Cd. Victoria, Tam. En defensa de
AMLO, gente de buena fe niega que el mandatario electo tenga algo que ver con la
absolución de la maestra GORDILLO.
Fue
casualidad, insisten, que la esperada entrega de su constancia presidencial haya
coincidido (medio día de diferencia) con el generoso veredicto otorgado a la
chiapaneca.
Más
lejos todavía, hay quienes piensan que hubo dolo, mala leche, en los círculos
de la justicia ligados a ENRIQUE PEÑA NIETO, al elegir una fecha que
necesariamente empataría en los medios con el evento estelar de LÓPEZ OBRADOR.
El
efecto es harto previsible en un entorno político por demás inclinado a las
interpretaciones simbólicas, atávicas, conspirativas, regidas por segundas
intenciones y demonios ocultos.
Y
el mejor estímulo es cuando dos noticias de importancia medular se esparcen
juntas. Así fuera por mero automatismo, tienden a ligarse de manera causal,
como si una y otra fueran parte de voluntades cercanas o (incluso) de la misma.
En
respuesta, abundan hoy explicaciones de signo contrario, entre miembros y
simpatizantes de MORENA que niegan fervientemente cualquier nexo entre el
mandatario electo y la exdirigente magisterial.
Se
hizo eco de dicho razonamiento el cartonista ANTONIO HELGUERA, en LA JORNADA de
este jueves, cuando dibuja a PEÑA NIETO, con risa desencajada, parcialmente
oculto tras una máscara de ANDRÉS MANUEL, mientras abre la prisión en cuyo
postigo asoma la señora GORDILLO.
NO ME AYUDES
Otro
problema fueron las declaraciones de la señora OLGA SÁNCHEZ CORDERO (abogada,
exmagistrada, titular entrante de SEGOB) al calificar positivamente la
liberación de GORDILLO.
Diciendo conocer el caso, se permitió añadir que “las indagatorias contra la maestra no eran sólidas y tenían elementos endebles.”
Diciendo conocer el caso, se permitió añadir que “las indagatorias contra la maestra no eran sólidas y tenían elementos endebles.”
Oiga
usted, viniendo de quien viene, un posicionamiento así de tajante, dicho en
tiempo paralelo, tiene un efecto determinante en la interpretación popular de
los hechos.
Si
doña OLGA estaba (o no) consciente del efecto que tendrían sus palabras, ya será
otro cantar. El caso es que la gente lo registra como una segunda absolución, de
tipo político, que complementa y se aviene al dictamen judicial.
Cierta
o falsa, la visión dominante incorpora de lleno el caso GORDILLO al tema más
amplio del perdón a la vieja clase política (y su expresión compacta, la mafia
del poder), aunque también al asunto de la amnistía ofrecida a los
delincuentes.
Habrá
incluso quien diga que el perfil de la profesora cabe en ambos grupos, por su
ambición desmedida de poder y fortuna, amén del uso desalmado de la fuerza cuando
ha resuelto reprimir a maestros disidentes.
El
caso es que, entre el mal “timing” y los dichos de la exmagistrada, la opinión pública
(tan dada a la simplificación didáctica) ya resolvió que AMLO gestionó el
perdón de ELBA, en pago a recientes favores electorales.
Aseveración
que pudiera ser absolutamente falsa, aunque los descuidos en el primer equipo
de LÓPEZ OBRADOR le otorguen toda la apariencia de verdadera.
¿ERROR DE LECTURA?
Entrevistado
sobre el particular, el entrante líder senatorial de MORENA, el exgobernador
zacatecano RICARDO MONREAL, calificó el incidente como “una mala casualidad”.
Para
añadir que el eventual retorno de la señora GORDILLO a la dirigencia sindical
“será una decisión de los maestros” que, dijo, “vamos a respetar.”
Ciertamente,
para los simpatizantes sinceros de AMLO resulta cada día más difícil justificar
la presencia de personajes impresentables adentro (o muy cerca) del nuevo
equipo que (como habremos de recordar siempre) llegó al poder bajo la consigna
de la honestidad.
Mientras
tanto memes y cartonistas bromean con el tema de la “Cuarta Transformación”
aduciendo que ELBA ESTHER la entiende como su retorno inminente al cirujano
plástico.
Monero
RICTUS en EL FINANCIERO la dibuja como sonriente tarántula persiguiendo a un
PEÑA NIETO que huye despavorido.
Su
colega PERUJO en EL ECONOMISTA bosqueja a un hombre con atuendo de magistrado abriendo
con larga varita un costal del que asoma una serpiente con el rostro de la
profesora.
Ello,
mientras el arquitecto MIGUEL PARRAS, en EL DIARIO DE VICTORIA, coloca un aro
de santidad sobre la testa de ELBA, vestida de túnica, flotando a centímetros
del suelo, mientras queda atrás, recién cortada, una larga y sanguinolenta cola
de roedor.
INDEFINICIÓN
Al
final de cuentas, el asunto señala hacia una de las debilidades que ha
observado la izquierda partidista desde la formación del PRD con CUAUHTEMOC
CÁRDENAS y PORFIRIO MUÑOZ LEDO a la cabeza, hasta su actual secuela de MORENA, vía
LÓPEZ OBRADOR.
La
grave y nada fortuita desatención al problema del charrismo sindical, los
líderes eternos, las cúpulas enriquecidas a costa de los trabajadores, sin
democracia interna ni rendición de cuentas.
Y
no lo abordan porque son amigos suyos. El ingeniero CÁRDENAS, en su primera gira
presidencial de 1988, visitó el bunker petrolero de JOAQUÍN HERNÁNDEZ GALICIA,
PEPE SOSA y SALVADOR BARRAGÁN CAMACHO en Ciudad Madero.
Algo
similar parece estar ocurriendo hoy cuando constatamos la tibieza observada por
AMLO hacia los actuales cacicazgos que han sabido adaptarse a la era de la
alternancia.
El
tabasqueño dice respetar la vida interna de los sindicatos, pero nada apunta
sobre su administración rapaz y antidemocrática.
Parecería
estarle apostando al inmovilismo de la clase trabajadora, mientras llega la
hora de renegociar la nueva relación de estas organizaciones con el Estado.
Veremos.