Cd.
Victoria.- Llámese don CHUY o cualquiera en su
circunstancia, ejemplifican a quien confunde el todo con alguna de sus partes. Algo
no te gusta de ti mismo y quisieras desaparecerlo de manera fulminante, por la
vía rápida del knockout.
Equivale a tirar, como reza el dicho
anglosajón, al niño junto con el agua (“throw out the baby with the bath water”)
lo valioso con lo inservible, lo esencial con lo superfluo, lo rescatable con
lo execrable.
Salvo casos de enfermedad terminal
(suicidios comprensibles aunque, por fortuna, raros) la mayor parte de las
veces el individuo actúa por perturbación pura y contra algún aspecto de la
personalidad que considera ajeno.
Esa otredad oprobiosa que viaja de polizón
en alguna parte de la psique y acaba desplazando a la totalidad del ser.
En cuanto al suicidio amoroso se ha
encargado con éxito un británico del siglo 16 de nombre WILLIAM SHAKESPEARE.
Que la salida autodestructiva elegida por
ROMEO y JULIETA haya provocado en la vida real una secuela de muertes en pareja,
se antoja un adelanto al fenómeno de las modas imitativas en los siglos
posteriores.
Caso digno de estudio para esa pseudociencia
llamada Memética, que hoy sigue el rastro a las creencias activadas en la
opinión pública desde medios formales e informales, sin mayor fundamento que la
repetición.
En efecto, habría sido un “meme” (una suposición
aceptada acríticamente) lo que mató a los duetos de amantes incomprendidos de
la Inglaterra isabelina, al identificarse de manera vicaria con los personajes
de SHAKESPEARE.
ENEMIGO
INTERNO
Sabio alemán, ERICH FROMM dedicó extensas
reflexiones al problema de la alienación (alien, el otro en ti), sinónimo de
enajenación (lo ajeno en ti), como elemento crucial de la infelicidad contemporánea.
Lector que también he sido del vienés
STEFAN ZWEIG, me dolió saber que acabó su vida por esa vía, bebiendo un vaso de
cianuro junto a su esposa.
Que en tiempo previo le hubieran detectado
cáncer de próstata no explica la tristeza de ese profesor judío que, huyendo
del horror nazi en Europa, encuentra en Brasil (como en buena parte del cono
sur) un entorno germanófilo insoportable.
Cierta lectura ingenua de ZWEIG pretende
reducir su biografía de JOSÉ FOUCHÉ a un manual de perversidad política,
justificante teórico para toda suerte de traiciones, deslealtades ideológicas, bellaquerías
sin fin en aras de objetivos materiales muy concretos.
Y así lo han usado contra la voluntad del
autor, cuya biografía del tribuno francés en realidad fue un retrato meticuloso
del alma humana y jamás una justificación de sus ruindades ni (mucho menos) un
modelo a escala.
Aún así, hoy día nuestros aprendices de
politicastros tienen al FOUCHE de ZWEIG compartiendo estante con el “Arte de la
Guerra” de SUN TZU y hasta con el “Gatopardo” de LAMPEDUSA.
SALTO
A LA VIDA
Y, bueno, el paisano JESÚS ELIZAIM GARZA
RODRÍGUEZ ya tiene algo que contar a sus nietos si es que no insiste en
enfrentar sus problemas (desamor y antojo incumplido de cerveza) por la misma vía
que lo catapultó a la fama.
Decirle que la vida es bastante más que ese
par de tópicos angustiantes me obliga a retomar lo que escribí en los primeros párrafos
de esta columna. Por favor, don CHUY, no tire al niño junto con el agua.
Mediático a más no poder, su ágil brinco a
un zacatal cercano gozó de una cobertura en video tan exacta como variada, que
ya la hubiera querido (por mencionar otro caso) MARILYN MONROE.
Más importante aún, vivió para contarlo. Su
esposa y sus hijos lo buscaron de nuevo, amigos y vecinos se preocupan por él y
hasta se diría que hoy vive una sobreabundancia de cariño.
Tan exitoso el caso que ya preocupa. Hagamos
votos porque tampoco se convierta en “meme”, como ocurrió con los amantes de
Verona.