Cd. Victoria, Tam. Aunque los
veredictos pendientes del Tribunal Electoral pueden todavía modificar
ligeramente los números, en términos generales, el bloque legislativo
conformado por MORENA, PT y PES logró holgadamente el anhelado 50% más uno en ambas
cámaras.
Estratégica
meta que, en números absolutos, podríamos traducir en mínimos de “250
diputaciones más una” y “64 senadurías más una.” Por supuesto, en los hechos
fueron rebasadas ambas consignas.
Se
trata de un propósito que AMLO enfatizó durante la segunda mitad de las campañas,
cuando pidió el “voto parejo” por sus candidatos en todas las urnas, argumentando
que un control amplio del Congreso daría fluidez a la llamada “cuarta
transformación.”
El
caso es que logró las tres cosas. Ganó la presidencia con mayoría absoluta en las
dos cámaras, lo cual le otorga (por principio) gobernabilidad sobrada. Ese
legislativo amigable y cooperador con el que soñaron FOX, CALDERÓN y PEÑA.
Con
un añadido importante, un plus. Sumando bancadas de los tres partidos
obradoristas, de mayoría y representación proporcional, resulta que sus números
llegaron bastante más arriba y esto motiva un cambio de planes. Una ampliación.
No
fueron las imaginadas “250 diputaciones más una” sino un número mayor que, según
distintas fuentes, oscilaría entre 306 y 309 sillones en San Lázaro. También fue
superado el propósito de obtener “64 senadurías más una”, pues habrían
alcanzado 69.
De
esta ventaja inesperada parte el replanteamiento de objetivos más ambiciosos que
hoy se percibe en el primer equipo de LÓPEZ OBRADOR.
Si
bien, con la mayoría absoluta ya es posible aprobar las iniciativas regulares
del trabajo parlamentario, todavía existe un escalón más alto, como es la
obtención de una mayoría calificada que les facilite la consecución de reformas
constitucionales.
Bastante
más que el referido “cincuenta más uno” pues se necesitan las dos terceras
partes del voto cameral para modificar la Carta Magna.
Al
respecto, el Sistema de Información Legislativa (SIL) de la Secretaría de
Gobernación (SEGOB) nos dice en su portal, que para alcanzar una mayoría
calificada se requieren 334 votos de los 500 diputados y 85 de 128 senadores.
Tiene
mucho sentido, entonces, que los estrategas del obradorismo anden buscando ampliar
su esquema de alianzas porque esto les permitiría aceitar al máximo la locomotora
de cambios, incluyendo los constitucionales.
Aquí
nace la importancia del insólito videomensaje publicado la semana anterior por
el partido Movimiento Ciudadano (MC), su líder (el entrante senador) DANTE
DELGADO y sus compañeros de ruta.
Fue
tema de esta columna el viernes pasado, entre otras razones, por la forma tan
desinhibida que emplearon los suscritos para ofrecerle el apoyo de sus 28 diputados
federales y 7 senadores al nuevo presidente.
El
argumento es simplista y directo: “ser oposición es amar a México” y, por ende,
“aquí están todos nuestros votos” (…) “en la cámara de diputados y en el senado”,
por principio, dicen, para “revertir el gasolinazo.”
Aunque
la incondicionalidad del gesto, su desinhibida presentación, musicalización, nos
hacen pensar que el MC se lanzó, de plano, “a la cargada” y está poniendo en
bandeja de plata su capital legislativo ante LÓPEZ OBRADOR.
Lo
cuál nos lleva a los números de párrafos anteriores. En términos aproximados
(salvo la mejor cifra que ofrezca el TEPJF) si la bancada conjunta (MORENA, PT,
PES) andará entre 306 y 309 diputados, al añadirle los probables 28 del MC, alcanzarían
un margen entre 334 y 337 curules, asegurando así la mayoría constitucional (334).
Más
difícil será en el senado porque al unir los escaños obradoristas (69) con los del
MC (7) se alcanzarían 76, faltándole 9 para obtener la suma mágica (85 de 128)
donde todas las reformas son viables.
Sin
embargo, importa considerar que Movimiento Ciudadano no es la única fuente
disponible de apoyos, para dicha intentona por ampliar la alianza legislativa de
AMLO.
Puntos
más, puntos menos, las respectivas cosechas de diputados y senadores serían de
21/8 para el PRD y 16/7 para el PVEM. Nada impide, pues, que cunda el ejemplo y
tales organizaciones sigan el mismo camino, así fuera parcialmente.
Queda
clara la ausencia de pudor por parte de DANTE DELGADO al abandonar alegremente el
proyecto que compartió con RICARDO ANAYA y echarse en brazos de AMLO.
Un
detalle más. La coalición encabezada por MORENA observa la rara paradoja de un
poder extraordinario, avasallante, en el más alto mando de la República. Ello,
aunque solamente opera como gobierno en cinco entidades federativas (Chiapas,
Tabasco, Veracruz, Morelos y la Ciudad de México).
El
coctel de fuerzas que hoy se perfila en el Congreso de la Unión, aglutinando a
la alianza original (MORENA, PT, PES) con aliados emergentes (MC) y tránsfugas
de otros partidos (PRD, PVEM) otorgaría al tabasqueño un dominio integral de los
cuerpos legislativos. Todo el poder, ¿demasiado poder?
Facilitaría (además) los amarres suficientes para avanzar tras la siguiente meta que ya empieza a perfilarse en la agenda de los vencedores, aquí y allá, arriba y abajo, fuerte y quedito. La conquista territorial.
Facilitaría (además) los amarres suficientes para avanzar tras la siguiente meta que ya empieza a perfilarse en la agenda de los vencedores, aquí y allá, arriba y abajo, fuerte y quedito. La conquista territorial.
Estamos
ante un partido hambriento de mandos regionales, gobiernos estatales, municipales
y congresos locales. Para AMLO es prioridad vertebrar geográficamente a MORENA,
tiene prisa en ello y (necesario es decirlo) capital de sobra para invertir en
dicha empresa.