Cd.
Victoria.- Si la democracia es un mercado donde
diversos postores concurren a licitar sus servicios en abierta competencia por
la simpatía ciudadana, es tiempo de preguntar por sus respectivas ofertas.
El marketing elabora el empaque, la
presentación del producto donde destaca la frase impactante, el jingle
conmovedor, vestuario, colores, matices, los mil y un significados del lenguaje
no verbal.
Es el reino de la forma que nada tiene de
malo siempre y cuando no enmascare el fondo. Que no reemplace a la propuesta ni
desplace lo que verdaderamente importa: el programa de trabajo.
Desde este domingo y durante los próximos
dos meses vamos a ver y escuchar mucho de todo esto. Para bien y para mal.
Dada la alta responsabilidad de los cargos
en juego, el votante debe saber que no se trata de un casting cinematográfico
ni (menos) un desfile de modas sino una disputa por el poder que de muchas
maneras compromete el futuro de todos.
GUIÑOS
AL CORAZÓN
Inevitable el manejo de los resortes
anímicos, el gancho emocional, ese toque mágico que apela a los sentimientos.
Valores familiares, amor a la tierra,
orgullo por la identidad regional, la patria chica, cultura y costumbres.
Esto y la promesa de un cambio sustancial. El
manejo deliberado de la expectativa en su expresión más contagiosa que es la
esperanza.
Bienvenidos, pues, los mensajes al corazón
pero habrá que remontarlos. Preguntar otra vez por la oferta concreta en cada
campo: seguridad, justicia, salud, educación, empleo, cultura, transparencia o
energía.
Aunque no hay oferta sin diagnóstico, ojo.
Si no identifican males y carencias, difícilmente propondrán soluciones reales.
En este punto, los caminos se bifurcan en
las diversas trincheras. Tamaulipas no es el paraíso, pero tampoco el infierno.
Indispensable el balance justo que
reconozca lo bien hecho (los haberes) y, partiendo de esto, vislumbre necesidades,
lo que falta por avanzar.
Esto vale para todos, lo mismo si hablamos
de BALTAZAR HINOJOSA (PRI) y FRANCISCO GARCÍA (PAN) que de GUSTAVO CÁRDENAS
(PMC), JORGE VALDEZ (PRD), ARMANDO VERA (PT), HÉCTOR GARZA (MORENA), ABDIES
PINEDA (PES) y FRANCISCO CHAVIRA (independiente).
Y también quienes buscan curules y cargos
edilicios.
Dime partido, dime candidato (1) cuál es tu
diagnóstico en cada rubro y, al respecto, (2) qué quieres hacer, pero además
(3) platícame cómo piensas lograrlo, para sentir que (4) todas y cada una de
tus propuestas son viables y, por ende (5) podrán germinar en políticas públicas
y acciones de gobierno.
TAREA
REFLEXIVA
Habrá candidatos que se definan por sus
filias y otros cuyo perfil esté trazado nítidamente por sus fobias.
Con más pena que gloria, ya circula por
ahí, la vieja frase mexicana popularizada en 2011 por el poeta JAVIER SICILIA (“estamos
hasta la madre”) en el mensaje inicial del señor CHAVIRA.
Estilo lapidario, parece ideado para las primeras
planas de los medios impresos, el budget inicial de noticieros radiofónicos y
televisivos.
De aquí la importancia de valorar los programas
como defensa ante los exabruptos. Que la gente razone y decida en torno a
proyectos es una manera de vacunar las campañas contra el discurso del odio y
también contra el demonio de la banalidad, la alegría pueril, igualmente
siniestra.
Este es el meollo del trabajo más allá de
la tramoya exitosa (sin duda, necesaria) y todas esas rutas que conducen al
posicionamiento en medios y redes.
Sin importar quien gane el próximo verano,
bastante habremos avanzado si los partidos y sus abanderados pudiesen convertir
esta fiesta cívica en un ejercicio de razonamiento colectivo.
Interesar a la gente en que deje su zona de
comodidad y se vincule más con la marcha cotidiana de las instituciones.