jueves, 14 de enero de 2021

Del Capitolio al INE

Cd. Victoria.- En verdad, se veía venir. Cualquiera que haya observado funcionando la legislación electoral emergida tras la polémica contienda del 2006, sabe que el control de los medios se hizo más estricto por propuesta (¿de quién más?) de la izquierda, entonces perredista, hoy en MORENA.
En aquel año, una brutal guerra sucia había manchado la elección. Las condiciones de ilegitimidad que rodearon la llegada de FELIPE CALDERÓN hacían urgente el cambio.
La legislatura nacional se avocó a ello y, entre otros puntos, prohibió la contratación privada de espots propagandísticos, dejando todo en manos del IFE (hoy INE) organismo que se encargaría de supervisar la asignación de espacios a candidatos y partidos.
También fue limitada la aparición de funcionarios en medios. Desde entonces muchas páginas web de gobiernos, en los tres niveles, suspenden actividades durante la etapa de campañas.
No debemos olvidar que CALDERÓN fue el primer presidente afectado por la veda. No podía hablar en televisión durante dicho periodo y fue muy explícito en ello.
El propio ANDRÉS MANUEL, durante su campaña presidencial en febrero de 2018, no solamente acató la veda, el espacio de silencio entre precampañas y campañas, sino que además solicitó al INE que todos los partidos cumplieran con este mandato
Andaba entonces de gira por San Luis Potosí cuando demandó: “que cumplan todos con esta veda electoral para que no haya, en este tiempo, guerra sucia como acostumbran con los medios que tienen controlados. Empiezan a difundir mentiras, calumnias para afectarnos.”
Más recientemente, en las elecciones locales del otoño pasado (Hidalgo y Coahuila) aceptó de manera pública que sus conferencias matutinas no se transmitieran en dichas entidades.
El problema viene ahora en la víspera de las campañas relativas al megaproceso que culminará en las votaciones del 6 de junio próximo.
Su postura es otra, diametralmente. Recién anuncia que no tiene planes de interrumpir sus charlas diarias, aunque las leyes así lo dispongan.
Para luego arremeter contra el INE, como siempre, en esa terca búsqueda de verdugos y culpas, ahora que el titular del organismo LORENZO CÓRDOVA está previendo suspender la transmisión de dichos programas durante el tiempo que dure la contienda.
Asunto que ya obtuvo respuesta de AMLO, de su jefe de prensa CHUCHO RAMÍREZ CUEVAS y del ejército de bots que operan desde el sótano gubernamental en defensa de la verdad oficial, para amenazar, insultar, denigrar, vilipendiar a todo aquel que opine diferente.
 
MORAL DE CONVENIENCIA
Importa decir que dicha disposición legal destinada a limitar las comunicaciones gubernamentales ni es nueva ni tampoco se formuló con dedicatoria a partido alguno. Aplica para todos.
Fue propuesta por la izquierda para evitar excesos como los que se cometieron en la elección de FELIPE CALDERÓN, cuando el presidente FOX usaba la tribuna para lanzar inmundicia contra el entonces candidato LÓPEZ OBRADOR.
Como ocurre en tantos casos, AMLO fue partidario de estos límites siendo líder opositor y enemigo de ellos ahora que es gobierno. De la misma manera en que fue defensor (y usuario) de las prerrogativas partidistas que hoy condena y busca recortar.
En efecto, no es lo mismo ser borracho que cantinero. Una vez que brinca al otro lado de la barra la perspectiva parece haberle cambiado bastante. Sobre todo si el hombre tiene una moral de oportunidad, con raseros variables, siempre a conveniencia.
Por ello ahora rechaza que sus alocuciones de cada día sean etiquetadas como “propaganda”, aduciendo que se trata únicamente de información, proporcionada gentilmente al sabio pueblo de México.
Pero no es así. Cualquiera que haya visto o escuchado las mañaneras puede constatar que están dedicadas en alta proporción al autoelogio presidencial. Halagos y lisonjas para su equipo, su gobierno y sus programas.
Son poco sustantivas, el dato duro se pierde entre una nube infame de adjetivos, en particular, los calificativos emplazados hacia su vanagloria. Todo esto se llama propaganda.
Como también lo es la otra mitad de las transmisiones, donde se dedica a deturpar, insultar y descalificar a sus adversarios de partidos, cúpulas empresariales, prensa, radio y televisión, con notorio exceso de burla y escarnio. Esto también es propaganda.
Pero, volviendo a la primera línea de esta columna, en verdad, se veía venir el problema, por la sencilla razón de que la ley relativa ya tiene algunos años y varios procesos electorales operando. Se conoce, no es cosa nueva.
De sobra sabíamos que dicho formato panfletario de las mañaneras jamás embonaría con los periodos electorales. Sería disfuncional para la etapa de campañas por contravenir abiertamente el espíritu de neutralidad que inspira a dicha ley.
No son compatibles el mandato legal con el tono de libelo que caracteriza a la narrativa de LÓPEZ OBRADOR, ni en su diaria liturgia, de lunes a viernes, ni en los mensajitos que le graba EPIGMENIO para sábado y domingo.
Se aproxima, pues, una áspero conflicto institucional. Hagamos votos para que las hordas obradoristas guarden prudencia y eviten espectáculos de violencia fanática como el ocurrido el 6 de enero en la ciudad de Washington. Que no conviertan al INE en otro Capitolio.