miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ya eran muchos

Cd. Victoria.- Titular del poder legislativo en Tamaulipas, RAMIRO RAMOS lo dice con todas sus letras, voz clara, precisa, quiere ser gobernador y debemos considerarlo, tomarlo en cuenta, incluirlo en la lista de los deseosos, pretendientes, solicitantes. Verle cara de probable y de factible.
Ubicarlo, al menos, en el círculo más amplio, esa masa informe donde lo mismo caben prospectos verdaderos que el variopinto aspirantado local.
Ahí donde las posibilidades reales van de la mano de los buenos deseos, cartas a Santa Claus, consulta zodiacal, lectura discreta de la baraja española.
Adelante, pues, con esa política. Aunque (en verdad) la lista es larga, cruda, desigual y luce cargada de luminarias con tal diversidad de peso y potencia que (oiga usted) pretender un lugar destacado en una obra donde los papeles están ya repartidos, se antoja por lo menos optimista. Si no es que gesto anodino, desplante innecesario.
Atañe el caso no solamente a RAMIRO, igual podríamos decirlo de PALOMA, de MELHEM y hasta del proyecto independiente esbozado por FILIZOLA.

Y PARIÓ LA ABUELA
Lo comenté aquí a propósito de HUMBERTO en la columna del viernes 4 de diciembre, cuando escribí que el problema para cualquier recién llegado sería de posicionamiento:
“¿Cómo hacer para alcanzar a personalidades que en dicha pista de carreras le llevan 30 vueltas de ventaja, como la terna principal ETIENNE, BERNAL, HINOJOSA?”
Acaso alguien recuerde que las metáforas tienen sus límites y que esta columna matrera ha cuestionado el uso y factibilidad de todas aquellas alegorías que destilen un tufo competitivo (hándicap, carrera, torneo).
Ello, por ser incuantificables los méritos, indefinida la palestra por depender de algo tan acuoso como es la voluntad presidencial.
Aunque esto no impide decir que opciones como la del siempre cordial diputado RAMOS se decantan no sólo tarde sino tardísimo.
Su papel, en todo caso, sería el de quien se apunta solamente para ubicarse entre los primeros que levanten la mano al ganador, cuando llegue el momento. Aplaudir en primera fila, que también tiene su mérito.
Tirarle al diez, pegarle al siete. Algún lugar decoroso en el próximo reparto de responsabilidades, cabe pensarlo así.

DIABLO DE UTILERÍA
A estas alturas empieza uno a dudar de la presunta (legendaria, se insistió al principio) capacidad operativa que precedió la llegada del delegado tricolor, coahuilense de origen y de infernal apodo, FERNANDO DE LAS FUENTES.
A quien, por cierto, esperábamos mejor dotado y pertrechado de autoridad por quienes lo enviaron, potestades y principados con asiento en Insurgentes Norte.
No ha demostrado mucho, salvo su entrecejo arisco. Mire usted, señores de camisa a cuadros, botín ranchero y bigote alebrestado hay bastantes en Tamaulipas, incluso en el gremio periodístico.
¿Cuál es la novedad, pues, cuál su aporte, contribución, su plus?
Lejos de disminuir, la lista de alzados crece. Habrá que ver qué valiente es también capaz de calcular lo que han gastado los señores precandidatos (de todos los partidos) tan solo en el último año de entusiasmo promocional.
Algunos más, otros menos, todos comen, la propaganda cuesta, impresos, cartelones, mantas, espectaculares, traslados, acarreos, gasolinas, estancia, banquetes, seguridad, imagen, video, difusión, monitoreo y presencia en redes.
Dineros que tampoco crecen en los árboles ni mediante generación espontánea, por obsequiosos que sean esos míticos amigos y generosos seguidores, consagrados (según la explicación oficial) a cada causa y ocupados de aportar con puntualidad lo necesario, en las numerosas trincheras. Peor todavía, ante la diversidad de ambiciones, el dispendio se escala.