miércoles, 18 de enero de 2023

Añejos vientos de oprobio

Cd. Victoria, Tam.- Sin negar su trayectoria y capacidades, la promoción de IMELDA SANMIGUEL SÁNCHEZ, candidata del PAN a la senaduría vacante se interpreta en medios como logro o posición de la familia GARCÍA CABEZA DE VACA y sus aliados.
En paralelo, la sombra de los tres manitos sigue pesando en el Congreso local, entre otros focos de poder (y presupuesto) donde continúan haciendo tarea encubierta desde las redes.
Lo cual aplica a diputados y alcaldes albiazules que todavía reconocen en el exgobernador alguna suerte de autoridad moral que les dicta la línea a seguir en sus tareas legislativas y municipales.
Luego de tres elecciones adversas, la pérdida de presidencias, curules y la gubernatura misma, el proceso de renovación política no ha tocado todavía las puertas del panismo tamaulipeco.
Sigue mandando CABEZA DE VACA, de manera directa o por interpósitas personas. A menudo del mismo apellido. La cola larga y peluda de esta claque familiar asoma desde diversos escondrijos institucionales.
Penoso que en la dirigencia de este partido y en el grupo parlamentario local siga partiendo el queso un operador bisoño y de tan bajo perfil como LUIS RENÉ CANTÚ GALVÁN. Peor que cachorro, chavorruco.
Poco se puede esperar de él salvo su obediencia perruna al viejo régimen. Ello, sin propuesta alguna que apunte hacia la revisión autocrítica de sus fracasos electorales. Menos aún la renovación de cuadros.
Ese relanzamiento del proyecto que toda institución partidista requiere luego de una derrota o varias. En Tamaulipas han sido tres los frentazos consecutivos de Acción Nacional en la segunda mitad de la administración cabecista.
Para los militantes y simpatizantes sinceros del PAN, que siguen contándose por cientos de miles, resulta decepcionante que quienes fracasaron de manera tan reiterada continúen mangoneando presupuestos, cargos partidistas y hasta candidaturas.
 
NEGRA PERSPECTIVA
Si las bases no reaccionan, esta pandilla de perdedores se despachará con la cuchara grande en los repartos próximos de nominaciones a presidentes municipales, diputados locales, diputados federales y hasta senadores.
Nada se los va a impedir. Los actuales grupos de poder que controlan al panismo tamaulipeco nada observan del viejo idealismo democrático que animó a hombres como MANUEL GÓMEZ MORÍN y EFRAÍN GONZÁLEZ LUNA.
La pandilla de los hermanos CABEZA tampoco ha podido llenar el vacío regional que dejaron precursores como PANCHO GARCÍA LOZANO, JORGE ÁNGEL CAMARGO, LYDIA MADERO, LEONOR SARRE, CARMEN BOLADO, DIEGO ALONSO HINOJOSA o RAMÓN ANTONIO SAMPAYO, por citar ejemplos.
Los vientos del cambio barrieron también con figuras más recientes y de perfil ganador como la reynosense MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ y los neolaredenses CARMEN LILIA y CARLOS ENRIQUE CANTUROSAS VILLARREAL.
A unos los retiró el tiempo, a otros las malas maneras de PACO CABEZA, incluyendo aquellos que se mudaron de partido, buscando mejores espacios de participación. Mejores aires.
En el poder legislativo local, el carácter vengativo del viejo régimen está alcanzando a diputadas azules que han demostrado autonomía de criterio en votaciones recientes como MIREYA GONZÁLEZ ZÚÑIGA y SANDRA LUZ GARCÍA GUAJARDO. Las quieren correr.
La intolerancia cabezona sigue aferrada a conservar poderes y prebendas que el voto les ha negado. Carece de sustento su terco afán de seguir metiendo uñas y narices en las instituciones de gobierno y la vida pública tamaulipeca.
Hoy por hoy, ante la debacle del PRI y la extinción del PRD, el PAN está constituido como la principal fuerza opositora de México, de Tamaulipas y de Ciudad Victoria. Tiene una función de contrapeso que cumplir en los tres niveles.
El problema es que no vemos que lo entiendan ni (menos) que lo cumplan o trabajen para ello. Les resulta difícil entender que ya no son gobierno.
Tendríamos que recordarles que ya no manda la alcaldesa tex-mex PILI GÓMEZ LEAL en el 17 Hidalgo, ni el macalense FRANCISCO JAVIER en el 15 Juárez.
Pero quienes treparon con ellos siguen aferrados a su óptica de privilegio, sin mostrar el menor interés en la necesidad urgente que hoy vive su partido de calzarse las botas otra vez, reestructurar sus mandos, fijar nuevos objetivos y salir a buscar adeptos.
De ese tamaño es la distancia que tienen hacia sus bases. Parecieran olvidar que el panista CESAR VERÁSTEGUI obtuvo 642 mil 800 votos en la elección gubernamental del año pasado, la inmensa mayoría del PAN. Un poder de convocatoria que si no lo usan, lo pierden.