Cd. Victoria, Tam.- Resulta, por lo menos, sincero el diagnóstico pronunciado por FELIPE CALDERÓN cuando dice que, tras la derrota electoral, el PAN necesita reconstruirse “piedra sobre piedra” y también cuando añade que si su mejor manera de contribuir a ello fuera el tomar distancia del partido, lo hará sin vacilaciones.
En momentos como estos, la cita bíblica se antoja reveladora, viniendo de quien ocupa el cargo político más alto en las filas blanquiazules, el Presidente de la República.
La renovación debe ser desde los cimientos, pues, lo cuál de alguna manera excluye o desautoriza a quienes se han visto involucrados en cargos de alto nivel en los últimos años.
La propia JOSEFINA VAZQUEZ MOTA estaría en dicha tesitura, como candidata perdedora que fue y personaje destacado del grupo panista que arribó al poder en diciembre del 2000.
Se recordará que JOSEFINA fue titular de SEDESOL en el gobierno de VICENTE FOX, titular de la SEP con CALDERÓN y coordinadora parlamentaria en la Cámara de Diputados.
El mismo CALDERÓN pertenece al equipo foxista que aterrizó en 2000, pues además de dirigir la bancada del PAN en la cámara baja, fue director de BANOBRAS y secretario de Energía.
Que CALDERÓN no haya sido el candidato de FOX y que JOSEFINA tampoco haya sido la candidata de CALDERON no impide decir que los tres llegaron juntos y, en buena medida, pertenecen a la tribu que desplazó al PRI en el año 2000.
Y esto significa que son, en buena medida, corresponsables del fracaso que hoy ubica al PAN como tercera fuerza parlamentaria en San Lázaro, tercero también en la elección presidencial.
Por ello, validando el consejo calderonista de que ese partido debe reconstruirse desde la raíz (“piedra sobre piedra”) la excandidata VAZQUEZ MOTA representaría una opción inadecuada.
Necesario es recordar que la remoción de GUSTAVO MADERO en el alto mando partidista no parece estar en la agenda inmediata de este partido, aunque su caso figure en la agenda del Consejo Nacional programado para el 11 de agosto.
De cualquier manera, lo que en verdad se discute es en manos de quienes estará el liderazgo moral de dicha institución partidista, aunque MADERO siga en su cargo.
No puede ser CALDERÓN porque es el presidente de la derrota, tampoco JOSEFINA por las mismas razones. Menos VICENTE FOX, acusado hoy de traidor y con un proceso de expulsión en su contra.
Excluyamos de esta lista a MANUEL CLOUTHIER, no sólo por su sonada ruptura con el grupo de JOSEFINA sino, además, por su participación final en la campaña de LOPEZ OBRADOR.
Agenda amplia, hoy se dirimen muchas cosas dentro del Partido Acción Nacional y ello tiene que ver con los liderazgos legislativos en las entrantes bancadas de ambas cámaras.
En cuanto al futuro de VICENTE FOX, a riesgo de ser algo esquemático, hoy se perciben dos corrientes de opinión dominantes.
Personajes cercanos a la señora VAZQUEZ MOTA como su excoordinador de campaña ROBERTO GIL ZUARTH desean un manejo discreto del caso, al decir que FOX no requiere un juicio de expulsión pues él mismo se colocó fuera del partido desde que empezó a entenderse con PEÑA NIETO.
Más severa es la postura que se percibe en el círculo cercano del presidente CALDERON, donde personajes como ERNESTO CORDERO, JAVIER LOZANO o GUSTAVO MADERO desean una sanción del tamaño de la falta cometida por FOX.
En ello coincide la hermana del primer mandatario, LUISA MARÍA, Cocoa, CALDERÓN.
Acaso una escritora y conferencista en el género de la autoayuda como JOSEFINA VAZQUEZ MOTA se pueda dar el lujo de mostrarse indulgente, hablar del perdón o de mirar hacia adelante, sin emprender cacería de brujas ni buscar chivos expiatorios.
Sin embargo, para los profesionales de la política, los cuadros medios y superiores del PAN en toda la geografía nacional, el ajuste de cuentas resulta inevitable.
No castigar a FOX por su deslealtad supina y su traición descarada sentaría un precedente grave. No puede quedar impune.