alcalde) y tomar protesta al nuevo gerente, el ingeniero
hidráulico HUMBERTO CALDERÓN ZÚÑIGA.
En sus apariciones ante los medios,
HUMBERTO parecía asumir el papel del hombre joven que llega con ímpetu renovador
a sanear la dependencia, desmantelar estructuras viejas y prácticas anquilosadas.
Por lo menos así lo dejó sentir cuando
presentó su recuento de daños. El diagnóstico que sobrevino unas semanas
después y pintó cabalmente el desastre, ante el cabildo en pleno.
Con palabras acaso demasiado técnicas, el
reporte de CALDERÓN ZÚÑIGA habló de déficits gravosos y adeudos millonarios a CONAGUA,
Comisión Federal de Electricidad y al propio fisco estatal.
Entre los faltantes, el dinero retenido
a los trabajadores como fondo de ahorro, los aguinaldos del 2018 y el pago a pensionados.
Le salieron alas al dinero, fue empleado
acaso para tapar otros agujeros, se esfumó, evaporó, cambió de manos, de bolsillos,
de dueños. Esos momentos en que lo público deja de ser público cuando se
canaliza al vertedero de las cuentas privadas.
ENROQUE
HABEMUS
El 22 de febrero pasado, la secretaria
del Trabajo, contadora pública MARÍA ESTELA CHAVIRA MARTÍNEZ dio posesión al
abogado GUSTAVO RIVERA RODRÍGUEZ como nuevo Director de Capacitación y Productividad,
adscrito a la Subsecretaría de Empleo.
Su tarea consistirá en dotar de elementos
técnicos de capacitación al personal de dicha dependencia, así como ejercer la
vinculación con el sector productivo y dotarlo de herramientas que eleven su
productividad.
Sobresalen en la foto, la sonrisa regordeta
y enigmática de ESTELITA, la calva invicta del buen GUSTAVO, ahora con camisa
azul, sin corbata.
Atrás los fielders, adiós muchachos
compañeros de mi vida, hasta luego mi sombrero, abajo el telón, el gozo se fue
al pozo, entre una sonora ovación murió la campaña moralizadora. Game over, todo
está terminado, diría el escrito bíblico, consummatum est.
Es larga la lista de especulaciones que,
desde cafés y mentideros políticos, buscan dar explicación al fenómeno.
Mire usted, el hombre al que medios y
redes regionales convirtieron en la auténtica “bestia negra” del trienio
priísta en Victoria, no solamente sale bien librado de todas las imputaciones
que se le hicieron, sino que (además) resulta premiado con un cargo de
dirección por un gobierno de signo contrario.
Se habla de virtudes compensatorias en
el interfecto, como su eficaz manejo de las relaciones públicas más allá de las
diferencias partidistas. Se le define como un paciente artesano en el tejido discreto
de afinidades provechosas.
Negocios en común, incluso, en ambos
lados de la geografía electoral. Nada comprobado, lo que más se aproxima a nuestro
entendimiento son las emergencias propias del año electoral.
La necesidad imperiosa que hoy tiene el
PAN de reclutar operadores eficaces como (lo es, sin duda) el propio RIVERA, sus
amigos y antiguos compañeros de armas.
Y, mejor todavía, con el visto bueno del
propio ALMARAZ. Al final del día, el temor común a MORENA lo puede todo,
mientras la risa de GUSTAVO se expande, por oleajes, en toda la red de agua y
alcantarillado.