martes, 10 de enero de 2023

¿Hasta 2024 o 2030?

Cd. Victoria, Tam.- El escaño tamaulipeco hoy en disputa tiene por atractivo extra la posibilidad de la relección para un segundo periodo consecutivo que se extendería entre 2024 y 2030. Circunstancia inédita.
Más atractivo todavía en el caso de los morenistas que son partido oficial en México y Tamaulipas, incrementando con ello sus posibilidades de salir victoriosos.
De aquí la ambición que despertó esta posibilidad entre quienes primeramente aspiraron a la gubernatura (y siguen soñando con ella) y luego levantaron la mano para la elección senatorial extraordinaria, tras la vacante por fallecimiento del doctor FAUSTINO LÓPEZ VARGAS.
Es decir, personajes como el legislador federal ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO y el alcalde matamorense MARIO ALBERTO LÓPEZ, entre otros.
Definida ya la carta guinda en la persona de JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL, en paralelo se supo que competiría contra la panista IMELDA SANMIGUEL SÁNCHEZ y el verde ecologista MANUEL MUÑOZ CANO. Entre estos tres está el relevo de FAUSTINO.
Si hacemos caso a las encuestas, la ventaja de JOSÉ RAMÓN es lo suficientemente amplia para darlo prácticamente por ganado.
Ello, si además recordamos que tendrá en su favor ese “voto de estructura” del que hoy carecen IMELDA y MANUEL. La ventaja de pertenecer al grupo gobernante. Todo un aparato se mueve con él
Y también si consideramos que derrotar al candidato del partido en el poder normalmente exige votaciones copiosas, campañas combativas y grandes movilizaciones ciudadanas.
Lo cual significa recursos que hoy no se observan y un entusiasmo popular que, sinceramente, brilla por su ausencia. ¿En aras de cual proyecto?, se preguntaría la gente.
Difícilmente ocurrirá en esta pobretona, solitaria y desangelada elección del domingo 19 de febrero, donde acaso los tamaulipecos rompamos récords históricos en materia de abstención. Soledad en las urnas.
Aún así habrá un ganador que deberá empoderarse para sus respectivos 18 meses de gestión. Algo así como 36 quincenas, del entrante febrero al último día de agosto de 2024. Ciertamente, el premio al esfuerzo no es muy atractivo que digamos. Muy pobre la expectativa.
 
EL PADRINAZGO
Por ello tiene interés la reelección para el periodo 2024-2030 y al respecto cabe preguntar si un hombre como J.R. GÓMEZ estaría en condiciones de extender el mandato.
Nadie olvida ni olvidará que obtuvo la candidatura con el apoyo de ADAN AUGUSTO LÓPEZ, titular de SEGOB y corcholata menor en el cotejo.
Algo así como el “Plan C”, después de CLAUDIA SHEINBAUM y MARCELO EBRARD. Sin dudarlo, tanto CLAUDIA como MARCELO querrán tener candidatos propios al senado.
Al momento de escribir estas líneas subsiste la tentación de nombrar solamente a la doctora SHEINBAUM, sabiendo del total respaldo que hoy tiene del presidente LÓPEZ OBRADOR.
Pero han estado ocurriendo episodios de difícil digestión dentro de su trinchera, eventos que oxigenan todavía la causa de EBRARD.
Entre otros, el fallo del INE contra los espectaculares de la regenta, el nuevo accidente del METRO que la involucra de lleno y también la existencia de una corriente que vincula a ebrardianos con monrealistas en la audaz misión de machacarle el dedo al primer morenista del país.
Se supone que ADÁN AUGUSTO dejó la gubernatura tabasqueña y se vino a Gobernación para fungir como el policía moral de CLAUDIA y protegerla de los herejes. En tal defensa y por encargo presidencial, ha negociado y librado muchas batallas con legisladores y magistrados.
Pero luego pasó que la silla principal de Bucareli levantó demasiado sus ánimos. Los reiterados espaldarazos del presidente hicieron también su parte y empezó a tomarse muy en serio el papel de corcholata emergente.
Aunque parezca increíble, ya trae el hombre narrativa propia. Es aliado pero también competidor. Algo cambió en su fuero íntimo cuando grupos de amigos y empleados le empezaron a gritar; “¡pre-si-dente, pre-si-dente!”
En tal circunstancia nos encontramos ahora. Por una parte, ninguna duda cabe que la carta de AMLO es la doctora SHEINBAUM, con la cual hay una relación antigua de confianza, experiencia mutua en la lucha, afinidad ideológica, éxitos compartidos, amistad sincera.
Aunque por otra, el tinglado de alianzas sobre el cuál descansa el poderoso edificio del oficialismo está muy lejos de observar una estructura monolítica. Para nada.
Su mixtura de tribus y corrientes sigue operando de manera tan marcada que desafían desde ahora la construcción de una candidatura consensada. Ni quien lo dude, aún hacia el interior de MORENA, vivimos tiempos interesantes.