viernes, 6 de enero de 2023

Ovidio, Biden, Claudia

Cd. Victoria, Tam.- Siempre tendrá sus bemoles la estrategia antidelictiva que centra sus acciones en la captura de figuras mayores, grandes capos, arrestos de relumbrón.
Entre otras razones porque genera división en los cárteles involucrados y esto suele provocar luchas intestinas muy sangrientas, con las calles como campos de batalla y un saldo lamentable de víctimas inocentes. Eso que llaman daño colateral.
Fue la estrategia de FELIPE CALDERÓN, quien se tomó muy a pecho la premisa aquella de que las escaleras se barren de arriba para abajo. Lo que hizo fue golpear el avispero sin ton ni son, provocando divisiones y subdivisiones en el bajo mundo cuyos efectos se resienten todavía hoy.
Al final de ese gobierno (2006-2012) un diagnóstico crítico advertía que habría sido preferible golpear abajo, a ras de tierra, ahí donde el secuestro, la extorsión, el cobro de piso y las cuotas de peaje se han instalado como el terror cotidiano de la población civil, la gente pacífica, las familias.
La impresión es que FELIPE prefirió pegar arriba porque la caza mayor es de más fácil venta entre la opinión pública nacional, produce un efecto rimbombante en medios internacionales y un rédito político mayor que el combate a los verdugos locales.
La DEA suele palmear la espalda a los presidentes mexicanos cuando abaten a jefes delictivos de fama mundial, sin importarles mucho si ello contribuye realmente a disminuir la inseguridad ciudadana.
Aunque la experiencia y la lógica indiquen que centrar los esfuerzos en los llamados “peces gordos” en muy poco o nada reduce la peligrosidad de los grupos que operan en barrios urbanos y comunidades rurales.
Por el contrario, la criminalidad suele aumentar tras la dispersión de las grandes organizaciones y su reemplazo por una dinámica de grupos pequeños que (1) compiten entre sí con las armas en la mano, (2) ya no actúan dentro de un orden jerárquico sino que (3) únicamente se confederan de manera temporal y para fines específicos.
 
MADRUGUETE VERDE
En este contexto sobreviene la recaptura de OVIDIO GUZMÁN LÓPEZ, el joven capo sinaloense de 31 años cumplidos, oriundo de Badiraguato, apodado el “Chapito” por ser hijo de JOAQUÍN, el “Chapo”, GUZMÁN LOERA, hoy preso y purgando cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad situada en Fremont, Colorado.
Tras el exitoso operativo dispuesto por SEDENA a las 5 de la mañana del jueves, medios y redes supieron que una noticia grande estaba por llegar tan solo de observar la magnitud de la respuesta delictiva.
Movilización mayúscula de sicarios en docenas de vehículos, narcobloqueos, tiroteos, incendios de camiones urbanos y transportes de carga. Caos deliberado.
La humareda negra captada desde drones parecía nublar el cielo de una capital sinaloense desolada, con las calles vacías como una ciudad fantasma. El panorama se replicaría en Mazatlán, Badiraguato, Guasave y Ahome.
Desde muy temprano se empezó a mencionar el nombre de OVIDIO. El presidente LÓPEZ OBRADOR lo confirmó en su conferencia matutina, sin dar muchos detalles, pero anunciando que su gabinete de seguridad lo haría más tarde.
Finalmente, fue el general secretario LUIS CRESENCIO SANDOVAL quien informó del traslado de OVIDIO de Culiacán a la capital mexicana, hasta las instalaciones de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
 
¿POR QUÉ AHORA?
No existe explicación oficial, aunque sí varias hipótesis no necesariamente excluyentes que podrían incluso hacer sinergia, aplicar de manera complementaria, a saber:
(1) La de mayor difusión es que el gobierno obradorista está ofreciendo en bandeja de plata la cabeza de un importante líder delictivo, como prueba de amistad hacia la Casa Blanca.
Ello, en la víspera de la cumbre trilateral que tendrá lugar el 10 de enero en la Ciudad de México con la presencia de los mandatarios de Estados Unidos y Canadá, JOE BIDEN y JUSTIN TRUDEAU.
(2) Aunque también se sabe de una gran molestia entre las fuerzas armadas mexicanas por los secuestros y asesinatos de altos mandos militares, cometidos en los últimos meses por el crimen organizado.
En este sentido, los acuerdos no escritos entre el mundo de arriba y el mundo de abajo dejan de operar cuando la oleada criminal se sale de control y cobra víctimas de la élite castrense.
(3) Una tercera razón que no desmiente sino que refuerza a las dos anteriores sería que el proyecto sucesorio en marcha implica un abandono gradual de la política de tolerancia identificada con la frase de “abrazos no balazos:”
La cual tendría una interpretación distinta dentro de la estrategia de seguridad capitalina operada por OMAR GARCÍA HARFUCH para su jefa CLAUDIA SHEINBAUM.
En la Ciudad de México se está dejando ver una mano dura que no vemos en el resto del país. Acaso esto sea el anuncio del nuevo proyecto de seguridad que la misma dama habría de impulsar como candidata presidencial.
En suma, todo iría en el mismo paquete. Quedar bien con los gringos, satisfacer el reclamo de justicia del sector militar y darnos una probadita de lo que sería un eventual gobierno de CLAUDIA. Todo ello, a 17 meses de la elección presidencial y 21 de que concluya la presente administración federal. Veremos.