lunes, 25 de enero de 2016

Utopías independientes

Cd. Victoria.- Interesante gesto de nuestros reformadores electorales la inclusión de un añadido que otorga estatuto jurídico a las candidaturas independientes en los tres niveles de gobierno.
El fenómeno de los aspirantes sin partido ya tenía algunos antecedentes, aunque al carecer de soporte legal, sus esfuerzos eran solo de carácter testimonial.
Gracias a dicha reforma promovida por el equipo de ENRIQUE PEÑA NIETO, hoy tenemos un gobernador con ese perfil y algunos diputados.
Opinión acaso demasiado personal, creo que el papel de “Llanero Solitario” acomoda mejor en munícipes.
Entre otras razones porque es la única instancia de gobierno que elige en la misma boleta a los miembros de su asamblea (cabildo, regidores, síndicos) ante la cuál rinde cuentas.
Un independiente no tendría, teóricamente, mayor problema para encontrar el puñado de amigos con ideas afines y proyecto análogo para formar mayoría en las comunas.
Cabe recordar que años atrás el exalcalde laredano HORACIO GARZA impulsó (hasta ahora, sin éxito) un proyecto de reforma que pretendía elegir en urnas distintas al alcalde de su cabildo.
La intención sería que este funcionase como un congreso en pequeño, paralelo y autónomo al presidente, para incentivar una fiscalización más crítica y rigurosa, sin la obediencia debida que hoy tienen la mayor parte de los regidores cuya chamba deben al jefe edilicio.
Aún así, un buen proyecto independiente tendría manera de prescindir de los partidos y tomar el mando municipal con cierta probabilidad de éxito.

DIFÍCIL MÁS ARRIBA
Menos viable el concepto en los dos niveles superiores, gobernador y presidente de la República, por razones fáciles de entender.
La soledad del candidato independiente a la Jefatura del Ejecutivo (estatal o nacional) y su carencia de estructura partidista, harían que llegase al poder sin una bancada fiel dentro del Legislativo, como le ocurre a JAIME RODRÍGUEZ en Nuevo León.
El hombre tiene enfrente un congreso dominado por ese abanico de siglas con diversos colores e ideologías (PRI, PAN, PRD) que JAIME despreció y contra las cuáles alzó su candidatura.
Y aunque llegó con las papeletas del votante mayoritario y el apoyo de un sector empresarial, asumió el mandato sin estructura partidista.
Luchador solitario, el Bronco tampoco tiene alcaldes que compartan su plataforma ideológica, en los cuáles apoyarse para encabezar esfuerzos.
Cuestión de trasladar esta idea hacia un eventual Presidente de México que llegase por dicha vía, sin equipo afín en las dos cámaras, ni gobernadores que reconocieran su liderazgo doctrinal.
No sirve como ejemplo (cuidado con las equivocaciones) el Jefe de Gobierno capitalino MIGUEL MANCERA, pues siendo “ciudadano sin partido”, llegó al poder abanderado por la coalición PRD-PT-MC impulsada por AMLO y con el nombre de “Frente Progresista”.
Que después se haya peleado con LÓPEZ OBRADOR cuando este decidió separarse del PRD y formar MORENA, es otra historia.
El ascenso de MANCERA fue por la vía tradicional. No es, ni lejanamente, ejemplo de candidatura independiente.

OPCIONES VIABLES
Si podrían serlo, en cambio, figuras como el excanciller JORGE CASTAÑEDA quien, a las claras, carece de militancia actual en organización política alguna.
También encaja en esta categoría PEDRO FERRIZ DE CON, el comunicador que según reciente anuncio, trabajará esta opción rumbo a Los Pinos.
Pendiente ver si JAIME RODRÍGUEZ decide lanzarse, aunque antes necesitamos saber si le funcionó el experimento en Nuevo León.
Y alguien más, la exprimera dama MARGARITA ZAVALA, quien ha estudiado dicha posibilidad, por si la actual cúpula del PAN bloquea o decide ignorar sus aspiraciones. Desde luego, falta mucho por ver.