Cd.
Victoria.- Muchas desventajas le acarrea al PRI
tamaulipeco que en pleno diciembre los descartes no lleguen y demasiada gente
ande todavía recorriendo la entidad en terco impulso a sus aspiraciones.
Dicho y remarcado desde esta columna. Gane
quien gane la puja interna, demasiados activos políticos quedarán sueltos, a
disposición de la rebatinga opositora, de no gestarse una operación cicatriz de
amplio espectro.
La cuál se dice fácil pero será más
compleja, delicada y cara esta vez, dada la cantidad de entuertos por deshacer,
heridas por suturar, agravios que enmendar.
Esa nutrida corte de alebrestados que el
CEN priísta jamás se apuró a desengañar ni a desmovilizar y ahí siguen,
aferrados a expectativas de atinarle al “bueno”, como si de pegarle al premio
mayor de la lotería se tratara.
Acaso la única ventaja que ello ofrece al
PRI es la presencia mediática de su aspirantado. Esa propaganda efectiva
(inexistente en el plano legal) al menos representa la oportunidad de atiborrar
los espacios que podría estar ocupando CABEZA DE VACA, por citar un ejemplo.
NO
HABRÁ BRONCO
Aunque tampoco sirve de mucho consuelo ante
la dimensión del trabajo integrador que se avecina para el partido oficial en
enero, en cuanto haya candidatura que (nadie duda) se gestará por el método
tradicional, de unidad, vía decisión vertical.
Ubicada originalmente para la última semana
de enero, hoy se especula que pudiera precipitarse pasando el Día de Reyes. El
horno no aguanta más calor, dicen, amenaza con reventar.
Tan caliente que podría echar fumarolas
blancas en días de navidad (añaden) indicando con ello la ruta del viento,
aunque pocos lo interpreten con claridad.
Ciertamente, el caso Tamaulipas no registra
aspirante alguno que acaricie planes de buscar la nominación por otro partido,
ni por la vía independiente.
Se comprueba ahora lo que veníamos
advirtiendo desde la primavera. El ejemplo neoleonés de JAIME RODRÍGUEZ, el
Bronco, difícilmente impacta al vecindario.
Obsérvese además como el gobernador de
Nuevo León ha dejado de ser tema de opinión en Tamaulipas. Ya no es modelo para
nadie, entre otras razones porque su presunta independencia se platica ahora
entre comillas.
Y luego porque ni sus afanes de justicia
han prosperado ni tampoco se detecta un genuino deseo de cambio en el difícil
terreno de la seguridad pública. Encomienda a cargo de un militar involucrado
en graves violaciones a los derechos humanos.
No habrá pues, un Bronco tamaulipeco ni
parecen dadas las condiciones para que alguno de los aspirantes priístas quiera
cambiarse de partido.
MUDANZAS
LOCALES
Aunque sí puede ocurrir este fenómeno en la
siguiente etapa, cuando definan candidaturas a los 43 ayuntamientos. El filón
más importante donde la oposición suele seguir muy de cerca los pasos del
partido oficial, para sangrarlo.
Propia de inconformes y desairados, la
tentación de endosar activos a la oferta opositora más rentable. El alquiler de
membretes suele convertirse en amenaza real para las comarcas municipales.
Cualquier pataleta no resuelta puede ser
capturada por algún partido sediento de presencia en dineros y cargos. Sin
escrúpulo de ideología, abiertas están las puertas para candidatos, operadores
y hasta financieros que se sientan excluidos.
Lo cuál sin duda complicaría las cosas en
los tres niveles (estatal, municipal, legislativo) porque las batallas locales,
cuando son muy disputadas, suelen impactar a las contiendas paralelas, en
especial a la urna que elige mandatario estatal.
De no cuidar el PRI estos procesos al
detalle, resultarán inevitables las fugas, mermas, chaquetazos, a menudo inducidos
desde adentro. No sería la primera vez.