jueves, 5 de enero de 2023

Con el agua al cuello

Cd. Victoria, Tam.- Las pesquisas de la contraloría americanista tocan (por fin) las puertas doradas de Comunicación Social. Cabe la paradoja, lustrosas por fuera, lóbregas por dentro.
Vacías, incluso, porque quienes se fueron barrieron con haberes y teneres en grado de sevicia. Siguieron puntualmente la antigua conseja de que todo lo que no esté fijado con clavos o empotrado con cemento es susceptible de acarreo.
Genéricamente hoy se habla de “actos con apariencia de delito como simulación de contratos y de servicios prestados”, lo que habría provocado los desfalcos. En plural.
De manera más concreta, en dicha dependencia se habla de “contratación indebida de servicios”. Palabras más, palabras menos, bajo distintas coartadas, con un pretexto o con otro, aplicando la más fría lógica se trata de recursos públicos que son drenados a cuentas privadas.
De hecho esto último es la primera decisión que se toma. Conectar el presupuesto con la hacienda personal y abrir la llave, el chorro. La justificación viene después, es decir, bajo que rubro, en aras de cuál servicio, eso se verá luego.
Me permito insistir en el caso icónico del gobernador veracruzano JAVIER, Javidubi, DUARTE DE OCHOA, priísta para más señas, de cuya audacia digna de “Las Mil y Una Noches” me he ocupado varias veces.
Es, acaso, este moderno ALÍ BABÁ el ejemplo más depurado de quien asume una gubernatura con un plan de saqueo estructurado al detalle, con un desapego digno de mejores causas.
Lo cual le permitió conectar desde el primer mes los fondos públicos de cada secretaría con las cuentas privadas suyas y de su familia, amigotes, cómplices.
 
AUTOMATISMO VENAL
Por ello el autor de estas líneas suele insistir en el verbo drenar. Por el carácter mecánico, automático y despersonalizado que ello implica. Como si fueran obras de ingeniería, tuberías, trasvases de dinero. En términos médicos sería transfundir.
En complemento (y ya después) una cuadrilla de ayudantes menores (administrativos, contadores) se encargaría de cohonestar tales operaciones, dar apariencia legal, justificar los traspasos.
No obstante, para que todo esto suceda se requiere de un elemento básico. Que quien encabece el ejecutivo vea al presupuesto sin vocación alguna de servicio. Con la avidez, tan solo, de quien se planta ante el cofre de un tesoro o la bóveda de un banco.
Y este fue el caso, en DUARTE y también en uno de sus seguidores más esforzados, el exgobernador de Tamaulipas. No vinieron a ver que hacían, sino a ver que se llevaban, a dos manos, con eficiencia superlativa, sin pérdida de tiempo, desde el primer día.
La contraloría morenista destaca entre sus expedientes más abultados a las secretarías de Bienestar y también a la General de Gobierno. A las 16 denuncias previas (informan) se añaden otras 6, por pesquisas más recientes.
Y mire usted, son acusaciones de orden penal, porque ya los tiempos de arreglar esto por las buenas se agotaron a finales de noviembre pasado.
 
Y MUCHO DESCARO…
Para el gobierno es un trabajal endemoniado, entre otras razones por el carácter amplio y diversificado del saqueo. Lo cual incluye a numerosos Organismos Públicos Descentralizados (OPDS).
Hablando en términos cromáticos, peor que opacidad, oscuridad o grisura, lo que privó fue el más colorido descaro. Todo un arcoíris de latrocinios.
Por el tamaño del atraco, Bienestar Social es la dependencia líder en irregularidades susceptibles de ser tipificadas como actos de inmoralidad, ilegalidad, corrupción.
Y ojo al dato, la lupa del gobierno americanista no solamente apunta a los titulares, sino también a sus cómplices. Junto al secretario del ramo, bailaron el mismo son y entonaron la misma canción tres o cuatro responsables, entre directores de área y jefes de departamento.
Acaso por ello quepa insistir en que la delación, el chivatazo y el dedo salvífico, siguen siendo posibilidades reales de amortiguar castigos.
En especial para los cuadros medios que están en la mira, quienes solamente obedecieron órdenes y no tienen por qué pagar los pecados mayores de sus superiores jerárquicos.
Decir lo que saben podría ser una forma de apelar a la clemencia, siempre y cuando la información sea buena, sustantiva, documentada, facilite las cosas a la contraloría y también a las fiscalías.
Desde luego, no son tareas que se tejan en el aire ni se invoquen dentro de un plano abstracto. Hay nombres y apellidos que, llegado el momento, serán noticia. Cuando el procedimiento así lo disponga. Pian pianito.
Otra dependencia destacada en trastupijes del más diverso orden es la Secretaría de Seguridad Pública, donde el actual titular, el general secretario, ha debido trabajar horas extra para limpiar tanto mugrero. También aquí hay expedientes muy gordos.
La entrante semana, segunda del mes y del año, sería rica en noticias, de acuerdo a los despachos gubernamentales de prensa. La población espera que sea algo más (mucho más) que un parto de los montes. Que tenga carnita, pues, como se dice en las redacciones.