Cd.
Victoria.- A nadie asustan las leperadas hoy día,
ni siquiera en política, aunque su justificación depende del uso eficaz, del
contexto que las valide y haga necesarias.
El lenguaje soez puede, efectivamente,
enriquecer y dar fuerza a un desplante expresivo. Pero también evidenciar
pobreza de vocabulario, miseria moral e intelectual.
Decía OCTAVIO PAZ que el vocabulario lépero
(el mexicano, en particular) es poesía al alcance de todos. Aunque por sí mismo
no representa poesía.
En el viejo teatro de revista bastaba una
mentada de madre dicha a bocajarro para que el auditorio completo estallara de
risa.
Hoy que las mentadas están en todas partes
(televisión incluida) a nadie sorprenden y su efectividad en los medios, como
en nuestras diarias conversaciones, depende del uso.
Algo tan intangible como expresarlas con
gracia y sentido de la oportunidad, cuando descubrimos de golpe y con asombro
que el vocabulario educado no lo habría dicho mejor.
COPIA
DE COPIA
Gritarle al presidente y a la clase
política nacional que los mexicanos “estamos hasta la madre” se escucha
distinto en JAVIER SICILIA que en boca de FRANCISCO CHAVIRA.
En el periodista (poeta, escritor)
capitalino hay indignación comprensible. La rabia del ciudadano lastimado por
el asesinato de su hijo.
En el candidato, una mala copia, tosco
remedo del vecino gobernador nuevoleonés, el “Bronco” JAIME RODRÍGUEZ.
El mal ejemplo cunde, mire usted. En
Tamaulipas el “Bronco” tiene dos imitadores, uno es CHAVIRA, el otro GUSTAVO
CÁRDENAS, también aspirante a la gubernatura, solo que por el PMC.
La novedad de GUSTAVO en su tercera campaña
por el mismo cargo es la implementación algo forzada del lenguaje escatológico.
Quienes lo conocimos antes sabemos que no
hablaba así, no era su estilo de expresarse en público.
Lo hace ahora por el mismo contagio de
CHAVIRA, la infame decisión de emular al “Bronco”, calcar sus ladridos.
Si además consideramos que el “Bronco”
mismo es un émulo de VICENTE FOX, pues entonces los “bronquitos” tamaulipecos
son copia de copia, remedo del remedo, una versión ya muy barata de lo mismo.
En el caso de GUSTAVO el envilecimiento del
lenguaje se debe también a la indigencia misma de su discurso. No hay mucha
neurona disponible además de las frases hechas de siempre.
Tampoco algún contenido de interés más allá
de tres o cuatro palabras recurrentes. Pueblo, democracia, corrupción, cambio…
y la omnipresente escoba.
En ambos casos aplica la advertencia
formulada por DIEGO FERNÁNDEZ (ya citada aquí) cuando hace votos porque esa
moda no se convierta en enfermedad. Que la “broncomanía” no termine en
bronconeumonía, algo fatal.
DUELO
INFAME
El tema viene a cuento también porque al
norte y sur de la frontera, dos personajes de la vida política están trenzados
en un lamentable duelo de sandeces con una carencia de ingenio que los empata.
Uno fue presidente (FOX) el otro quiere
serlo (TRUMP), ambos inmersos en una guerra de disparates donde las lenguas de
SHAKESPEARE y CERVANTES son las primeras víctimas.
Quienes hayan visto las entrevistas
concedidas por FOX a la TV americana sabrán que habla un inglés fluido y
callejero. Tan arcaico y brutal como su castellano.
A nadie debe extrañar que se refiera al
hipotético muro prometido por TRUMP con frases como: “I will not pay for that
fucking wall.”
Comenté por estos días en redes sociales
que FOX parece mirarse al espejo cuando describe a TRUMP con precisiones que
los dibujan a ambos:
"Es muy hablador, es muy mentiroso, es
muy ignorante, es un soberbio."
Son las miserias, en efecto, de la política
actual. Moda, contagio y reflejo del showbiz, donde el hambre de impacto parece
haber desplazado a las buenas razones, la cultura política, la inteligencia.