viernes, 11 de mayo de 2018

Aves y tempestades


Cd. Victoria, Tam. – El homicidio doloso ha escalado en este país a extremos de crueldad nunca antes vistos. A los verdugos no les basta matar.
Además mutilan, decapitan, descuartizan, incineran y disuelven en ácido a víctimas que, por igual, pueden ser enemigos o ciudadanos pacíficos, gente inocente.
Bajo este ánimo social que sobrevive entre el horror cotidiano, resulta alarmante el que un candidato presidencial haya propuesto en el más reciente debate (domingo 22 de abril) cortar las manos a los ladrones.
Aquí mismo comenté que cuando la moderadora AZUCENA URESTI preguntó si tal expresión debía entenderse de manera literal, el “Bronco” JAIME RODRÍGUEZ, jocundo y orondo, confirmó lo dicho.
Luego añadiría que “el país necesita golpes duros”, aunque tal propósito exija modificar la Constitución.
Apenas al día siguiente del debate, el 23 de abril, apareció la primera víctima de tan ruidoso exhorto.
El cadáver de un presunto delincuente fue arrojado en Acapulco con las manos cercenadas por una banda rival. Un narcomensaje reconocía haberse inspirado en la consigna del Bronco.
“Aquí está el primero”, decía el recado, amenazando de paso a ladrones y extorsionadores con aplicarles el mismo castigo.
Ahí no paró la cosa. Entre el 23 y 24, aparecieron otros dos cadáveres sin manos en Yehualtepec, Puebla, ajustes de cuentas entre grupos rivales, con el sello del Bronco. Y la cuenta sigue.

LA FURIA DE GIJÓN
Conocidos son los exabruptos de FRANCISCO IGNACIO TAIBO MAHOJO (PACO TAIBO II, conocido como PIT II) escritor hispano-mexicano, prolífico, exitoso, leído, reconocido.
Asturiano de origen (Gijón, 1949), azteca por adopción, respetado en el mundo editorial por la diversidad de géneros que ha sabido abordar en diferentes etapas de su carrera: novela negra, cuento, ensayo, biografía.
Activista de izquierda, promotor cultural, colaborador primero de CUAUHTÉMOC CÁRDENAS y hoy de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Su padre, FRANCISCO IGNACIO TAIBO LAVILLA (PACO IGNACIO TAIBO I, también conocido como PIT I) fue un recordado caballero de las letras, escritor, dramaturgo, periodista, productor de televisión (Gijón, 1924, Ciudad de México, 2008).
Pues bien, el señor PIT II (MAHOJO) le ha regalado a este país algunos lances de furia que no solo agravian a la adolorida conciencia nacional, sino que comprometen a su candidato LÓPEZ OBRADOR.
A él debe AMLO las explicaciones que a toda prisa ha tenido que ofrecer (en calidad de control de daños) por los exhortos de PACO a expropiar empresas de dirigentes patronales que (tras un eventual triunfo de MORENA) disientan con su programa de gobierno.
Y se expropiaría, entiéndase, no porque dichas empresas sean de importancia estratégica, ni porque su estatización ocupe un lugar en la filosofía económica del obradorismo. 
Se les arrebatarían únicamente por protestar. Castigo al inconforme, garrote a quien se oponga.
Antes había dicho que los gobernantes mexicanos y sus aliados extranjeros responsables de la privatización energética merecen, como destino final, “el cerro de las Campanas, donde serán fusilados por traidores.”
Promontorio queretano donde terminaron sus días el emperador MAXIMILIANO y sus generales MIGUEL MIRAMÓN y TOMÁS MEJÍA, un 19 de junio de 1867, por ahí de las 7 y cinco de la mañana.
Esto aconseja TAIBO II contra los privatizadores.

GOTA CHICA, VASO GRANDE
Y bueno, la polarización entre enemigos y devotos de AMLO encuentra el peor de sus escenarios en las redes sociales y los espacios que portales informativos conceden al lector debajo de cada nota.
Tan nutrida se observa la artillería chaira como desalmada aflora la cañonera antichaira. La salud mental aconseja hoy día evitar ponerse al alcance de tales extremos.
Defender o impugnar abiertamente al divo de Macuspana es tanto como jalar los bigotes a un león africano.
Por ello llama la atención el caso del periodista RICARDO ALEMÁN, cuyo gozoso pleito con los partidarios de MORENA alcanzó su punto culminante el pasado fin de semana, de manera inesperada.
Se le ocurrió dar retuit a un meme infame. Ahí donde algún contacto anónimo había subido una leyenda, anotando que: “A John Lennon lo mató un fan. A Versace lo mató un fan. A Selena la mató un fan. A ver a qué hora, chairos.”
Si por chairos entendemos la conocida referencia a los seguidores de ANDRÉS MANUEL, resulta clara la invitación a terminar con la vida de su candidato, así fuera de broma. El columnista solamente había reenviado el mensaje añadiendo dos palabras: “Les hablan”.
La respuesta en las redes fue estridente. Sobrerreacionaron, culpando al periodista de estar invitando al magnicidio, dando paso a un linchamiento virtual, sin duda más grave que el tuit en cuestión.
La cosa no paró ahí, en los tres días siguientes sobrevino la debacle. La empresa TELEVISA emitió un boletín anunciando la cancelación del programa “LA MUDANZA”, que transmitía por su canal Foro TV.
Y luego el canal 11 del IPN haría lo propio con la emisión “DESPERTADOR POLÍTICO”, ambos a cargo de citado periodista.
El golpe final vino enseguida, cuando el periódico MILENIO cerró el espacio donde ALEMÁN publicaba su columna “ITINERARIO POLÍTICO”. Lo despidieron.

