Cd.
Victoria, Tam. – Apenas se
confirmó el despido del impresentable ENRIQUE OCHOA REZA para entronizar al
exgobernador guerrerense RENÉ JUÁREZ CISNEROS y la duda asomaba en oficinas y
pasillos del edificio tricolor en esta capital.
Los
priístas de Tamaulipas se preguntaban desde las redes si una medida equivalente
sería necesaria (y urgente) en el comité estatal que dirige CHECO GUAJARDO.
Por
aquello de que los números tristes hoy patentes en la campaña de TOÑO MEADE,
tienen su equivalente en el bajo desempeño estadístico de sus candidatos a
diputados, alcaldes y senadores en la entidad.
Y
esto va desde CHUCHÍN DE LA GARZA, MAGDA PERAZA y OSCAR ALMARAZ hasta los
aspirantes a la Cámara Alta ALEJANDRO GUEVARA y YAHLEEL ABDALA, por citar los
casos más relevantes.
Sencillamente
no pintan (o pintan mal) frente a las locomotoras del PAN y MORENA, donde el
trabajo de estructura jamás se ha interrumpido desde la elección estatal de
2016.
Ello,
a diferencia de una maquinaria tricolor que hizo alto total durante el primer
año del presente régimen y empezó a salir cansinamente de su modorra a partir
del otoño pasado. Sin alcanzar todavía el ritmo y la cobertura de sus mejores
tiempos.
NUEVO TIMONEL
En
esas condiciones ocurre la aparición, un tanto cuanto inesperada, del
economista acapulqueño JUÁREZ CISNEROS, exmandatario estatal que vivió muy de
cerca el advenimiento de la alternancia. Conoce de derrotas.
Gobernó
entre el año cinco de ZEDILLO (1999) y el quinto de VICENTE FOX (2005).
También
ha sido alcalde de Acapulco (1990-93), diputado federal (1994-97) y senador de
primera minoría (2012), de donde salió en 2016 para convertirse en Subsecretario
de Gobernación.
Gente
identificada con el hidalguense extitular de SEGOB y hasta hace poco
presidenciable MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG.
El
arribo de JUÁREZ permite augurar, de entrada, una mayor disciplina
organizativa, seriedad discursiva y una gestión rigurosa, orientada a
resultados. Es hombre que prefiere los hechos a las palabras.
Su
problema es que llega tarde, con un partido desvencijado por la frivolidad de
OCHOA REZA y desprestigiado por las corruptelas de no pocos exgobernadores.
Amén de un candidato débil como TOÑO MEADE y un presidente PEÑA en el más bajo nivel de aceptación en muchos lustros.
Amén de un candidato débil como TOÑO MEADE y un presidente PEÑA en el más bajo nivel de aceptación en muchos lustros.
El
humor de las redes dice que el nuevo mandamás tricolor tiene cara de enterrador,
encargado de pompas fúnebres. Y pronostican que aterriza para administrar la
derrota.
Ello,
como parte de un control adelantado de daños, destinado a mantener la cohesión
de sus filas, más allá de julio próximo, para lo que venga, regular, malo o
peor.
Ingrata
tarea que ya avizora el panorama postelectoral, donde las organizaciones perdedoras
(las que sean) vivirán algo parecido a la noche más oscura del alma.
Etapa
negra de reajustes y acomodos donde estará en duda su viabilidad como partidos.
DOS TAMAULIPECOS
Mención
aparte merece los cuatro nombramientos anunciados por el nuevo mandamás del PRI,
como parte de la urgente reestructuración anunciada tras el “golpe de timón”
asestado en las oficinas principales de Insurgentes Norte.
Estrenan
cartera dos secretarios generales adjuntos y dos subsecretarios de operación
política.
En
cuanto a los primeros, se trata del exgobernador tamaulipeco MANUEL CAVAZOS
LERMA y el exdiputado sonorense ENCARNACIÓN ALFARO. Dos norteños, oriente y
poniente.
En
referencia a los subsecretarios, fueron nombrados el neolaredense RAMIRO RAMOS,
exdiputado local y expresidente del Congreso en la pasada legislatura, así como
ENRIQUE MARTINI, oriundo de Taxco, Guerrero, donde ya fue alcalde, diputado federal
y líder estatal de su partido.
Respecto
a CAVAZOS LERMA, por razones obvias son mejor conocidos sus méritos y deméritos.
Dos veces diputado federal, tres veces senador, alguna vez oficial mayor de
SEGOB, no goza de muchas simpatías entre el ciudadano promedio, la gente de la
calle.
Entre
otras razones por su carácter agrio, eternamente a la defensiva, desconfiado.
Y
también por las extravagancias de corte ocultista que rebasaron el ámbito de lo
privado para convertirse en estilo de gobierno.
Desplantes,
frases, poses, cursos pagados desde el erario, donde el gabinete en pleno
practicaba mantras y técnicas respiratorias de manera obligada.
Se
recuerda también su cuestionado gusto por alternar y bailar con jovencitas, algunas
de ellas menores de edad, que le salían al paso en las comunidades ejidales.
Fuera
de ello, en el plano profesional, CAVAZOS se ha distinguido como un disciplinado,
discreto y eficaz operador político. Es por ello que se mantiene vigente, a 20
años de haber concluido su régimen.
CIUDAD ENFERMA
Y,
bueno, en esta capital, todavía no empiezan las campañas municipales y
candidatos de distintos partidos parecen coincidir en el diagnóstico de que Ciudad
Victoria está enferma.
Magros
resultados en materia de servicios públicos, dineros que se orientan en caprichos
ornamentales cuando las colonias carecen de lo indispensable.
Para
sacarla de su marasmo le harían falta cuidados intensivos (dicen). La auscultación
y el diagnóstico, rubro por rubro, el tratamiento adecuado en cada sector.
De
lo cuál se hace eco el regidor del PVEM FERNANDO ARIZPE GARCÍA en charla con
los medios cuando declaró “reprobado” al actual gobierno municipal.
Y
lo hizo con argumentos como de que “dicen que hacen cosas y no se hacen”, o
bien “hacen una cosita y la ponderan como si fuera mucho”.
Comparada
con otras capitales de la República, explica el médico ARIZPE, Victoria estaría
entre las últimas, “en desarrollo y en seguridad”,
Demandó
además terminar con simulaciones en la administración local y exhortó al
alcalde OSCAR ALMARAZ para que solicite licencia definitiva del cargo y deje de
usar recursos públicos en su ambición releccionista.
Tiempos
plurales, sin duda, los que hoy vivimos.