Cd.
Victoria, Tam. – El homicidio
doloso ha escalado en este país a extremos de crueldad nunca antes vistos. A
los verdugos no les basta matar.
Además mutilan, decapitan, descuartizan, incineran y disuelven en ácido a
víctimas que, por igual, pueden ser enemigos o ciudadanos pacíficos, gente
inocente.
Bajo
este ánimo social que sobrevive entre el horror cotidiano, resulta alarmante el
que un candidato presidencial haya propuesto en el más reciente debate (domingo
22 de abril) cortar las manos a los ladrones.
Aquí
mismo comenté que cuando la moderadora AZUCENA URESTI preguntó si tal expresión
debía entenderse de manera literal, el “Bronco” JAIME RODRÍGUEZ, jocundo y
orondo, confirmó lo dicho.
Luego
añadiría que “el país necesita golpes duros”, aunque tal propósito exija modificar
la Constitución.
Apenas
al día siguiente del debate, el 23 de abril, apareció la primera víctima de tan
ruidoso exhorto.
El
cadáver de un presunto delincuente fue arrojado en Acapulco con las manos
cercenadas por una banda rival. Un narcomensaje reconocía haberse inspirado en
la consigna del Bronco.
“Aquí
está el primero”, decía el recado, amenazando de paso a ladrones y
extorsionadores con aplicarles el mismo castigo.
Ahí
no paró la cosa. Entre el 23 y 24, aparecieron otros dos cadáveres sin manos en
Yehualtepec, Puebla, ajustes de cuentas entre grupos rivales, con el sello del
Bronco. Y la cuenta sigue.
LA FURIA DE GIJÓN
Conocidos
son los exabruptos de FRANCISCO IGNACIO TAIBO MAHOJO (PACO TAIBO II, conocido
como PIT II) escritor hispano-mexicano, prolífico, exitoso, leído, reconocido.
Asturiano
de origen (Gijón, 1949), azteca por adopción, respetado en el mundo editorial
por la diversidad de géneros que ha sabido abordar en diferentes etapas de su
carrera: novela negra, cuento, ensayo, biografía.
Activista
de izquierda, promotor cultural, colaborador primero de CUAUHTÉMOC CÁRDENAS y
hoy de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Su
padre, FRANCISCO IGNACIO TAIBO LAVILLA (PACO IGNACIO TAIBO I, también conocido
como PIT I) fue un recordado caballero de las letras, escritor, dramaturgo,
periodista, productor de televisión (Gijón, 1924, Ciudad de México, 2008).
Pues
bien, el señor PIT II (MAHOJO) le ha regalado a este país algunos lances de
furia que no solo agravian a la adolorida conciencia nacional, sino que comprometen
a su candidato LÓPEZ OBRADOR.
A
él debe AMLO las explicaciones que a toda prisa ha tenido que ofrecer (en
calidad de control de daños) por los exhortos de PACO a expropiar empresas de
dirigentes patronales que (tras un eventual triunfo de MORENA) disientan con su
programa de gobierno.
Y
se expropiaría, entiéndase, no porque dichas empresas sean de importancia
estratégica, ni porque su estatización ocupe un lugar en la filosofía económica
del obradorismo.
Se les arrebatarían únicamente por protestar. Castigo al inconforme, garrote a quien se oponga.
Se les arrebatarían únicamente por protestar. Castigo al inconforme, garrote a quien se oponga.
Antes
había dicho que los gobernantes mexicanos y sus aliados extranjeros responsables
de la privatización energética merecen, como destino final, “el cerro de las
Campanas, donde serán fusilados por traidores.”
Promontorio
queretano donde terminaron sus días el emperador MAXIMILIANO y sus generales
MIGUEL MIRAMÓN y TOMÁS MEJÍA, un 19 de junio de 1867, por ahí de las 7 y cinco
de la mañana.
Esto
aconseja TAIBO II contra los privatizadores.
GOTA CHICA, VASO GRANDE
Y
bueno, la polarización entre enemigos y devotos de AMLO encuentra el peor de
sus escenarios en las redes sociales y los espacios que portales informativos
conceden al lector debajo de cada nota.
Tan
nutrida se observa la artillería chaira como desalmada aflora la cañonera
antichaira. La salud mental aconseja hoy día evitar ponerse al alcance de tales
extremos.
Defender
o impugnar abiertamente al divo de Macuspana es tanto como jalar los bigotes a
un león africano.
Por
ello llama la atención el caso del periodista RICARDO ALEMÁN, cuyo gozoso
pleito con los partidarios de MORENA alcanzó su punto culminante el pasado fin
de semana, de manera inesperada.
Se
le ocurrió dar retuit a un meme infame. Ahí donde algún contacto anónimo había
subido una leyenda, anotando que: “A John Lennon lo mató un fan. A Versace lo
mató un fan. A Selena la mató un fan. A ver a qué hora, chairos.”
Si
por chairos entendemos la conocida referencia a los seguidores de ANDRÉS
MANUEL, resulta clara la invitación a terminar con la vida de su candidato, así
fuera de broma. El columnista solamente había reenviado el mensaje añadiendo
dos palabras: “Les hablan”.