MIDIENDO LA OLA
Dejemos a los estudiosos de la comunicación el análisis del fenómeno. ¿Cómo fue que un apunte mínimo, casual, provocó una respuesta de tal desmesura, que no solo incluyó a millares de francotiradores anónimos sino además la condena de plumas reconocidas y personalidades políticas?
Me permito citar algunas reacciones:
JULIO HERNÁNDEZ, columnista. “Me parece sumamente peligroso que se aliente o "juegue" con la idea de un atentado político (…) No juegues con estos temas. Podrías explicarte y disculparte.”
EPIGMENIO IBARRA, cineasta: “…es un sicario editorial del régimen corrupto que paga todo lo que escribe. Hoy hace una abierta incitación a la violencia (que) es solo extensión de las campañas de odio (…) #NoAlPeriodismoSicario”
ENRIQUE KRAUZE, escritor: “Peligroso, irresponsable, inadmisible, reprobable, repudiable.”
MARGARITA ZAVALA, candidata: “Inadmisibles los llamados a la violencia o a la agresión; sin cabida las provocaciones irresponsables y llenas de odio; inaceptables las alternativas radicales que pueden alterar la normalidad democrática.”
LILLY TÉLLEZ, locutora y candidata: “Las autoridades deben sancionar de inmediato al periodista.”
TATIANA CLOUTHIER, coordinadora de campaña: “Inadmisible que quien se dice periodista, critica la agresividad y divisionismo, actúe de la misma forma. Creo que hasta daño le hace al espacio donde escribe.”
SANTIAGO NIETO, extitular de la FEPADE: “En buen español (…) se llama apología del delito. Invito al encargado de despacho de la @PGR_mx que por una vez haga cumplir la ley e inicie la carpeta de investigación correspondiente.”

POR AMBAS VÍAS
Pero los excesos van y vienen, obradoristas y antiobradoristas hablan el mismo lenguaje. El día que ALEMÁN desataba esta tormenta, un personaje de signo contrario, el candidato a diputado GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, armó la suya.
Llamó “pendejo” al escritor MARIO VARGAS LLOSA y reiteró su propuesta de “retirarle el Nobel”, por decir que AMLO podría “empujar a México al desastre.”
En el mismo tenor, el 4 de marzo pasado, CARMEN BOJÓRQUEZ historiadora del Colegio sonorense, había propuesto en su cuenta de FACEBOOK “una quema de libros” del mismo VARGAS LLOSA, por opinar que el triunfo de AMLO sería “un retroceso en la democracia del país”.
Lo dijo a manera de pregunta: “¿Qué les parece (la) quema de libros de VARGAS LLOSA por metiche?”
La autora después borraría el mensaje y en ulteriores publicaciones aclaró que se trataba “de una broma”.
Argumento, por cierto, muy similar a la disculpa ofrecida en video por RICARDO ALEMÁN (“no fue esa la intención, si se tomó mal, lo lamento”).
El común denominador en ambos casos ha sido acogerse a la ambigüedad del lenguaje. El propósito era otro, lo interpretaron de manera equivocada. Yo no fui, fue Teté.
Aunque necesario es decir que cuando una afirmación se expresa en términos claros y tajantes, el margen de error es mínimo.
La pasión le ha otorgado tan agudeza, filo, contundencia, al vocabulario empleado, que torna muy difícil leerlo de manera distinta a su significado literal.
Lo mismo pasa con los desplantes del Bronco. Su exhorto a la mutilación significa eso, cortar manos, no existe sentido metafórico, alegórico, poético, que lo salve.
Las expropiaciones de TAIBO y el llamado a fusilamientos en el Cerro de las Campanas tampoco admiten aclaraciones que busquen relativizar los términos bajo la coartada de “lo que en verdad quiso decir.”
La violencia verbal está ahí y sin duda amerita, requiere, exige (en calidad de urgente) la formulación de un acuerdo, compromiso, pacto de caballeros, entre partidos y candidatos, para frenar esta escalada de terrorismo verbal, antes de que cristalice en daños tangibles.
Sin pretextos, hacerse cargo (todos) de sus palabras.