Cd.
Victoria, Tam. – ¿Qué le pasa al edil
de Río Bravo?... Cierta atípica y reiterada confusión de la política con el
negocio del espectáculo pareciera llevar su imagen pública por un tobogán sin
retorno.
Frivolidad, ausencia de resultados y pésimas
relaciones con la administración estatal caracterizan la gestión del priísta
JUAN DIEGO GUAJARDO quien, paradójicamente, se ha dado en festejar su labor con
videoclips musicales.
Observadores de medios capitalinos se
preguntan si sus publirrelacionistas de volvieron locos, aunque ello no hace
falta. Con la terquedad del susodicho basta. Si al jefe le nace de su (no tan
ronco) pecho publicitarse como estrella de televisión, ni cómo ayudarlo.
En septiembre pasado fue tema de
escarnio en redes sociales su video promocional donde celebraba el primer año
de gestión local.
Humor involuntario a manos llenas. Difícil
creer que cualquier munícipe se atreva a protagonizar un numerito musical de un
minuto y 40 segundos, donde canta y baila utilizando a sus subordinados como
coreografía.
O que considere pertinente hacer una
adaptación propagandística de la melodía discotequera “I Will Survive”,
popularizada en 1978 por la afroamericana GLORIA GAYNOR, en versión riobravense
que modifica la expresión principal por las cuatro sílabas de “Hay que servir”.
Renovada letra abundante en frases ya
muy hechas (“no pararé, en las escuelas, en el campo, en el deporte, en la
salud”) que solo subrayan su intención de reelegirse (“hay tantas cosas por
hacer, tanto qué pavimentar”).
Ello, aunque la pista de audio parece
grabada aparte y el producto final abunda, desde las primeras frases, en fallas
obvias de “lipsing”.
Sus labios no se mueven al ritmo de las
palabras. Fracciones de segundo acaso, pero suficientes para detectar el
playback.
No es difícil imaginar el tiempo y
esfuerzo invertidos en ensayos, filmación, edición, postproducción. Tareas a
cuenta del erario que nada aportan al propósito central de su cargo.
Todo ello, para un producto
absolutamente prescindible. O, peor aún, fallido en el aparente propósito de comunicar
algo a sus electores.
Que además haya seleccionado “I Will
Survive”, llevaría un mensaje implícito, aunque la palabra “supervivencia” no
aparezca en la traducción aldeana. Malas noticias para el PRI, el muchacho
busca quedarse en el mando.
Ya en diciembre pasado había montado una
coreografía para enviar un mensaje navideño de un minuto y 11 segundos.
Tomas más amplias revelan la
participación de un centenar de “extras”. Todos con gorrito de Santa Clos,
bailando al inicio con la melodía “Feliz Navidad”, de JOSÉ FELICIANO.
A la cuál se añade luego el ritmo más actual
de “Get Low”, laureado éxito de 2014 producido por los disc-jockeys DILLON
FRANCIS y DJ SNAKE, en una variante del techno conocida como “electrohouse”.
Y, bueno, quien incurre en alguna
equivocación flagrante tiene entre sus opciones (1) enmendarla, mediante alguna
suerte de ejercicio autocrítico, o bien (2) reincidir en ella, bajo el
autoengaño de estar haciendo lo correcto.
Todo indica que JUAN DIEGO eligió la
segunda opción. Refrendar sus inclinaciones, esta vez con una nueva producción
donde se remonta décadas atrás y rescata un antiguo éxito de CONSUELITO
VELÁZQUEZ (“Yo no fui”) en versión de PEDRO INFANTE.
En este otro mamotreto ya prescinde (de
plano) de su voz para simplemente gesticular sobre la pista original del charro
cantor, cuyos gestos de alegre bravura campirana intenta imitar. Con poca
suerte, por cierto.
Lamentable exhibicionismo, en suma.
Piruetas de un alcalde que confunde el servicio público con el swowbiz, como si
el ánimo tamaulipeco fuera de fiesta, en una ciudad sacudida por la violencia y
con carencias graves en materia de servicios públicos.