Cd. Victoria, Tam.- Sobre el sepulcro de
LUIS DONALDO COLOSIO ajustan cuentas espectros del pasado: CARLOS SALINAS,
ERNESTO ZEDILLO y MANUEL CAMACHO.
Más hábil que los tres juntos, sigue carcajeándose desde algún
rincón detrás de la cortina el mago negro que enredó los hilos aquel funesto
1994: PEPE CORDOBA MONTOYA.
Paradójico que el morbo popular especule hoy por el estado que
guarden las relaciones entre ZEDILLO y CAMACHO, SALINAS y CAMACHO, o incluso,
ZEDILLO y SALINAS, pero nadie (dentro de la opinocracia nacional) se digne
preguntar por las operaciones del maligno que (como el diablillo de DERBEZ,
exactamente) supo pulsar los botones a distancia y desatar tragedias en cadena.
Pocos voltean a ver CORDOBA, ganador indudable de la disputa
sucesoria de 1994 donde (1) perdió ASPE, (2) fue arrastrado CAMACHO, (3) murió
COLOSIO y la (4) desdicha persiguió a la familia SALINAS, exiliado CARLOS y
encarcelado RAUL.
SAINETE MUY VISTO
Como las artistas viejas que a falta de buenos papeles optan por
estridentes declaraciones de banqueta y parecen vivir del ridículo, asoman los
fantasmas del aquellos años.
Vuelven a la carga no sólo por la infeliz disputa de concesiones
ferroviarias sino, también, por el 20 aniversario del magnicidio en Lomas
Taurinas, a cumplirse el próximo mes.
El recuerdo de LUIS DONALDO ha deambulado por medios y redes desde
el 10 de febrero pasado, en ocasión de lo que sería su cumpleaños 64.
Se habrá de reavivar, desde luego, el 6 de marzo que viene, fecha
de aquel famoso discurso ante al Monumento de la Revolución, cuando el
candidato (ya distanciado del presidente SALINAS) decía ver un México “con
hambre y sed de justicia”.
Repetición recurrente y circular de ideas-fuerza que en buena medida
evocaba al discurso de LUTHER KING y su reiterada evocación de propósitos en
torno a la frase: “I have a dream”, frente al Lincoln Memorial de Washington,
un día de agosto de 1963.
Igual declamaba COLOSIO en torno a ese México con insuficiencias
que ponía en predicamento al triunfalismo de SALINAS.
Y luego, como cada año (ahora son 20, no se si ello marque alguna
diferencia) la imagen de LUIS DONALDO volverá a las primeras planas en los días
previos y posteriores al 23 de marzo.
Salvo que alguna revelación extraordinaria reavive el caso con
elementos inéditos y contundentes, acaso el camino inevitable del mortal
episodio sea proseguir el camino franco al olvido.
ADIÓS LOBO…
Disfruté por años la prosa viva de FEDERICO CAMPBELL, en Proceso,
Milenio La Jornada.
Tijuanense, norteño, fronterizo, tan intensos sus escritos como su
humanidad toda.
Densidad ontológica la suya, lo recuerdo tomando café en la librería
El Parnaso.
Compartí su gusto por LEONARDO SCIASCIA del cuál fue traductor,
amen de narrador, ensayista, entrevistador, periodista, editor, crítico.
Me identifiqué con la licantropía que asomaba en sus ojos grises y
también en la columna semanal que intituló “La hora del lobo”, como el drama
fílmico de INGMAR BERGMAN.
Muerte casi incidental la suya, a una edad relativamente temprana (73
años) su salud se quebró aparentemente por acción de la influenza AH1N1
epidemia infame que en el presente 2014 deja ya registro aciago.
La gente como CAMPBELL no muere, sigue ahí para quien quiera
invocarla.
Lobo, lobo…
ZIGZAG
*** AQUÍ en la capital de Tamaulipas, sin duda resulta una medida
cargada de sentido común el que la sanción contemplada para quienes no pagan su
cuota de parquímetros (el terrorífico inmovilizador conocido como “araña”) sea
responsabilidad exclusiva de la autoridad municipal. *** ESTO ES, de empleados
debidamente acreditados. *** IMPORTA recordar que desde la instauración de
dichos artefactos recaudadores menudearon quejas contra los empleados de la
empresa concesionaria. *** ENTRE otras razones porque aplicaban el
inmovilizador de manera injustificada, abusiva, atrabiliaria, sobre vehículos
cuyos dueños habían cumplido efectivamente con el pago de aparcamiento. ***