Cd.
Victoria.- Atorón huasteco, embrollo cupular, margallate
norestense, preferible acaso la terminología empleada por la colega MARTHA
ISABEL ALVARADO cuando habló de “extra innings”, las entradas adicionales dispuestas
en béisbol cuando se agotan las nueve reglamentarias sin ganador a la vista.
En futbol diríamos “tiempos extras” (15 y 15)
para aquellos partidos donde empatar no está permitido (final, eliminatorias) pero
las fuerzas en pugna lucen parejas.
De persistir la duda van a penales. Palabreja
que acaso ponga nervioso a más de uno en Tamaulipas, aunque el léxico del
balompié nos refiere al penalty y su distancia reglamentaria, once metros frente
a la meta contraria.
Vaga en mi memoria una tercera solución de
usanza antigua, alguna vez contada con lujo de sorna por don FERNANDO MARCOS, cronista,
cineasta, jugador, árbitro y hasta entrenador del equipo América.
Cierto raro y arcaico mecanismo decisorio aplicaba
cuando las rondas de penales se alargaban más allá de lo necesario, sin llegar al
desempate.
El campeonato (por monstruoso o risible que
parezca) se decidía, mire usted… ¡Por un volado!
Es decir, cara o cruz, águila o sol, quiero
suponer que en superficie dura (lejos del césped) para evitar que la moneda
quedase de canto.
¿Será este el método que el PRI deba aplicar
con los siete precandidatos firmantes de Tamaulipas, reconocidos por el CEN de
MANLIO FABIO y puestos en fila india para la foto oficial?
Igual podrían emplear la rayuela, aquel
juego con monedas que en la secundaria conocimos como “picarraya”. Lance cada cuál
su tostón y declárese triunfal la tirada más cercana a la línea.
De tocar más de uno la raya, repítase la
operación eliminando a los alejados, hasta que prevalezca alguno.
PARÉNTESIS
IMPREVISTO
En lo anecdótico, acaso quepa un análisis
del lenguaje corporal observable en ese video de 33 segundos que circuló
profusamente este fin de semana y donde vemos a los aspirantes salir del CEN
tricolor.
Campechano y de ánimo accesible, ENRIQUE
CÁRDENAS habla a la cámara, se deja querer con calidez y naturalidad por los
medios.
Convocatoria el miércoles 20 y luego 10 días
más para el registro, fue el acuerdo básico, algo muy (pero muy) diferente a la
expectativa sembrada en la víspera.
En particular por alguno de los grupos que
esperaba la firma del acuerdo como un prólogo de mero trámite para activar
convocatoria y destape. Salir del lugar con la corona puesta, entre el “tap-tap”
de los primeros abrazos.
Pero las cosas no son lo que parecen. La coartada
misma de que el atraso en la definición tenga por origen el viaje presidencial
y la elección de Colima, se desmiente rápido cuando nos enteramos del caso
Veracruz.
En la entidad jarocha, por igual, llamó BELTRONES
a los involucrados, los formó en línea para la foto, firmaron el acuerdo de
unidad y en ese momento se destrabó la designación de HECTOR YUNES. ¿Por qué
Tamaulipas no?
Prudencia compartida, es la respuesta que
combina dos elementos: (1) la solidez incuestionable del gobernador EGIDIO
TORRE CANTÚ y (2) el ejercicio responsable de MANLIO FABIO BELTRONES.
Personalidades afines, cercanas en amistad
y con un diagnóstico común. La necesidad de elegir la opción más consensada, si
nos atenemos al valor fijado por PEÑA NIETO, la insignia que orienta estos
procesos. La unidad.
Tampoco será larga la espera. Días más,
días menos, no restan fuerza a la estrategia de un partido ni a las tareas que deba
emprender en la puja venidera.
Acaso la prórroga consterne a individuos
pero ni lejanamente daña a la institución. Sacude, en efecto, conciencias,
especialmente dentro del sector más vulnerable. Aquellos (y aquellas) cuya expectativa
laboral depende del resultado.