viernes, 22 de enero de 2016

Anfitrión desairado

Cd. Victoria.- A pocas horas de conocido el arresto de JOAQUÍN GUZMÁN (viernes 8 de enero) la justicia norteamericana empezó a trabajar en los preparativos para recibirlo. La crujía de alta seguridad.
Fue nota principal de LA JORNADA al día siguiente (sábado 9) cuya primera plana no dejaba asomo de duda: “EU le prepara celda”.
Apenas se habían cumplido 24 horas del anuncio cuando ya las principales fuerzas del Congreso se pronunciaban por boca de sus líderes en favor de una pronta deportación.
Lo dijeron el priísta CESAR CAMACHO y sus colegas en San Lázaro, líderes empresariales, dignatarios religiosos y hasta MIGUEL MANCERA, jefe capitalino.
En el vecino país del norte, autoridades y panelistas televisivos hacían notar que la fanfarronada hecha por JOAQUÍN en su encuentro con SEAN PENN tendría el valor de una aceptación abierta y elocuente de sus actividades delictivas.
No sólo admitió, se ufanó de ser el principal introductor de drogas a Estados Unidos. Y acaso esta sea la parte más candente, cuando afirma:
“Suministro más heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana que nadie en el mundo. Tengo flotas de submarinos, aviones, barcos y camiones.”

SUS VERDADES
Cualquiera que haya analizado el caso puede constatar que no se trató de una declaración forzada. Tampoco fue un ejercicio de ficción cinematográfica, ni un juego de simulación a manera de broma o de ocurrencia.
No parece el entrevistado encontrarse bajo efectos de algún enervante. Diurna la entrevista, GUZMÁN detallaría con serena tranquilidad sus actividades.
Se derrumbaban así los argumentos manejados durante años por su defensa que lo ubicaba como un sencillo agricultor, víctima de infundios prefabricados por la justicia.
Tal desplante de cinismo escandalizó, por supuesto, a la DEA y aceleró su exigencia para que el reo les fuese entregado a la brevedad posible.
El gobierno de Estados Unidos presionó, aún a sabiendas de que el jefe delictivo contaba con un puñado de amparos contra cualquier proceso de extradición.
Clara, contundente, la confesión del CHAPO podría derribar esos amparos, pensaron. Habría perdido su condición de mito para convertirse en realidad tangible, develada por él mismo.
En paralelo, los medios globales abundaban en reconocimientos al trabajo de inteligencia que había desembocado en la recaptura del criminal más buscado de México y uno de los más poderosos del continente.
Llegó junto el aplauso a uniformados y funcionarios, la estrellita para sus jefes más altos, el reposicionamiento mismo del presidente en la esfera mundial.
El propio BARACK OBAMA externaría su felicitación a PEÑA NIETO en conversación telefónica.

¿CONTRAGOLPE?
Al paso de los días, sin embargo, la autoridad mexicana fue enfriando su discurso. Desde diferentes instancias empezaron a detectarse señales de duda que los norteamericanos interpretaron como debilidad.
Los propios medios nacionales se hicieron eco de argumentos en la misma tesitura, como el decir que la extradición sería más difícil de lo imaginado, que no era tan sencillo desactivar los amparos y habría que juzgarlo primero en México antes de atender cualquier petición extranjera.
El virtual anfitrión del CHAPO GUZMÁN al otro lado de la frontera se sintió desairado. Como novia de rancho, vestido y alborotado.
Entonces ocurrió lo impensable, no en México ni Estados Unidos, sino en el aeropuerto de Barajas, España.
La policía ibérica anunció el arresto del exgobernador de Coahuila HUMBERTO MOREIRA por lavado de dinero en una investigación que incluye narcotráfico.
Detalle revelador, aunque el episodio final (la detención) ocurría en Madrid, obedeció a una causa cuya investigación tuvo inicio en Estados Unidos.
Saque el lector sus conclusiones.