La
respuesta en las redes fue estridente. Sobrerreacionaron, culpando al periodista
de estar invitando al magnicidio, dando paso a un linchamiento virtual, sin
duda más grave que el tuit en cuestión.
La
cosa no paró ahí, en los tres días siguientes sobrevino la debacle. La empresa TELEVISA
emitió un boletín anunciando la cancelación del programa “LA MUDANZA”, que
transmitía por su canal Foro TV.
Y
luego el canal 11 del IPN haría lo propio con la emisión “DESPERTADOR POLÍTICO”,
ambos a cargo de citado periodista.
El
golpe final vino enseguida, cuando el periódico MILENIO cerró el espacio donde
ALEMÁN publicaba su columna “ITINERARIO POLÍTICO”. Lo despidieron.
MIDIENDO LA OLA
Dejemos
a los estudiosos de la comunicación el análisis del fenómeno. ¿Cómo fue que un apunte
mínimo, casual, provocó una respuesta de tal desmesura, que no solo incluyó a millares
de francotiradores anónimos sino además la condena de plumas reconocidas y personalidades
políticas?
Me
permito citar algunas reacciones:
JULIO
HERNÁNDEZ, columnista. “Me parece sumamente peligroso que se aliente o
"juegue" con la idea de un atentado político (…) No juegues con estos
temas. Podrías explicarte y disculparte.”
EPIGMENIO
IBARRA, cineasta: “…es un sicario editorial del régimen corrupto que paga todo
lo que escribe. Hoy hace una abierta incitación a la violencia (que) es solo
extensión de las campañas de odio (…) #NoAlPeriodismoSicario”
ENRIQUE
KRAUZE, escritor: “Peligroso, irresponsable, inadmisible, reprobable,
repudiable.”
MARGARITA
ZAVALA, candidata: “Inadmisibles los llamados a la violencia o a la agresión;
sin cabida las provocaciones irresponsables y llenas de odio; inaceptables las
alternativas radicales que pueden alterar la normalidad democrática.”
LILLY
TÉLLEZ, locutora y candidata: “Las autoridades deben sancionar de inmediato al
periodista.”
TATIANA
CLOUTHIER, coordinadora de campaña: “Inadmisible que quien se dice periodista,
critica la agresividad y divisionismo, actúe de la misma forma. Creo que hasta
daño le hace al espacio donde escribe.”
SANTIAGO
NIETO, extitular de la FEPADE: “En buen español (…) se llama apología del
delito. Invito al encargado de despacho de la @PGR_mx que por una vez haga
cumplir la ley e inicie la carpeta de investigación correspondiente.”
POR AMBAS VÍAS
Pero
los excesos van y vienen, obradoristas y antiobradoristas hablan el mismo
lenguaje. El día que ALEMÁN desataba esta tormenta, un personaje de signo contrario,
el candidato a diputado GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, armó la suya.
Llamó
“pendejo” al escritor MARIO VARGAS LLOSA y reiteró su propuesta de “retirarle
el Nobel”, por decir que AMLO podría “empujar a México al desastre.”
En
el mismo tenor, el 4 de marzo pasado, CARMEN BOJÓRQUEZ historiadora del Colegio
sonorense, había propuesto en su cuenta de FACEBOOK “una quema de libros” del
mismo VARGAS LLOSA, por opinar que el triunfo de AMLO sería “un retroceso en la
democracia del país”.
Lo
dijo a manera de pregunta: “¿Qué les parece (la) quema de libros de VARGAS
LLOSA por metiche?”
La
autora después borraría el mensaje y en ulteriores publicaciones aclaró que se
trataba “de una broma”.
Argumento,
por cierto, muy similar a la disculpa ofrecida en video por RICARDO ALEMÁN (“no
fue esa la intención, si se tomó mal, lo lamento”).
El
común denominador en ambos casos ha sido acogerse a la ambigüedad del lenguaje. El
propósito era otro, lo interpretaron de manera equivocada. Yo no fui, fue Teté.
Aunque
necesario es decir que cuando una afirmación se expresa en términos claros y tajantes,
el margen de error es mínimo.
La
pasión le ha otorgado tan agudeza, filo, contundencia, al vocabulario empleado,
que torna muy difícil leerlo de manera distinta a su significado literal.
Lo
mismo pasa con los desplantes del Bronco. Su exhorto a la mutilación significa
eso, cortar manos, no existe sentido metafórico, alegórico, poético, que lo
salve.
Las
expropiaciones de TAIBO y el llamado a fusilamientos en el Cerro de las
Campanas tampoco admiten aclaraciones que busquen relativizar los términos bajo
la coartada de “lo que en verdad quiso decir.”
La
violencia verbal está ahí y sin duda amerita, requiere, exige (en calidad de
urgente) la formulación de un acuerdo, compromiso, pacto de caballeros, entre
partidos y candidatos, para frenar esta escalada de terrorismo verbal, antes de
que cristalice en daños tangibles.
Sin
pretextos, hacerse cargo (todos) de sus palabras.