Cd.
Victoria, Tam. – Es el último aliado
partidista que le queda al señor LÓPEZ OBRADOR, el PT de ALBERTO ANAYA, hidrocálido
de nacimiento, neoleonés por adopción.
Abogado por la UANL, sociólogo de la
UNAM, fundador del movimiento “Tierra y Libertad” en la capital reinera, nacido
en 1946, activista típico del radicalismo sesentero.
Su cercanía con RAUL SALINAS hizo
factible el Partido del Trabajo en 1990, del cual ALBERTO ha sido fundador y presidente
de entonces a la fecha. Tantos como 27 años ininterrumpidos, con toda la opacidad
necesaria y sin rival al frente.
Poquito más que el partido Convergencia,
nacido en 1996, hoy rebautizado como Movimiento Ciudadano, también con un solo capataz
en sus 21 años de historia. El exgobernador veracruzano (alvaradeño, además),
expriísta, abogado, DANTE DELGADO.
Antiguos aliados en 2006 y 2012, PT, MC
y PRD tienen agendas algo diferentes para el entrante 2018.
El MC se distanció de ANDRES MANUEL,
para sumar sus fuerzas al (hoy imberbe todavía) Frente Ciudadano, donde también
participan el PAN y el PRD, con probable anexión del PANAL.
Caso similar, el Sol Azteca, otro
examigo de AMLO. Al igual que el MC, se coaligó en 2006 y 2012 para impulsar la
candidatura del tabasqueño.
Ni uno ni otro estarán en 2018 con el
hombre de Macuspana. Solo el PT, organización que estuvo a un “tris” de perder
su registro en la elección federal de 2015.
Versiones de prensa señalarían entonces
que un oportuno salvavidas lanzado por la SEGOB de MIGUEL ANGEL OSORIO, salvó
al PT de la debacle.
Oportuna dosis de proteínas y carbohidratos
que permitieron a la organización de ANAYA dar el peso en la báscula, para
conservar registro y emolumentos.
Eso que llaman prerrogativas, financiamiento
oficial, oxígeno puro para membretes que por momentos parecen tener más
dirigentes que simpatizantes. Más jefes que apaches.
En el caso del PT, único aliado de
MORENA, importa recordar que su líder ALBERTO ANAYA ha destacado como defensor
a ultranza de la Corea socialista.
La del norte (Pyongyang es la capital) gobernada
por el tercer miembro de la dinastía KIM, un gordito treintañero de rictus
porcino, llamado KIM JONG-UN.
Belicoso y pueril, hoy es noticia por el
sonoro intercambio de insultos y amenazas nucleares que sostiene con el (no
menos esquizoide) mandamás estadounidense DONALD TRUMP.
Memorables, pues, los desplegados de
ALBERTO (y su secta) solidarizándose con el sátrapa coreano, a cuyo gobierno
algunos medios atribuyen cierta oscura subvención de tareas partidistas en
territorio mexicano.
Curiosamente, aunque el PRD nació en
1989, en sus 28 años de existencia ha tenido (entre electos y provisionales)
nada menos que 16 dirigentes, del precursor CUAUHTÉMOC CÁRDENAS a su jefa
actual ALEJANDRA BARRALES.
La diversidad de grupos (tribus) que
desde el primer día caracterizó al Sol Azteca, le ha salvado venturosamente de
que algún individuo o clan se eternice en el mando.
Con todos sus defectos, el PRD ha vivido
una permanente alternancia de grupos y personas. Hablar de 16 presidentes en 28
años representa (en promedio) un timonel distinto cada 20 meses.
Compárese esto con los liderazgos a
perpetuidad arriba citados. El de ANAYA en el PT y DELGADO en el MC. Sin
olvidar el caso del PVEM que desde su creación en 1991 (hace 26 años) ha tenido
solo tres directivos.
El fundador JORGE GONZÁLEZ TORRES
(1991-2001), su hijo JORGE EMILIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ (2001-2011) y el senador
por Zacatecas CARLOS PUENTE (2011 a la fecha).
Dinastías opositoras, membretes
manejados como franquicias, con dueño único, herencia consanguínea o
testaferros de ocasión.
Su discrecionalidad hace pensar más bien
en negocios privados que en organismos de interés público cuya manutención (no
olvidemos) proviene del erario.