Cd.
Victoria, Tam. – La evaluación de los
minisalarios y las diversas propuestas de ajuste nacidas de partidos, cámaras,
figuras públicas y fuentes oficiales rayan (todas) en el absurdo.
Es noticia el incremento dispuesto por
la Comisión Nacional de Salarios Mínimos de 80.04 a 88.36 pesos diarios, que al
mes representan dos mil 650.
Mire usted, ante un paciente politraumatizado
y en estado crítico, la polémica entre patrones y dirigentes varía entre
recetarle media aspirina, un cuarto de tableta o tal vez (alega el más audaz)
la pastilla completa.
Por si la metáfora resulta insuficiente,
cabe añadir que las lumbreras del sistema parecen discutir en torno a la marca (y
color) del “curita” que necesita un paciente ingresado a urgencias con una
veintena de puñaladas.
Se llena la boca el gobierno de PEÑA al
situar la medida en términos porcentuales, ¡el 10%!, como hace tantos años no
ocurría!, ¡8.32 pesos más al día!
Aleluya. Aunque los presuntos
inconformes, quienes proponen un cuarto de pastilla más, no andan muy lejos. El
PRD dice que deberían ganar 100, lo que equivale a tres mil mensuales.
Antes, el jefe de gobierno capitalino
MIGUEL MANCERA había situado su postura en 95.24 pesos (2 mil 857 al mes).
En tanto que GUSTAVO DE HOYOS, de COPARMEX,
fijaba su cantidad idónea en 95.84 pesos (2 mil 875 mensuales).
Y el Consejo Coordinador Empresarial, en
boca de su titular JUAN PABLO CASTAÑÓN, fijó como meta de mediano plazo
alcanzar el umbral de los 100 pesos sugerido por el PRD, pero de manera gradual,
a lo largo de 2018.
Genuino teatro del absurdo. El rezago de
los minisalarios con respecto a la inflación lleva tres décadas y media desde
que el gobierno del señor LOPEZ PORTILLO entregó, en su bienio final (1981-82) el
control de la política económica al FMI.
Vendrían luego inflaciones monstruosas con
DE LA MADRID, los reajustes draconianos de SALINAS (error de diciembre incluido)
la continuidad de medidas anticíclicas con ZEDILLO y el conservadurismo tenaz
de FOX, CALDERÓN y PEÑA.
Bajo tales condiciones, ¿Tiene algún sentido
discutir cuál de los cálculos resulta peor, el de 2 mil 650, 2 mil 867, 2 mil
875 o 3 mil?
Polémica esquizoide, diálogo de cínicos extendido
bajo la sombra (densa, ominosa) del señor CARSTENS.
Gobernador saliente de BANXICO que aconsejó
(dictó, decretó) prudencia en los minisalarios bajo pena de no alcanzar (dijo)
la meta inflacionaria del 3% esperada en 2018.
Opinión que (como su presencia, toda)
pesa bastante en el gabinete económico y la voluntad presidencial.
GARBANZO
DE LIBRA
Aunque siempre hay una excepción. Revelador,
el estudio que en junio pasado divulgó el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Organismo autónomo federal, dedicado a generar
información objetiva sobre política social y medición de la pobreza.
El CONEVAL fue la voz discordante entre coro
de impúdicos arriba citado. Su diagnóstico es claro, contundente.
Si queremos que se cumpla la Carta Magna
en materia de salario suficiente y digno, los trabajadores necesitan un aumento
de 4.7 veces a los minisalarios. Lo cual, puesto en números, no seria de 80, 90
o 100, sino de 376 pesos al día, esto es, de 11 mil 290 al mes.
Meta incumplible en el plazo inmediato, por
supuesto, por la inflación generalizada que provocaría. Pero si razonable como
propósito amplio, programado, gradual.
Hoy más que nunca el poder adquisitivo de
la población representa un asunto claro de seguridad nacional. Nuestros millares
de sicarios son prófugos del salario mínimo.
La agresión económica ejercida contra el
ingreso de los trabajadores en los últimos 35 años ha sido el caldo de cultivo
de la violencia que hoy enluta a México. Así tendremos que verlo.