jueves, 12 de julio de 2012
Partidocracia invicta
Cd. Victoria, Tam.- Doña REALIDAD tiene muchas maneras de darnos lecciones. Su favorita: haciendo lo contrario de lo que esperamos o queremos.
Lo cuál, por alguna razón, me recuerda al personaje femenino de SUSANA, en la película “Amores perros”, cuando lanza aquella reflexión, a manera de pregunta con respuesta incluida: -“¿Quieres hacer reír a Dios?, ¡Cuéntale tus planes!”
En este caso no son precisamente planes, solamente buenos deseos que se quedan en el aire.
No fueron pocas las voces que en la pasada elección se manifestaron a favor de que un voto racional y selectivo fortaleciese a las grandes organizaciones partidistas (PRI, PRD, PAN) y dejase fuera a los partidos chatarra que poco o nada aportan a la vida parlamentaria y gastan carretadas injustificables de recursos públicos.
Se llegó a pensar, incluso, que al aparecer los partidos coaligados de manera separada en la boleta, la gente tendería a votar por la opción mayor.
No ocurrió así en el número suficiente para que estas organizaciones parasitarias perdieran su registro, su tajada de curules, su cuota de escaños y el derecho a seguir colgados del financiamiento oficial.
La noticia es que, entre diputados de distrito (mayoría relativa) y de representación proporcional (plurinominales), se volvieron a colar los cuatro minipartidos, con su condición ominosa de franquicias familiares y sus liderazgos vitalicios.
El Partido del Trabajo (PT) que desde su fundación en 1990 (en efecto, hace 22 años) ha sido regenteado ininterrumpidamente por ALBERTO ANAYA, habría alcanzado (salvo ajustes de último momento) un total de 19 diputaciones y 4 senadurías.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM), regenteado de manera sucesiva (desde 1986) por JORGE GONZÁLEZ TORRES y su hijo EMILIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ, tendrá 33 sillones en la cámara baja y 9 en la cámara alta.
Una de estas para GONZALEZ MARTÍNEZ, el inefable “Niño Verde” quien por segunda ocasión llega al senado sin que se le conozca tarea legislativa o actividad relevante más allá de sus apariciones recurrentes en las revistas de sociales o, eventualmente, en la nota roja.
El Movimiento Ciudadano (MC), nacido en 1999 como Partido Convergencia (PC), propiedad del exgobernador veracruzano DANTE DELGADO, aseguró una cuota envidiable de 16 curules y 2 escaños.
Finalmente, Nueva Alianza (PANAL), concesión familiar de la profesora ELBA ESTHER GORDILLO, conquistó 10 diputaciones y una senaduría, esta última para su hija MÓNICA ARRIOLA GORDILLO.
Todos sobrevivieron, trepados (como siempre) en hombros de algún partido grande: PT y MC sobre el PRD, mientras PVEM hacía lo propio con el PRI.
Seguirán cobrando y viaticando un número aproximado de 78 legisladores chatarra en San Lázaro y 16 más en la asamblea senatorial.
Se extiende asimismo, al menos por tres años más, el financiamiento para sus respectivas burocracias partidistas, manutención de inmuebles, sueldos del personal, automóviles y un abanico amplio de gastos.
Rémoras, en efecto, como se comentó aquí en la víspera de las votaciones cuando escribí que nuestro sistema político necesitaba depurarse y, de preferencia, concentrarse en sus tres fuerzas fundamentales.
En el caso concreto del PANAL, la impresión es que intentará continuar como “partido bisagra”, lucrando con sus posiciones, pocas pero capaces de inclinar una votación a favor o en contra de cualquier iniciativa.
La política es, ciertamente, el reino de las reglas laxas, las normatividades débiles y a menudo demasiado porosas, las excepciones y contraexcepciones sin fin.
Veremos si esta partidocracia permite a ENRIQUE PEÑA NIETO cumplir su promesa de reducir de 200 a 100 las curules plurinominales. Está en duda que le permitan hacer algo semejante en el senado.
La democracia mexicana es así, harto vulnerable a la astucia de las mentes aviesas que han encontrado en sus recovecos no sólo un “modus vivendi” y “operandi”, sino, incluso, un ecosistema nutricio para su alojamiento de largo plazo.