miércoles, 4 de julio de 2012

La esquinita azul


Cd. Victoria, Tam.- El nuevo mapa electoral de la república nos muestra un extenso territorio marcado con rojo y un espacio menor en amarillo.
Son las entidades federativas donde mayoritariamente se votó por el PRI y la izquierda obradorista el primero de julio.
Marginal y de azul, destaca la esquina noreste de México, los dos estados vecinos, Nuevo León y Tamaulipas, hermanados en su historia, aunque también por la geografía común de la violencia.
Hoy también los une el saberse bastiones del voto federal panista que en Nuevo León no representa mucha novedad, aunque sí en Tamaulipas.
¿Qué tuvo que haber pasado en nuestra entidad para que ocurriera ese vuelco formidable que hoy ubica ante las puertas de San Lázaro a (por lo menos) seis militantes del PAN, amén de ganar por segunda ocasión las senadurías titulares?
Hay varias razones para llamarse a sorpresa, entre otras porque:
(1) Tras el boom de los primeros años noventas, el panismo tamaulipeco había vivido una etapa de estancamiento, incluso de involución, desde el cambio de siglo hasta nuestros días.
(2) Lo cuál se reflejó en su bajo acopio de votos en las tres elecciones gubernamentales de 1998, 2004 y 2001 y, por ende…
(3) Una magra y declinante cosecha de alcaldías y diputaciones, reducidas estas, al régimen plurinominal, con poca o nula efectividad en la disputa por los distritos, esto es, una incapacidad recurrente para conquistar curules de mayoría.
La excepción habrían sido (y hoy se vuelve a repetir) los comicios presidenciales.
Contiendas que suelen movilizar a un mayor número de mexicanos, despertando, incluso, a los segmentos más apáticos de la población.
Así ocurrió en 2000 bajo la fiebre foxista. Sin embargo aquella vez, aunque perdió la Presidencia, el PRI tamaulipeco (dirigido, mire usted, por ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO) supo ganar la mayoría de los distritos y también las senadurías colocando a LAURA GARZA y OSCAR LUEBBERT en la Cámara Alta.
Muy distinto fue el 2006. Ya bajo el impulso del calderonismo, se repitió en la entidad la fiebre albiceleste, aunque esa vez con mayor fuerza.
El PRI de entonces (en manos de LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ) perdió por primera vez su posición principal en el senado (JOSÉ MANUEL ASSAD) y también la mayoría regional en la Cámara Baja.
En ese 2006, también por vez primera en la historia, el PAN superó al PRI en diputaciones distritales, en una proporción de cinco a tres, lea usted:
Para el PAN:
RAUL GARCÍA VIVIÁN, OMEHEIRA LÓPEZ, CARLOS GARCÍA, BEATRIZ COLLADO y LUIS ALONSO MEJÍA.
Para el PRI:
HORACIO GARZA, MIGUEL GONZÁLEZ SALUM y ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO.
No obstante, pasada la cruda del 2006, el tricolor supo mantener en alto sus banderas y para la elección federal intermedia del 2009 (ya bajo la batuta de RICARDO GAMUNDI) recupera posiciones de manera sustantiva.
Cuestión de recordar en manos de quienes quedaron las ocho diputaciones de mayoría en dicho 2009.
Por favor, lea usted:
CRISTABELL ZAMORA (distrito 1, PRI), LAURA GARCÍA (2, PRI), EDGARDO MELHEM (3, PRI), BALTAZAR HINOJOSA (4, PRI), RODOLFO TORRE CANTÚ (5, PRI), ALEJANDRO GUEVARA (6, PRI), JAVIER GIL (7, PRI) y FRANCISCO RÁBAGO (8, PRI).
Efectivamente, todos del PRI, los ocho distritos, en un fenómeno que por ahí suelen llamar: “carro completo.”
Con dichos antecedentes, veamos, pues, que le sucedió al tricolor en este 2012, bajo el mando de LUCINO CERVANTES:
(1) Se perdieron las posiciones titulares del senado (igual que con LUIS ENRIQUE RODRIGUEZ, en 2006), pero además,…
(2) Los números indican que al menos seis de las ocho diputaciones quedan en manos albiazules.
Las excepciones serían Mante (todavía en veremos) y una muy firme en Victoria, la de ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO.
Entre otras historias opositoras de éxito (mire nomás) el señor PACO CABEZA derrotó a MANUEL CAVAZOS LERMA.
Un verdadero desastre, en una entidad donde el panismo carece de fuerza organizativa o de figuras fulgurantes. Habrá que seguir platicando de esto.